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ESCENAS DE LA CONFRONTACIÓN EN UNA TIERRA SIN ÁNIMO DE JUBILEO

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THE GUARDIAN DE GRAN BRETAÑA

Por David Sharrock  desde Jerusalén

t.gif (67 bytes) Los israelíes comenzaron el domingo una semana de celebraciones quemando neumáticos, tratando de bloquear el camino principal a Jerusalén, protestando porque los grupos de paz y las mujeres están siendo dejados de lado y expresando temores sobre el destino del proceso de paz de Medio Oriente. El estado de ánimo prevaleciente tiene más en común con una resaca que con una fiesta. La opinión ampliamente sostenida de que Israel no está con ánimo para celebrar resultó evidente en una encuesta al azar llevada a cabo en la calle Ben Yehuda, la calle más transitada de Jerusalén: la mayor parte de la gente planeó ignorar los eventos organizados por el Estado, que culminan hoy por la noche.

"No puedo esperar a que todo termine y pueda olvidarme de todo el asunto", dijo Shulamit, una secretaria de 30 años. La negativa reacción pública no tiene nada que ver con la falta de patriotismo, sino que proviene de una sensación cada vez más consolidada de que es inminente un desastre. La presencia de los enviados del presidente Clinton a Medio Oriente --y más tarde en la semana la del vicepresidente Al Gore-- echa más sombra que luz sobre los actos, con los medios hebreos llegando a la conclusión de que es un momento de decisión para el primer ministro Benjamin Netanyahu sobre la extensión del retiro de tropas israelíes de Cisjordania ocupada.

La policía arrestó a 10 manifestantes mientras cientos trataban de clausurar el camino principal que conecta las dos ciudades más importantes de Israel, Tel Aviv y Jerusalén. La protesta estuvo a cargo de gente de las comunidades suburbanas que se oponían a las propuestas de que Jerusalén anexe ciudades a su lado oeste, para crear una supermunicipalidad. La ciudad de Mevasseret, cinco millas al noroeste de Jerusalén, anunció que cancelaba sus celebraciones del Día de la Independencia y que boicotearía el jubileo nacional. "No nos pueden quitar nuestra independencia y después esperar que lo celebremos", dijo el líder del consejo de Mevasseret, Eli Moiyal.

Israel reivindica la totalidad de Jerusalén como su capital, mientras que los palestinos quieren el sector oriental como la futura capital de su Estado. Algunos israelíes han pedido una expansión municipal hacia el oeste para aumentar la población judía de Jerusalén --más de un cuarto de cuyos residentes son palestinos--, especialmente la de los judíos seculares, para compensar el rápido crecimiento en la ciudad de la población ultraortodoxa. Pero muchos de los manifestantes, que prendieron hogueras con neumáticos e interrumpieron el tráfico en las horas pico, declaran que ellos viven fuera de Jerusalén precisamente para escapar a esas divisiones religiosas. El controvertido plan de anexión debe presentarse al Parlamento esta semana.

Las mujeres y los grupos de paz ya han declarado su insatisfacción con las ceremonias oficiales, acusando al director del comité del jubileo, Doron Shmueli, de forzar el aniversario por razones ideológicas. Los críticos notan que la lujosa producción escénica del jueves, donde se mostrarán los momentos claves del Estado, no incluirán el apretón de manos de 1993 en la Casa Blanca entre el difunto primer ministro israelí, Yitzhak Rabin, y el líder palestino, Yasser Arafat. El apretón de manos también es obviado en los avisos televisivos. Shmueli reconoció que esto no fue un descuido. "Yo personalmente no voy a permitir que Arafat esté de ninguna manera relacionado con las celebraciones del jubileo", le dijo al diario Ha'aretz.

Imágenes de Rabin, incluyendo los últimos momentos antes de su asesinato en noviembre de 1995 por un judío ultraderechista, fueron agregadas al repaso histórico en forma tardía, en respuesta a una protesta pública, dijo Shay Narkus, un abogado del grupo de paz Dor Shalom fundado por el hijo del asesinado premier, Yuval. Shmueli también provocó críticas a principios de este mes cuando dio una fiesta de 160.000 dólares para 450 colonos judíos en la ciudad de Hebrón (abrumadoramente palestina), en Cisjordania. A los grupos de paz se les han negado fondos para los eventos argumentando falta de dinero.

El domingo pasado, sin embargo, después de que una resolución de la Corte Suprema criticara duramente la selección de los eventos del comité del jubileo para otorgar fondos, casi se hizo un trato a los apurones para asistir a una celebración del Día de la Independencia por los movimientos pacifistas. Pero fracasó por una cláusula que estipulaba que el evento debía tener "un carácter nacional y no político", y debía enfocar lo "positivo y no lo negativo". Los movimientos de paz entonces amenazaron con aparecer en Har Homa, el controvertido desarrollo habitacional judío en el este de Jerusalén llamado Jabel Abugneim, donde los activistas de derecha planean su propia "ceremonia" el jueves.

El grupo más numeroso de mujeres, el Na'amat, se quejó porque otra publicidad sobre el jubileo, que se supone que representa un espectro de la juventud israelí, muestra un niño judío nativo, un etíope y un ruso, pero ninguna niña. La razón dada por la oficina del jubileo fue que las fotografías de niñas podían ofender a la comunidad de ultraderecha, cuyo apoyo es crucial para el gobierno de Netanyahu. David Bar-Illan, consejero principal del primer ministro, dijo que la intención del jubileo era "tratar la historia con la mayor ecuanimidad posible. No estoy muy seguro de que al discutir los logros de Israel haya necesidad de incluir a Yasser Arafat".

Traducción: Celita Doyhambéhère.

 


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