Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


ALEMANIA YA NO ES NAZI, MENOS EN SAJONIA-ANHALT


El neonazi Partido de la Unión del Pueblo Alemán se ha convertido en el primer partido neonazi en estar representado en un gobierno de la ex Alemania comunista, tras el "domingo negro de la democracia alemana".

na22fo01.jpg (7939 bytes)
Se nota que Kohl no tuvo un muy buen fin de semana.
Y además de los socialdemócratas, ahora se vienen los neonazis.


t.gif (67 bytes)  En las elecciones alemanas de la región de Sajonia-Anhalt vencieron los socialdemócratas, pero el 26 de abril se califica ya de "domingo negro" de la democracia alemana. El dato más alarmante fue la ventaja electoral de la extrema derecha. Con un 13,6 por ciento de los votos, el Partido de la Unión del Pueblo Alemán (DVU) se convirtió en el primer partido neonazi en estar representado en un gobierno de la ex Alemania comunista. Pero también desaparecieron los verdes y los liberales de la escena política local; según los resultados finales conocidos ayer, no alcanzaron el mínimo necesario del cinco por ciento. La socialdemocracia (SPD) discute sobre si formar una coalición con el Partido Socialista Democrático (PDS), formado por comunistas renovadores.

Las reacciones ante el avance de la derecha dominan el panorama político alemán. Estados Unidos fue cauto pero firme. El portavoz del Departamento de Estado James Foley anunció que "no consideramos los resultados de Sajonia-Anhalt como una señal premonitoria a nivel nacional". Pero no todos guardan esta cauta firmeza y confianza en la solidez democrática alemana. La oficina de Jerusalén del Centro Simon Wiesenthal exhortó ayer a los alemanes a tomar alguna iniciativa contra la difusión de la xenofobia entre los jóvenes. "Lo más espantoso en estas elecciones es el hecho de que el DVU se haya convertido en el partido más fuerte entre los que tienen 18 y 25 años de edad", dijo el presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania Ignatz Bubis. El resultado de las elecciones podría favorecer, por su resonancia y alianzas europeas, a los partidos extremistas y racistas del francés Jean-Marie Le Pen y del ruso Vladimir Zhirinovsky.

Para formar gobierno en la región, el candidato socialdemócrata electo Reinhard Hoeppner sostendrá conversaciones con representantes democristianos (CDU) y del neocomunista PDS. Pero antes de definir los próximos pasos a dar, los partidos mayores y sus candidatos, el canciller Helmut Kohl (CDU) y el retador Gerhard Schroeder (SPD), analizan el ingreso de los ultraderechistas en el Parlamento regional de Sajonia-Anhalt. Lo que se proponen definir es cómo influye este avance neonazi sobre sus chances para triunfar en las elecciones de setiembre, si fuera posible (todavía no lo es) con mayoría propia. "El resultado de la elección sajona no es motivo para reabrir un debate interno en la democracia cristiana sobre la candidatura a canciller", dijo ayer el primer ministro de la región de Turingia, apoyando a un Helmut Kohl que es el objeto de los ataques de la oposición con 16 años de gobierno a sus espaldas. La socialdemocracia quiere captar por todos los medios a los perdedores de la reunificación en el este alemán. Para ello, pone el empleo como eslógan máximo de campaña, aunque no puede acusar efectivamente, como hacen los neonazis, a los extranjeros del estancamiento económico en el Este. Ambos partidos coinciden en que la imagen de Alemania se deterioró, y quieren evitar a toda costa, en su carrera hacia el poder, la salida de capitales de inversión en este mercado.

La situación del 27 de setiembre, en las grandes elecciones nacionales con las que culminará el año superelectoral alemán, reflejará, según los analistas políticos, el mismo descrédito de la clase gobernante. El desempleo sólo fue mayor en 1932, antes de la llegada de Hitler al poder, y el salario real está por debajo del de 1980. Como consuelo, ni los verdes ni los liberales desaparecerán del Parlamento federal.



PRINCIPAL