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POR CRISTIAN ALARCÓN Desde Resistencia El avión llegó tarde y los fotógrafos ya se preocupaban por la luz que se iba de Resistencia, cuando la diputada Graciela Fernández Meijide pudo pisar suelo chaqueño, en el segundo viaje relámpago y político de la semana. El primero había sido el del presidente Carlos Menem, que el viernes prometió aquí mil millones de crédito para las provincias afectadas por el desastre acuático. Ayer Graciela hizo combinación en sus dichos con el anuncio del gobernador radical Angel Rozas. Ella, por un lado, informó que en su reciente visita a los Estados Unidos gestionó en el Banco Mundial que los créditos internacionales destinados a solucionar los estragos provocados por El Niño se adjudiquen, con autorización del Gobierno nacional, directamente a las administraciones provinciales. Rozas, por el suyo, y diez minutos después, lanzó oficialmente un "pequeño plan Marshall", como el que venía reclamándole a Menem, y al que bautizó Plan Milenio, "porque en el próximo siglo el Chaco estará reconstruido", tiempo que comenzará justo una hora después de terminado el crucial '99. La idea de emular un plan de reconstrucción como el que levantó los escombros dejados por la Segunda Guerra Mundial nació en el seno del gobierno chaqueño hace diez días y Rozas aprovechó la visita presidencial, para tirar la primera piedra. Sin apurar oficialmente a Menem, apenas el riojano voló, planteó las dudas que dejó el Presidente en su anuncio. "Nadie sabe de dónde saldrá el dinero", dijo para dejar claro más tarde que el problema básico del día después será el hambre. Menem no dio precisiones y pateó para más adelante los créditos, que pretende sean manejados directamente por su delfín Ramón Ortega, en lo que sería la forma más efectiva de lograr adhesiones con dinero fresco para asistencia a los damnificados. Rozas ya conoce los mecanismos utilizados por la Secretaría de Desarrollo Social para saltear a la provincia como distribuidora de esa ayuda, y necesita frenar el alud Palito para poner él mismo en funcionamiento a la provincia. Por eso fue que ayer, mientras daba las últimas mediciones del río Paraná, que creció hasta los 8,16 metros, y se espera que llegue a los 8,60 entre martes y miércoles, dio a conocer con características de mensaje a la población el flamante Marshall chaqueño, intitulado Milenio. Las primeras medidas del plan fueron la confirmación de que las empresas de energía y de agua eximirán del pago de los servicios a los afectados por las inundaciones. De la misma manera, en los próximos tres meses, se exime del pago de facturas a las cooperativas de electrificación rural. Rozas ordenó ayer la creación de un Comité Ejecutivo de Gerenciamiento --que incluye a asesores de Unicef Argentina-- encargado de llevar adelante el plan para el día D con miras a finalizar los trabajos de reconstrucción para fines de 1999. A nadie se le escapa que, al margen de la catástrofe, el gobernador podría ser acompañante de la fórmula presidencial de la Alianza si Graciela se impone en las internas que se vienen. Ayer la foto de los dos abrazados en el mismo lugar donde Menem posó para las propias era aplaudida por los hombres locales de la fuerza. La diputada estuvo a orillas de las bombas que sacan el agua de las grandes lluvias de Barranquera hacia el Paraná. De estrictísimo sport --camisa de jean, campera clara, pantalones y zapatillas de cuero--, largó con la noticia de que tanto el BID como el BM estarían de acuerdo en negociar directamente con las provincias los montos y las condiciones de los créditos que vendrán. "Que el dinero llegue directamente será para ahora y para el futuro, la Alianza gobierno no usará créditos para ganar en política, y no esquivará la ayuda a los gobiernos de otros partidos", aseguró, en tono triunfal.
INCESANTE CONSTRUCCION DE DEFENSAS UN TRABAJO CONTRA RELOJ Trescientos chaqueños, con 130 camiones y 50 máquinas viales, trabajaban ayer a todo trapo en la consolidación de las defensas de Resistencia. En esa ciudad y en la de Corrientes, ubicadas una frente a la otra cruzando el Paraná, se aguarda con ansiedad el pico de crecida del río anunciado para hoy o, a más tardar, mañana. Los habitantes de Goya, en Corrientes, se entregaban a la misma escena, repetida en cada una de las ciudades que bordean el Paraná. Ayer, la estabilidad del clima y el nivel estacionario de los ríos permitió encarar estos trabajos y aumentar la ayuda a los 121 mil evacuados por las inundaciones en todo el Litoral. La Prefectura con base en Corrientes informó que la mayor amenaza se concentra en "la continuidad de las lluvias y el tiempo inestable en el sur de Brasil, que pueden aumentar el caudal de los ríos en los próximos días". En Barranqueras, Chaco, el Paraná había aumentado 6 centímetros, y se mantenía en 8,15 metros, 1,15 metros por encima del nivel de evacuación. Las autoridades del lugar esperaban para las próximas 48 horas una crecida de entre 30 centímetros y medio metro más. En Goya, donde el nivel del Paraná había subido 5 centímetros, se especulaba con que el próximo domingo el agua llegaría a la marca histórica del '92, con 7,20 metros, un metro y medio por encima del nivel de evacuación. De todos modos, la bajante que se verificó en el río Iguazú repercutió favorablemente sobre la mayoría de los puertos del Paraná, que se mostró menos amenazante. El Uruguay presentó tres caras bien diferenciadas. En su primer tramo, hasta Santo Tomé, en bajante; subiendo en la segunda parte, hasta Paso de los Libres, donde ya superó en casi dos metros el nivel de evacuación, y estacionario en su tercer tramo, hasta la desembocadura en el Delta. El río Paraguay, en cambio, siguió aumentando su caudal, aunque en menor ritmo que los días anteriores, afectando especialmente a Formosa. En la capital provincial, el agua alcanzó ayer los 9,36 metros de altura, 4 centímetros más que el sábado y muy por encima de los niveles de alerta y evacuación. Para los próximos días se pronostican 30 centímetros más.
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