CAPERUCITA ESTÁ EN PELIGRO
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POR ARIEL GRECO Gimnasia de La Plata le ganó 3-1 a Gimnasia y Tiro en Salta y aprovechó el empate entre Vélez y Lanús para alcanzar la punta del Clausura. Por tercera vez desde que lo dirige Carlos Griguol, el Lobo peleará un torneo hasta el final. Las dos ocasiones anteriores lo perdió en la última fecha y espera que esta vez la racha se corte. No obstante, los tres equipos del entrenador cordobés son muy diferentes, tanto en la disposición táctica, como en el nombre de sus integrantes. En el Clausura '95 que ganó San Lorenzo, Gimnasia era un conjunto simple y práctico. Defendía en zona con un lateral de salida y otro más contenido, y dos centrales de los que generalmente sobraba Morant. En el medio se ubicaban dos volantes defensivos y dos que jugaban abiertos, mientras que arriba usaba el modelo que más le gusta a Passarella: un delantero por afuera, el mellizo Guillermo, y uno por adentro, Federico Lagorio. A pesar de la efectividad que logró, carecía de brillo. Sus virtudes eran la solidez defensiva y el aprovechamiento que hacía de las pelotas detenidas. Incluso, varios de los partidos los resolvió por esa vía en los últimos minutos. Para el Clausura '96, Griguol cambió el sistema de juego y promovió a varios juveniles (Larrosa, Yllana, Pereyra). La defensa siguió marcando en zona, pero ahora con sólo tres hombres. En el mediocampo dispuso dos líneas de volantes, una de contención y la otra de creación. Además, con la llegada de Alberto Márcico --jugaba de punta--, los delanteros bajaban para asociarse con los de la mitad de la cancha. De esa manera, Gimnasia consiguió un rendimiento brillante y vistoso. Sin embargo, llegó diezmado al final y quedó segundo, a un punto del campeón Vélez. Obligado por las ventas de los mellizos, Fernández, Albornoz, y por las lesiones de Márcico y Troglio, Timoteo debió formar un nuevo equipo. Con sólo dos titulares del '95, se apoyó en la seguridad que le brinda la línea del fondo (la misma en los últimos dos años) y apostó por varios pibes de las inferiores. El esquema en el medio volvió a cambiar. Ahora juegan dos volantes bien abiertos por las puntas e Yllana o Cavallo por el centro, mientras que Larrosa los releva a todos. Más adelante, se ubican dos enganches, Messera y Sava o Yllana, mientras que el único atacante neto es el Pampa Sosa. A pesar de tener un solo delantero fijo, el Lobo es el equipo más goleador del torneo con 32 tantos. Su secreto es que nadie abre la cancha como Gimnasia. Por derecha aparece Guli, un invento de Griguol, que encara y llega hasta el fondo sin importar cuántos defensores se le planten enfrente. Por algo, es el jugador que más pases de gol dio en este campeonato. Además, también los convierte, si no que lo diga Manchado. Por la otra "orilla", como dice Griguol, se muestra Aurellio y sus desbordes terminan en centros pasados para que llegue Sosa, el goleador del torneo. Pero esa fórmula, a veces, se transforma en un arma de doble filo. Cuando el resultado no se le da, Gimnasia suele abusar de los centros buscando la cabeza salvadora de Sosa o de Sava. Otra contra que tiene es la actitud cuando consigue un gol o está conforme con el marcador: se tira demasiado atrás, especialmente fuera de La Plata. Con eso agranda rivales y sufre riesgos innecesarios. Ayer casi le cuesta la punta, pero menos mal que está Guglielminpietro... Por ahora con sus virtudes y a pesar de los defectos, le alcanza para soñar. Habrá que ver si es suficiente para obtener el anhelado campeonato. Por La Plata le hacen caso al refrán: dicen que la tercera es la vencida.
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