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EL ESTADO JUDIO ENTRE ORTODOXOS Y LAICOS

CUMPLEAÑOS EN CASA DIVIDIDA

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El presidente Ezer Weizman enciende la antorcha del recuerdo en Jerusalén.
Junto a él, la madre de un soldado caído durante la guerra de Yom Kippur en 1973.

Parar: "Si los artistas de Israel tienen orgullo, tenemos que responder: `Esto no será'. Si no paramos aquí, mañana también nos prohibirán hablar o nos ordenarán qué decir".

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Jóvenes israelíes festejan ayer en el centro de Jerusalén los 50 años del Estado.
Las celebraciones están protegidas por más de 30.000 militares y policías.


 El País, de Madrid

Por Ferrán Sales  desde Jerusalén

t.gif (67 bytes) Israel celebra ya su 50º aniversario. Los festejos oficiales se iniciaron ayer por la noche en el cementerio militar del Monte Herzel de Jerusalén, mientras más de 30.000 miembros de las fuerzas de seguridad se desplegaban por todo el país y se decretaba por cuatro días la clausura de los territorios autónomos palestinos, para protegerse de cualquier posible incidente o atentado terrorista.

Los cuernos de Jerusalén --shofar-- ulularon ayer al anochecer mientras concluían las ceremonias del Día de los Caídos y se iniciaban los festejos del 50º aniversario del Estado de Israel. El cierre de la jornada fúnebre y el inicio de la conmemoración se llevó a término en un mismo acto, que tuvo como escenario el cementerio militar del Monte Herzel, en el que se habían dado cita todas las autoridades e invitados y donde fueron encendidas las doce antorchas, una por cada una de las antiguas tribus.

"Los soldados de Israel han permitido transformar un pueblo diezmado en una nación capaz de defender y asumir su destino. Son ellos judíos, drusos, beduinos y circasianos confundidos, quienes nos permiten aspirar a la paz", había asegurado el primer ministro Benjamin Netanyahu en el transcurso de la jornada de duelo por los soldados caídos.

Los festejos del 50º aniversario, que durarán dos días y en los que se celebrarán más de 300 actos de todo tipo, estarán protegidos por más de 30.000 militares y policías, siguiendo un plan minuciosamente estudiado desde hace cerca de medio año y que tendrá como epicentro la ciudad de Jerusalén, donde se encuentran desde ayer la mayor parte de los invitados y donde se espera en las próximas horas al vicepresidente de Estados Unidos Al Gore y su esposa Tipper.

Las autoridades decretaron desde las 12 de la noche del martes y hasta las 12 de la noche del sábado --cuatro días-- la clausura de los territorios palestinos de Gaza y de Cisjordania, donde la tranquilidad es total y donde la mayor parte de los trabajadores, que tienen su empleo en Israel, se han tomado unas largas vacaciones, en el transcurso de la cual celebrarán con un día de adelanto, es decir hoy jueves, la festividad del 1º de Mayo.

Los fastos del 50º aniversario de Israel, lejos de unir a toda la nación, continúan provocando polémicas y disensiones, que tienen como protagonistas a los sectores más diferentes de esta sociedad. Los últimos en entrar en polémica han sido los tres partidos religiosos judíos del Parlamento --Partido Nacional Religioso, Shass y Partido Unificado de la Thorá-- que se han unido para criticar y pedir que se modifiquen algunos de los pasajes del gran espectáculo histórico musical, Las Campanas del Jubileo, uno de los actos cívicos principales de estos festejos.

La discusión, que amenaza con convertirse en una moción de censura contra el Ejecutivo, ha surgido en torno del ballet Batshava, cuyos componentes se desprenden de algunas de sus ropas, en el transcurso de la danza, para quedar vestidos con blusas y pantalones cortos, al tiempo que suena en el escenario las notas del himno "Nuestro Dios es Uno".

"Es un insulto no sólo a un sector religioso sino a la dignidad de toda la nación", aseguraban dirigentes de los tres partidos religiosos, mientras trataban de negociar con funcionarios del primer ministerio la modificación o anulación de este y otros pasajes, considerados "irreverentes", así como la inclusión al inicio del espectáculo de una oración por la salvación de Israel. Por su parte, el viceministro de Vivienda Meir Porush sostuvo que un espectáculo de esta naturaleza "debería unir al público y no dividirlo", e informó que Netanyahu se ha comprometido a interceder ante los actores para tratar de eliminar las escenas ofensivas.

Las puntualizaciones y críticas han provocado la airada reacción de los actores, quienes se han mostrado intransigentes contra cualquier tipo de cambio en el libreto, reclamando el derecho a la libertad de expresión y amenazando con boicotear la representación. "Este es un acto de censura que no toleraremos. No tenemos que aceptar censores, que permanecen detrás de la puerta falsa. Si los artistas de Israel tienen orgullo, tienen que dar una respuesta: `Esto no será'. Si no nos detenemos aquí, mañana también nos prohibirán hablar o nos ordenarán qué decir", aseguraba Shaikeh Levy, el máximo responsable de la Unión de Artistas Israelíes, tratando de salir al paso de la ofensiva de los ultraortodoxos. Irónicamente, buena parte de la minoría ortodoxa no reconoce al Estado de Israel, por no ser obra del Mesías bíblico, y no celebra el aniversario. Los de la secta Naturei Kartá, incluso, realizarán una "marcha de duelo" con las cabezas cubiertas.

Miembros del gobierno trataban ayer por todos los medios de conciliar ambos sectores, propugnando algunas concesiones y modificaciones, en un esfuerzo por disipar las tensiones, olvidándose quizá de que el enfrentamiento entre estos actores y los militantes de los partidos religiosos ultraortodoxos no es un hecho accidental sino también el fruto de medio siglo de historia común.

 

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