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PACHO O´DONNELL, NUEVO SENADOR

"DE LA RÚA TIENE UN ESTILO PROMESISTA"


Con él de senador, Menem ensaya la promociónn de un nuevo político en un territorio que, como el porteño, no tiene figuras potables para la clase media, y lanza a la pelea a un hombre que conoce a los radicales porque de allí viene. Reportaje a O´Donnell, que recién llega al Senado y quiere quedarse.

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POR ANDRÉS MÉNDEZ

t.gif (67 bytes)  Distendido, el flamante senador peronista por la Capital Mario "Pacho" O'Donnell está tan cómodo en los salones revestidos de boisserie que ya anuncia el objetivo de quedarse en el Senado el próximo mandato, más allá de su propio plazo, que vence en diciembre. Ex secretario porteño de Cultura con Raúl Alfonsín, a quien dice respetar, ex secretario nacional de Cultura con Carlos Menem, a quien dice admirar, O'Donnell dialogó con Página/12 un día después de asumir su banca.

--¿Cómo se siente, cumplidas sus 24 horas como senador?

--Estoy enfrascado en lo que sé que es la tarea más difícil para todo senador, que es tener un despacho. Sobre todo, porque algún diario insiste en que voy a estar muy poco tiempo en el Senado. Me atrevería a decir que no va a ser así. En diciembre, nuevamente el partido va a proponer a la Legislatura un candidato para continuar los tres años siguientes. Espero hacer las cosas suficientemente bien como para poder seguir en esa etapa. No quiere decir que lo logre, pero lo tomaré como un estímulo para tratar de hacer las cosas bien en estos meses.

--Usted sabe que hay otros postulantes para el cargo.

--Me parece natural que los haya. En política, uno tiene aspiraciones y no siempre se cumplen. Si no puede ser, no podrá ser. Pero yo no podría trabajar con mucho vigor si siento que me tengo que ir enseguida.

--¿Cómo se ve en el Senado?

--Tengo que aprender a ser un buen senador. He tenido mucho contacto con el Legislativo cuando era secretario de Cultura, y uno de los orgullos que tengo de mi gestión ha sido que se aprobaran las leyes del teatro, de la libre circulación de la obra de arte y del tango, que fueron posibles por un trabajo muy articulado entre mi Secretaría y el Congreso. Por supuesto, tengo mucho que aprender, pero tengo buenos maestros, senadores con mucha experiencia. Para empezar, voy a apoyar los proyectos que haya que apoyar, que sean dignos de ser apoyados. Tengo algunas obsesiones, por decirlo de alguna manera, porque a las leyes que le nombré les faltan dos: la ley del libro y la del mecenazgo, para que las empresas privadas puedan desgravar algunos impuestos, aportando dinero para actividades culturales.

--¿No hará política?

--Pienso en una instancia de proyección política. Tenemos senadores por la Capital que se proyectaron desde el Senado, por ejemplo, los dos candidatos de la Alianza, tanto Fernández Meijide como De la Rúa. En ese sentido, me siento llamado a cumplir un papel de trabajar intensamente por la unidad y la jerarquización del peronismo de Capital. Hay que fortalecer al peronismo de Capital, que está terminando de reponerse del trauma que fue el gobierno de Grosso y las consecuencias posteriores. Y, para terminar con una lucha interna por poder, por cargos, e ir hacia afuera, hay que construir una oposición vigorosa e inteligente a De la Rúa.

--Usted insiste mucho en la necesidad de hacer oposición a De la Rúa.

--Yo diría que hasta ahora ha transcurrido sin oposición. Y cuando digo oposición a De la Rúa es algo que le sirve a De la Rúa. Creo que su gobierno está tratando de hacer las cosas bien, pero hay algunos defectos.

--¿Cuáles son esos defectos?

--Pienso que tiene una tendencia, un estilo, promesista, hace diagnósticos muchas veces correctos, propone la solución, promete, pero después no lleva a cabo la acción. Lo que a mí especialmente me preocupa es que no existen controles en este momento en el Gobierno de la Ciudad. No está en funcionamiento la Auditoría, no están en funcionamiento los organismos que deben controlar los servicios públicos, no está el ómbudsman. El gobierno está funcionando sin controles. Y algunas cosas se descarrilan.

