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En lo que se puede calificar como el resurgimiento de McLaren, tras el triunfo de Ferrari a través de Michael Schumacher en el Gran Premio de la Argentina, Coulthard, con 1m 25s973, a 206,436 kilómetros por hora y Hakkinen, con 1m 26s075, volvieron a prevalecer en los trabajos previos y en la clasificación de hoy. Tuero, mientras tanto, tras una nueva tarea seria y pareja, pudo conseguir el mejor tiempo para el equipo italiano Minardi, al cronometrar en su vuelta más rápida al trazado de 4930 metros, un registro de 1m 30s649. En segunda fila, detrás del equipo McLaren, clasificaron las Ferrari, bajo la conducción del alemán Michael Schumacher, con 1m 26s437 y del irlandés Eddie Irvine con 1m 27s169. Con un andar parejo, coincidiendo con actuaciones anteriores, se mostró el austríaco Alexander Wurz (Benetton-Renault) con 1m 27s273 superando al hasta ahora relegado campeón, el canadiense Jacques Villeneuve (Williams-Mecachrone) con 1m 27s390. De acuerdo con el panorama vivido hoy sobre el circuito Enzo y Dino Ferrari, parece misión imposible que el equipo local Ferrari pueda vencer al grupo McLaren-Mercedes, aunque los tifosi sigan creyendo en el milagro de su escudería. Es evidente que en este trazado veloz, los monoplazas anglo-alemanes se mostraron más rápidos en los ensayos clasificatorios. Así pues, Ferrari intentará apostar todo a una emboscada, con la audacia de Michael Schumacher y el andar del irlandés Eddie Irvine. "Pensaba que, como en la Argentina, podría colocarme entre los dos, pero no pude. Creo que sus neumáticos trabajaron mejor aquí que en Buenos Aires", dijo Schumacher sobre su tercer puesto. "Pero la diferencia tampoco es enorme. Mañana hará todo lo posible para vencer a los McLaren, porque sería realmente un hermoso regalo para los italianos", agregó. Michael Schumacher sabe que lo que logró hacer hoy, es decir no conceder demasiada ventaja a los McLaren, será más difícil de cumplir en la distancia del Gran Premio, a 62 vueltas. Además, los neumáticos Bridgestone pueden tener cierta ventaja en caso de calor persistente. "Todo se jugará en los neumáticos", declaró por su parte Jean Todt, director deportivo de la escudería italiana. "La temperatura elevada hará la carrera particularmente interesante en lo relativo a los neumáticos", confirmó también Mika Hakkinen, actual líder del campeonato del mundo, algo decepcionado por no haber podido obtener la "pole position" para iniciar el que será su centésimo Gran Premio de Fórmula 1. En cualquier caso, en McLaren-Mercedes reinan el optimismo y la confianza, resumidos así por su patrón, Ron Dennis: "Nuestros vehículos están puestos a punto para esta carrera que esperamos con toda tranquilidad". En cambio, en Williams-Mecachrome abundan las malas caras: el campeón mundial Jacques Villeneuve consiguió el sexto tiempo y Heinz-Harald Frentzen, el octavo. No parece realista que este equipo que otras temporadas ha dado batalla en la punta pueda aspirar a algo mejor que a una cuarta plaza. Por lo tanto, hoy pareciera que sólo un milagro podría despojar a los McLaren-Mercedes de un triunfo. Pero claro: siempre hay esperanzas de que les lleguen a la "escudería" y a Schumacher el ansiado triunfo, que pondría a fin --para Ferrari-- a una espera de quince años en las tierras italianas de Imola. El Gran Premio de San Marino, se largará a las 14 (9 hora argentina)
sobre 62 vueltas al circuito de 4.930 metros para totalizar 305,660 kilómetros de
recorrido. |
El escocés David Coulthard y el finlandés Mika Hakkinen,
ambos con McLaren-Mercedes, largarán mañana en primera fila el Gran Premio de San
Marino, mientras que el argentino Esteban Tuero, con Minardi-Ford, lo hará desde la
décima, en la cuarta fecha del calendario de la Fórmula 1.