En el Senado, que debe decidir su confirmación como Defensor General de la Nación, abundan las historias sobre Miguel Angel Romero. Allí se cuenta que hace un tiempo vociferó que pretendía impartir órdenes generales a todos los defensores. Un viejo asesor le hizo notar que la ley no lo permitía y que así se lo había "informado personalmente el doctor Iuspa". Con ademán episcopal, Romero tocó el timbre y pidió que le trajeran las opiniones del "senador Iuspa". "¿De qué senador me está hablando --le preguntaron--. El doctor Osvaldo Iuspa fue el anterior Defensor Oficial ante la Corte de Casación". "Claro, claro --dijo Romero, tratando de borrar la 'gaffe'--, de cualquier modo yo lo voy a llamar para explicarle personalmente mis razones." "Le va a resultar difícil --sentenció el viejo abogado--, el doctor Iuspa ya lleva un buen tiempo de muerto." |