EL REGRESO DE LA MALDITA POLICÍA
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POR ANDRÉS KLIPPHAN La reforma que Eduardo Duhalde inició en su cuestionada Policía Bonaerense se licua con el correr de las semanas. Por falta de reflejos, mal asesoramiento, o por el supuesto "pacto" político-policial, la estructura de la maldita policía se está rearmando a través de cuadros superiores vinculados con la vieja troica. El posicionamiento de hombres que trabajaron a las órdenes del jefe de investigaciones del caso Cabezas, Víctor Fogelman, y del mismo comisario mayor, se refleja en la nueva estructura del Ministerio de Seguridad y Justicia provincial y es, en principio, el triunfo de los que no supieron o no quisieron investigar en forma seria la verdadera responsabilidad de la denominada "línea policial" en el crimen de Pinamar. El regreso de la maldita policía se desprende de la última resolución de la Cámara de Apelaciones de Dolores, donde no se puede vincular o desvincular en forma definitiva del caso Cabezas a Alfredo Yabrán. El empresario se pasea en el expediente como "imputado no procesado". Como si fuera poco, a esta suma de hechos hay que agregarle la decisión del actual coordinador de la Policía de Seguridad, comisario mayor Aldo Francisco Burgos, de volver a una de las antiguas prácticas que el ex interventor Luis Lugones abolió por "inútil e inhumana": la permanencia del jefe o segundo jefe de dependencia durante las 24 horas en las comisarías. En un radiograma al que tuvo acceso Página/12, quedó en evidencia que las autoridades provinciales harán hasta lo imposible por mostrar a la sociedad que la nueva policía es supereficiente: en un caso inédito, en forma oficial, Burgos pidió "muy urgente recomendado" lograr buena imagen policial y óptimos resultados". Y en el punto cuarto del radiograma ordenó que, después del "máximo despliegue de personal y medios", se "dará amplia difusión de las maniobras a los medios de prensa". Nombrar a un coordinador de las 18 departamentales es una forma de volver a concentrar poder en un solo hombre. Otro de los oficiales que concentra un gran poder es el comisario inspector Eduardo Martínez, actual jefe de la Unidad de Investigaciones Complejas. Martínez era, en la época de Pedro Klodczyk, dueño y señor de la Delegación Narcotráfico Norte. Martínez cuenta con la amistad, entre otros, de los ex comisarios Mario Naldi, Oscar "Cocodrilo" Rossi y fue jefe de los policías procesados en el caso Coppola, Daniel Diamante, Antonio Gerace y Carlos Gómez. Si el ministro de Seguridad y Justicia, León Arslanian, no modifica los últimos nombramientos, se dará la paradoja que Víctor Fogelman, o sus hombres de confianza, se investigarán a sí mismos en las presuntas irregularidades cometidas durante la instrucción del crimen del fotógrafo. Fogelman y el comisario inspector David Gómez Pombo fueron denunciados penalmente por el abogado del ex policía Gustavo Prellezo --el supuesto asesino de Cabezas-- por "plantar pruebas" durante la instrucción del caso. Hernán Mestre también le pidió a la Justicia que investigara "la conducta de todo el grupo" de uniformados que trabajan con Fogelman. Antes de la presentación ante la Justicia, el ex jefe Adolfo Vitelli ya había abierto una batería de sumarios administrativos que tramitan en el área de Asuntos Internos. Justamente Fogelman acaba de ser nombrado director en ese lugar. Debajo de él, y a cargo de los sumarios, fue designado otro comisario inspector que trabajó bajo su tutela, Juan Nowolsieski. Para cerrar el círculo, a cargo de la dirección de la Policía de Investigaciones, fue nombrado Carlos Alberto Miniscarco. Se trata de una de las principales espadas de Fogelman en la instrucción del caso Cabezas. Desde el 9 de marzo, tiene abierta la causa 25.152 en el juzgado Nº 1 de Junín. Allí se los investiga por el supuesto delito de "enriquecimiento ilícito". Por ese motivo Lugones abrió un sumario que, como se dijo, será instruido por su ex jefe. Un encadenamiento de hechos que, en principio, oscurecen la transparencia que desde el Poder Ejecutivo provincial se dice que le están dando a la trasformación de la maldita policía.
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