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LA UNIÓN EUROPEA LANZÓ EL EURO, SUPERMONEDA DE UNA SUPERPOTENCIA

Terminada una cumbre de los 15 en Bruselas, tuvo ayer su primer día oficial la moneda única europea. Ahora la unión económica será también monetaria. Falta la política, como demostraron las discusiones por la presidencia del primer súper Banco Central Europeo.

Ganaron la batalla en Bruselas, pero los euroescépticos alemanes son muchos.

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Felices juntos, sonríen el canciller alemán Helmut Kohl y su ministro Theo Waigel.


t.gif (67 bytes)  Con una declaración de sólo cinco renglones, el Consejo Europeo anunció en Bruselas el histórico nacimiento del euro, después de una reunión extraordinaria. "Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Holanda, Irlanda, Italia, Luxemburgo y Portugal reúnen las condiciones necesarias para la adopción de la moneda única el 1º de enero de 1999", se limita a indicar la lacónica comunicación. Que no incluye la designación del holandés Wim Duisenberg como primer presidente del primer Banco Central Europeo. Las discusiones entre grupos por la presidencia, que concluyeron en un compromiso que desatiende al tratado de Maastricht, fueron el punto polémico de la reunión.

El camino hacia la moneda única europea fue una larga sucesión de regateos apasionados y debates bizantinos. Pero siempre respetando estrictamente el calendario. La "zona euro" que quedó consolidada ayer incluye a los 11 países calificados (Grecia quedó fuera) y posee la mayor parte de las reservas mundiales de oro y divisas (20, 6 por ciento), y es la campeona indiscutida en el comercio internacional, con un 20 por ciento en las exportaciones mundiales. Pierden frente a Japón y Estados Unidos es el desempleo: el porcentaje trepa al 11, 7, según datos también dados a conocer ayer por Eurostat, la oficina europea de estadísticas.

El canciller alemán Helmut Kohl declaró ayer haber vivido "la hora más difícil de la construcción europea" para lograr el doloroso compromiso que hizo posible el nombramiento del holandés Wim Duisenberg como primer presidente del Banco Central Europeo (BCE). Cuando el presidente francés Jacques Chirac defendió durante 11 horas a su candidato, el funcionario francés Jean-Claude Trichet, introdujo el debate en una cumbre que había sido preparada como fiesta institucional de lanzamiento del euro, y no como escenario de discrepancias entre los estados miembros. El compromiso hizo declarar a Duisenberg, "por su propia voluntad", que llegará a la mitad de su mandato de ocho años. Otro arreglo "violaría el carácter sagrado del tratado de Maastricht", dijo el premier británico Tony Blair, presidente de turno de la UE, y defensor de la "independencia" del BCE.

 

EURO-EUFORIA, AMOR Y ODIO

t.gif (67 bytes) Los gobiernos de Europa deben venderles el euro a los casi 300 millones de europeos. En Frankfurt, frente al rascacielos más alto de Europa, se inauguró ayer un reloj (foto) con la cuenta regresiva hasta el 1º de enero de 1999 cuando la moneda iniciará su carrera. Estas medidas confirman que los que tienen dudas son muchos. Y los que no criticaban a la supermoneda, criticaron ayer cómo nació el superbanco, el Banco Central Europeo (BCE). Las dudas frente al euro provienen de la centro-izquierda tradicional; las extremas derechas manifestaron siempre una oposición cerrada a la desaparición de las monedas nacionales. El jefe del opositor partido socialdemócrata alemán, Oskar Lafontaine, recordó ayer que la moneda tendrá éxito sólo si se "emprenden medidas contra el desempleo". Críticas

idénticas formuló en Italia Massimo D'Alema, jefe del partido de la Izquierda Democrática. El premier británico Tony Blair admitió ayer que el compromiso del presidente del BCE a renunciar antes de tiempo es contrario al "concepto" de Maastricht, pero cree "que el bebé será fuerte".


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