"CARLOS COMPRÓ BIEN" Y "MENTIRAS PIADOSAS"
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POR DIEGO BONADEO Una de las primeras frases de Héctor Veira al llegar a Boca fue "Carlos compró bien", en referencia a la administración Bilardo. La reflexión de Diego Maradona respecto de la afirmación de su por entonces técnico fue "son mentiras piadosas", como la canción de Joaquín Sabina. Pero el "Carlos compró bien" quedó para el olvido o en todo caso para los archivos. Porque desde la coincidencia o desde la disidencia había un juicio de valor, un concepto o "una mentira piadosa". Y es sabido que los juicios de valor, los conceptos y las mentiras piadosas no son funcionales a los operadores comunicacionales que tienen como única premisa vender más periodismo gráfico o sumar más puntos de audiencia en radio y televisión. Y entonces quedaron para el "trucho-debate" o la "trucha-polémica" las ambigüedades con que el Bambino sabe sacarse de encima la barrera sin arrugue de micrófonos que habitualmente lo rodea casi como un irreverente muestrario de testículos, y desde los que casi siempre se preguntan obviedades para que sean obviedades casi "caseteadas" las que llegan como respuestas. Desde aquel legendario y absurdo "contraataque ofensivo" --si Veira dijo "contragolpe" y no "contraataque" para el caso da lo mismo-- que no significó ninguna reflexión del establishment microfonero, como si existiera la posibilidad de algún "contraataque" o "contragolpe" defensivo, hasta las más recientes tantas veces repetidas en todos lados --pero especialmente los martes a las 23 por el canal que dice tener huevos además de las pelotas que identifican su chart--, alrededor de la explosión, la precisión y "la base está". Algún cientificista diría que si la base está falta la altura para multiplicarla, dividirla por dos y saber la superficie si se trata de un triángulo --seguramente Adrián Paenza habrá hecho esta reflexión-- y si no la dividimos por dos averiguaremos los metros cuadrados del rectángulo si es que de esto se trata. Pero pasa que se trata de la pelotita y de los que juegan o intentan jugar con ella. Y de los que juegan bien, de los que juegan regular y de los que juegan mal. Y de los intentos de los que saben poco o no saben por lo menos a nivel Boca Juniors primera división. Si retomamos todo desde el principio --"Carlos compró bien"-- debemos llegar a la conclusión de Jorge Valdano: "En el fútbol todo, incluida la creatividad, necesita aportarse en un orden. Vale como punto de partida, pero como resulta difícil encontrar el equilibrio, son muchos los entrenadores que se pasan de largo y lo tienen como punto de partida y llegada; o sea, todo es orden. El primer damnificado es el instinto del jugador, cada día más manchado por las cruces y flechas que los entrenadores trazamos en pizarras caóticas". De nada sirve tener los mejores jugadores si éstos no se sublevan contra la conjura de los necios y los ignorantes. Y en Boca esto pasaba por Toresani tirando centros para la cabeza de Guerra cuando Guerra y su cabeza ya estaban en Huracán, o por los alquimias del bambino cuando casi nunca hizo compartir un partido completo a los "diferentes" de la mitad para adelante como Latorre, Riquelme, Cagna, Caniggia y Guillermo Barros Schelotto. Independientemente de si "Carlos compró bien" o de si hubo o no "mentiras piadosas", si no se tiene en claro para qué los porqués se quedan debajo de la alfombra.
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