|
POR RAÚL DELLATORRE El salón de convenciones del Hotel Intercontinental quedó en penumbras. En la pantalla apareció el escudo del FBI, la oficina federal de investigaciones de Estados Unidos. Luego, apareció en la imagen una silueta que simulaba un investigador, con infaltables sombrero y piloto, y una lluvia de balas se dibujaron en su entorno, mientras se oía el ruido de cada disparo. En ese momento, empezó a sonar la música de la serie Misión Imposible, y aparecieron los títulos: "La lucha contra el delito bancario, por el agente especial del FBI Andrew Black". Así fue la presentación que hizo de su exposición el mencionado agente, en las IV Jornadas Internacionales sobre Prevención del Fraude. Con más aspecto de simpático showman que de severo agente policial de investigaciones, Black accedió a una entrevista con Página/12 luego de su presentación. Relató como se inició su relación con los delitos informáticos bancarios, en 1994, a raíz de una defraudación por 10 millones de dólares contra el Citibank. "Estaba entrenando a mis agentes en el polígono de tiro, cuando recibo una citación urgente de mi jefe de División. Cuando entré a su oficina me disparó: '¿Qué sabe usted de computación?' 'Bueno', le respondí, 'vi la película Juegos de Guerra y soy bastante bueno en el pacman'. 'Entonces, el caso es suyo', me dijo". El "caso" era una defraudación contra el Citibank de Nueva York, por 10 millones de dólares, mediante la transferencia electrónica internacional de fondos de distintas cuentas en favor de otras especialmente abiertas para recaudarlos. El autor resultó ser un "hacker" de 25 años que operaba su computadora desde San Petersburgo, Rusia. Desde entonces, el agente Andrew Black se especializó en la investigación del fraude informático, y hoy entrena a una división especializada en este tipo de delitos. --¿Ha detectado organizaciones criminales detrás de delitos informáticos? --La mayor parte de los fraudes nacen por fallas o traiciones internas de las compañías, y no en la acción de un agente externo. Por lo general, es un empleado de la propia empresa enojado con su patrón o despedido, quien buscando hacer algún daño entra en el sistema conociendo las claves o entrega estas últimas a algún profesional externo. No he visto muchos hackers que cuenten con una organización delictiva detrás, como tampoco robo de información por gente contratada por algún gobierno. --¿Están preparadas las grandes compañías para prevenir el fraude electrónico? --Todas las compañías tienen mecanismos de seguridad para sus instalaciones informáticas, pero su mayor preocupación debería ser controlar a sus propios empleados, para que sigan los procedimientos de seguridad que impida que gente de afuera pueda entrar al sistema. --¿Cómo se prepara el FBI para este nuevo tipo de delitos? --Las computadoras se pueden utilizar no sólo para hacer "hacking", sino para crímenes económicos más complejos. Todos los nuevos agentes están siendo entrenados en las distintas formas en que se pueden utilizar las computadoras para cometer crímenes.
|