--¿Por ejemplo?

--Hay una denuncia en el Juzgado Nº 9, presentada por un muy buen legislador del PJ, César Torres, porque aparecen irregularidades en la adjudicación de las zonas de recolección de basura en la Capital. No digo que se haya producido un delito, pero hay una investigación. Me preocupa especialmente la situación en la cultura, que ha desembocado ahora en la renuncia de una gran amiga mía, María Sáenz Quesada. Hay investigaciones administrativas en el Teatro San Martín, hay problemas con los empleados, con los artistas, los actores se están manifestando permanentemente porque se les ha quitado la relación de dependencia, con los beneficios que eso implica en un sector muy desprotegido, como es el actoral. De manera que vamos a empezar a hablar del gobierno de De la Rúa; no quiere decir que lo vamos a atacar, ni que queremos demolerlo. Vamos a empezar a hablar.

--Pero usted es senador nacional, no legislador porteño. ¿Qué hará?

--Ahora voy a ponerme a estudiar. Mi principal preocupación en este momento es pensar en un excelente equipo de colaboradores, que es lo que siempre he tratado de hacer. Que me ayuden a estudiar todo lo que está en marcha y actuar en consecuencia de un estudio profundo de cada tema.

--Hay muchas leyes de importancia que están para tratar.

--Hay algunas que tienen que ver con la Capital, para volver a la Capital. No puedo dejar de volver a la Capital. Por ejemplo, la ley de transferencia de la Policía al Gobierno de la Ciudad. Hay cierta sensación de que efectivamente De la Rúa quiere la Policía, pero son tantos los requisitos que se ponen, que parecería que hay cierto deseo de no pagar el costo político de tener la responsabilidad de la Policía.

--¿La Ley Cafiero no complica el traspaso?

--Bueno, uno se puede quedar atado a las complicaciones o puede superarlas. Pero prefiero no hablar en este momento de leyes. Cuando haya formado mi equipo de colaboradores, voy a estar en condiciones de opinar.

--En los bloques legislativos, y sobre todo los oficialistas, hay una tendencia al alineamiento automático. ¿Usted, como intelectual, va a encontrar fácil actuar en esos términos?

--Yo creo que a mí se me eligió justamente porque soy una apuesta a un perfil distinto, y pienso responder a eso. El otro día, en el aniversario del golpe de Videla, me descubrí hablando, no solamente del golpe, sino también del espantoso gobierno de Isabel Perón, de su Triple A, de su López Rega y demás. Quizás un peronista alineado no hablaría de esto. Me equivocaría si intentara responder al perfil del político tradicional, el que la gente rechaza o del que sospecha. Así que creo que se me van a tolerar ciertos independentismos y ciertas originalidades.

--¿Cómo se siente con sus ex correligionarios radicales?

--He tenido una experiencia maravillosa en la Legislatura, cuando, desde el primer momento, Lautaro García, que es el presidente del bloque radical, me llamó para informarme que me iban a apoyar sin ningún condicionamiento. Creo que eso habla de que en el radicalismo hay gente que me respeta, que me quiere. Guardo excelentes amigos radicales.

--¿Usted se ve con De la Rúa?

--Cuando nos vemos, nos encontramos con alegría.

--¿Y con Alfonsín?

--Hace un tiempo que no nos vemos. Yo tengo un gran respeto por él.

--¿Y cuando se ven, se encuentran cómodos?

--No tengo incomodidad absolutamente con ningún radical.

--¿Y con los peronistas, cómo se siente?

--Me siento muy bien con el Presidente, tengo un gran respeto por él.

--¿Lo ve a menudo?

--Con cierta frecuencia. No soy de los que ven el partido de fútbol con él. Tengo gran admiración por el Presidente y he aprendido mucho con él.

Plan: "Vamos a empezar a hablar del gobierno de De la Rúa; no quiere decir que lo vamos a atacar, ni que querramos demolerlo. Vamos a empezar a hablar".

 

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