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Por Juan Pablo Bermúdez El Mundial de Fútbol de Francia 98 no sólo quedará en la historia como el último del siglo, sino también como el que más dinero le generó a la FIFA. Gracias a la enorme pasión que el evento despierta en millones de fanáticos de todo el mundo --sumando el total de todos los encuentros se calcula que el torneo será visto por 37.000 millones de televidentes--, el negocio de la pelota encontró su punto más alto en la venta de los derechos televisivos, publicidad, auspicios y merchandising oficial. Todo este bagaje eleva a casi mil millones de dólares la masa de plata que se moverá en concepto de publicidad. Y casi todo es ganancia: mediante distintos canjes con grandes empresas, la FIFA aportó pocos billetes para poner el show en marcha. Las multinacionales con rango de auspiciantes oficiales de la World Cup France 98 --la categoría más alta a la que puede aspirar un patrocinante-- abonaron entre 15 y 30 millones de dólares cada una para ostentar el privilegio que, entre otras cosas, le otorga la exclusividad en sus respectivos rubros para la utilización y explotación del logo y la mascota oficial --el gallo Footix--, anuncios en los programas oficiales y estática en los estadios. Y son doce: Canon, Fuji, Coca-Cola, Adidas, Mc Donald's, Philips, JVC, Snickers, Mastercard, Budweiser, Gillette y General Motors a través de la marca Opel. Un equipo titular y un suplente. Claro que no todo es dinero. La idea de utilizar el canje como un recurso para abaratar costos "inaugurada" por Guillermo Canedo en el Mundial de México 86 --el sistema se utilizaba desde mucho antes, pero recién en ese año el torneo se construyó casi en su totalidad mediante el intercambio de servicios-- prendió fuerte en sus sucesores. Canedo era por entonces, además del dueño de Televisa, una de las cadenas televisivas más importantes de América latina, el presidente del Banco Nacional de México, Banamex, y por su intermedio el Mundial no le costó al Estado mexicano un solo peso. En parte fue una necesidad, porque el país debía levantarse del violento terremoto ocurrido un año antes en el Distrito Federal. Lo cierto es que todos los auspiciantes pusieron productos además de dinero. Y ahora, a las puertas del siglo XXI, ya no hacen falta desastres naturales para poner el sistema en funcionamiento y transformarlo en uno de los principales puntos a la hora de negociar las pautas. Ya no sólo se discute cuánto, sino también qué y para quién. Ejemplos varios: Adidas proveerá de pelotas --el nuevo modelo llamado Tricolor--, la ropa de los árbitros y la de los más de doce mil voluntarios que enviará a Francia a trabajar en la organización, acreditación y prensa. Para ello, además de la cifra abonada en calidad de auspicio, la empresa de ropa deportiva de más antigua relación con la FIFA invirtió otros 20 millones. La gran novedad será la inauguración de un nuevo sistema para la confección de indumentaria llamado Climeteam 2000, con el cual la tela se concentra en la temperatura corporal. Coca-Cola, por su parte, proveerá de gaseosas al mundial, pero además se encargará de los chicos alcanza-pelotas, quienes serán elegidos en todo el mundo a través de un concurso especialmente organizado y que cuenta, a su vez, con el auspicio de la FIFA. En cuanto a los niños que presentarán las banderas de Fair-Play en los estadios, serán llevados por Snickers con un sistema bastante parecido. Canon suministrará todo lo referente a fotocopias y documentación mientras que Fuji se hará cargo de los rollos "oficiales" que el Comité Organizador tiene previsto distribuir en los centros de prensa. Pero además, merced a un acuerdo entre ambas empresas, también repartirá gratuitamente 500.000 rollos en los locales de Mc Donald's, que a su vez se hará cargo de la comida de los más de 9000 periodistas acreditados. Ni siquiera la tecnología es ajena a esto. Sybase, la empresa de electrónica e informática, tendrá un rol fundamental a pesar de no ser auspiciante oficial. Porque además de proveer todo el software de la Copa --esto ya lo había hecho en USA 94-- tiene a su cargo el diseño y explotación de la transmisión de los partidos vía Internet. Para ello crearon un nuevo programa denominado World Cup Online, que también servirá para la organización de los 11.000 puestos de trabajo. Y mediante el subsistema Info France 98 (activo ya en http://www.worldcup.com) se registrarán las informaciones de los partidos al instante. Sybase, a su vez, hace su negocio explotando los espacios publicitarios en sus páginas informáticas: anunciar allí cuesta entre cien y trescientos mil dólares. De esta manera, el Comité Organizador y la FIFA ponen cada vez más dinero, ya que dejan todo a cargo de las empresas. Sin embargo, tal vez hayan tenido que hacer alguna concesión para poder facturar más dinero. Cuando muchos se preguntaban qué sentido podía tener que por primera vez todos los equipos jueguen en diferentes sedes durante la primera fase, un anuncio de la empresa de camiones y micros Scania pareció traer la respuesta. La marca fue elegida por General Motors para la construcción de los buses que pasearán a las selecciones por los hermosos paisajes franceses. "Si cada equipo deberá viajar al menos dos veces, los transportes serán una parte importante de la historia". Es decir que encontraron una nueva veta para comercializar. Habrá que ver cómo será en el próximo Mundial, el de Japón-Corea 2002, cuando las selecciones deban trasladarse de un país al otro. Los sucesores de Havelange ya deben estar sacando cuentas.
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