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EN FLORIDA, TRES
JÓVENES MATARON A DOS PERSONAS POR DIVERSIÓN En la ciudad norteamericana de Haines, en el estado de Florida, tres jóvenes estudiantes fueron detenidos por estar acusados de asesinar a balazos a dos personas y provocarles heridas graves a otras seis, durante un sangriento raid que duró unas pocas horas. Los presuntos homicidas tienen entre 16 y 17 años --por ese motivo sus nombres se mantienen en reserva-- y actuaron encapuchados. La policía cree que los chicos mataron sin motivo alguno y "por pura diversión". El hecho coincidió con la realización, en Washington, de varias manifestaciones silenciosas frente a las empresas fabricantes de armas de fuego, para protestar por la muerte, cada año, de decenas de miles de personas en hechos de violencia. Los adolescentes se cubrieron los rostros con pasamontañas y salieron, literalmente, de cacería. Movilizándose en un automóvil, los tres amigos encontraron a sus primeras víctimas en la localidad de Davenport. Era una pareja que estaba parada frente a un buzón de correspondencia. Uno de los dos resultó herido de bala. Una hora después llegaron a la comunidad de Dundee. Respetuosos de las normas de tránsito, se detuvieron frente a un semáforo en rojo. De pronto observaron la presencia a su lado de otro vehículo en el que iban dos mujeres y les dispararon a quemarropa. Una de las ocupantes del coche, identificada como Christy Large, de 21 años, murió de inmediato a consecuencia de los impactos de bala recibidos, mientras que la otra mujer fue herida en un brazo. El último blanco elegido fue toda una familia. Los belicosos chicos tocaron la puerta de un cuarto de hotel ubicado en las inmediaciones de Haines City. Cuando les abrieron, los muchachos ingresaron violentamente y comenzaron a disparar sus armas. En el lugar se encontraban dos menores de 10 y 15 años, la madre de ambas, una tía y un tío. La más pequeña, Vickie Smith, murió en el acto al ser alcanzada por un proyectil en la cabeza. Los otros cuatro integrantes de la familia sufrieron heridas. Los estudiantes fueron detenidos y la policía los investiga por otros hechos de violencia similares ocurridos el domingo pasado. En esos hechos murió una tercera persona. La justicia los indagó, en las próximas horas serán sometidos a pericias psiquiátricas. La policía confirmó que no hubo intento de robo en ninguno de los casos y se estima que la violencia se desencadenó "sin motivo alguno y por pura diversión". En Estados Unidos los casos de violencia estudiantil se vienen sucediendo en forma alarmante. Uno de los casos más graves ocurrió a fines de marzo, cuando dos niños de 11 y 13 años, portando armas automáticas, provocaron una masacre en una escuela de Jonesboro, en el estado de Arkansas. Mataron a cinco compañeras e hirieron a otros 16 alumnos. El 15 de abril, un estudiante de 14 años mató a un profesor en una escuela de danza ubicada en el noroeste de Pennsylvania, y dos días después, en Carolina del Norte, un chico de 4 años mató de un tiro en el cuello a un amiguito de 6, creyendo que el arma que empuñaba era de juguete. Por la ola de violencia juvenil hubo manifestaciones silenciosas de protesta frente a las fábricas de armas. La más importante se hizo en Springfield (Massachussetts), donde fueron expuestos 5285 pares de zapatos que pertenecieron a los adolescentes y niños que mueren cada año por las armas de fuego, en asesinatos, suicidios o accidentes. También se realizó una concentración frente a la sede central de la firma Smith & Wesson, la primera fabricante de armas del país. En Estados Unidos circulan más de 220 millones de armas de fuego. En 1995, año en el que se realizaron las últimas estadísticas oficiales en la materia, 36.000 personas murieron a consecuencia del uso de las armas de fuego. Las marchas silenciosas cuentan con el apoyo de varias organizaciones religiosas y médicas. Los organizadores reclaman a los fabricantes una modificación de las normas de concebir, distribuir y comercializar sus productos. También se les exige a los legisladores que establezcan normas de seguridad más estrictas para que los particulares obtengan autorización para el uso de armas.
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