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LA CUMBRE DE LONDRES NO
AVANZÓ NI UN CENTÍMETRO

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Netanyahu y Arafat no se movieron de sus posiciones originales.
La magia de Tony Blair esta vez no surtió efecto. A lo mejor hoy la cosa cambia.


PAGINA/12 EN GRAN BRETAÑA

Por Marcelo Justo,
desde Londres

t.gif (67 bytes)  Ni para adelante, ni para atrás. Tras un día de maratónicas reuniones de la secretaria de Estado norteamericana Madeleine Albright con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y, por separado, con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasser Arafat, el proceso de paz entre israelíes y palestinos sigue donde estaba: estancado. Ni siquiera la magia del primer ministro británico y anfitrión de los encuentros, Tony Blair, tan exitosa en las recientes negociaciones de Irlanda del Norte, consiguió romper la impasse sobre el repliegue del ejército israelí de Cisjordania. El único consuelo al final de la jornada era la decisión de los protagonistas de prolongar para hoy la misma ronda de reuniones a la espera de un compromiso.

Sobre la mesa de negociaciones está la iniciativa de Estados Unidos para revivir un proceso que permanece estancado desde 1997 y que en teoría debería llegar a una solución definitiva el 4 de mayo del año próximo. Los tres puntos básicos de la propuesta son la retirada israelí de un 13,1 por ciento del territorio de Cisjordania, el congelamiento del programa de asentamientos judíos y un conjunto de medidas que debe implementar la ANP, bajo supervisión conjunta estadounidense e israelí, a fin de neutralizar a las organizaciones armadas palestinas.

Munida de estas ideas básicas, la secretaria de Estado estadounidense, Madeleine Albright, mantuvo desde temprano un ritmo frenético de reuniones en cuatro lugares distintos de Londres, obligando a un imponente dispositivo de seguridad en el centro de la capital inglesa. La primera reunión la mantuvo con Benjamin Netanyahu y duró casi cinco horas. El israelí, se sabía, era el hueso duro de roer y llegó a Londres pisando fuerte. Desde Jerusalén había aclarado no sólo que Israel no replegaría sus tropas en más de un 9 por ciento de su territorio sino que además ya había hecho suficientes concesiones a los palestinos. Por si cupiera alguna duda sobre los límites de las negociaciones, el jefe de gobierno israelí aclaró que sólo el "gobierno en pleno" podía tomar una decisión sobre el repliegue en Cisjordania.

En otras palabras, cualquier acuerdo de principio dependerá de la aprobación del gabinete, donde se encuentran decididos enemigos de nuevas "concesiones", como el general retirado Ariel Sharon, gran abogado de los colonos de Judea y Samaria (Cisjordania). La frágil mayoría parlamentaria de la coalición gubernamental --61 diputados sobre los 120 que forman la Knesset-- es otro límite al margen de maniobra del primer ministro israelí, ya seriamente limitado por sus propias convicciones personales sobre la validez de los históricos acuerdos de Oslo de 1993.

El único gesto esperanzador fue que al final de su reunión con Madeleine Albright, Netanyahu se expresó en términos más moderados. "Queremos resolver las diferencias que tenemos. Queremos terminar con el sufrimiento y el conficto entre los dos pueblos", dijo a la prensa. La versión sobre una posible retirada israelí de 11 y no 9 por ciento no pudo ser confirmada.

La reunión de la secretaria de Estado estadounidense y Yasser Arafat se mantuvo dentro de una dimensión más modesta: una hora y media. Desde la mañana, los palestinos acusaron a los israelíes de intransigencia y pronosticaron un inminente caos si no se destrababa el proceso de paz. Según la interpretación palestina, el acuerdo interino de Hebrón, firmado por ambas partes en enero del año pasado, estipula un repliegue de alrededor de un 30 a un 40 por ciento los efectivos israelíes en tres etapas. Esto implica que para mayo del año próximo, cuando se debe arribar a una conclusión de los acuerdos de Oslo, los israelíes se habrían retirado del 90 por ciento de los 5400 kilómetros de Cisjordania. Yasser Arafat, que aceptó en principio la propuesta estadounidense del 13 por ciento, indicó que no podía ceder un ápice más. Veremos qué pasa hoy.

 



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