CON LAS HUESTES DEL GENERAL
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POR DARIO PIGNOTTI
"Nosotros le vamo' a votar a Colorado, siempre fuimo' Colorado' y nosotro' vamo' a ser colorado hasta la muerte." --¿Por qué? --Porque mi familia siempre fue colorada, porque en mi casa todos tenemo' el pañuelo (Colorado), aquí no andamo' con pañuelo azul (liberales)... Y porque nos gusta el color pue'. Don Marcelino proclama así su voto cantando para las elecciones paraguayas del domingo próximo. Dos paisanos lo acompañan recostados en el bote "La pinta" y aprueban los dichos de su compañero cacheteando mosquitos en silencio. Por cierto lo electoral no es el asunto que le quita el sueño a Marcelino ni a sus vecinos de Campichuelo, en la ribera del Paraná. Desde Ciudad del Este en la triple frontera (paraguaya-argentina-brasileña) en el norte hasta Encarnación, frente a Posadas al sur, el Paraná creció como no lo hacía desde 1983. La lengua de agua ha cercado morbosamente el rancherío prometiendo llevarse lo poco que hay, que es todo lo que tienen. Cada día los "paseros" como Marcelino cruzan mercancías y mano de obra barata a la Argentina, pero desde hace una semana están de remos caídos. No hay trabajo. El río se ha vuelto poco amistoso, casi nadie lo cruza. Antes de hacerlo, impulsado por los dos caballos de fuerza de "La pinta", este enviado conversó con la madre de Rubén Fernández. "Me lo llevó la correntada señor, mi hijo quiso salvar al lorito y se ahogó. El siempre lo llevaba en el hombro", relata Silvia, que ya no llora más. "Gracias a Dios Claudio (otro hijo) no cayó con él." Acosados por el río y la pobreza los hombres echan a andar recuerdos de tiempos idos. "Antes estabamo' mejor. La mercancía estaba siempre al mismo precio. Vos comprabas lo mismo con la misma plata. No había mucho pero había precio igual cada día y vos podías traer tu plata a la casa", añora Marcelino, para quien "los políticos no sirven, no hay seguridad, no se acuerdan de los campesinos".
--¿Con Stroessner las cosas eran mejor? --El general venía por aquí, conocía al campesino. Para el general no había ni colorados, ni liberales, eran todos iguales si se portaban manso. Y si la hacían mal, les castigaba. Regalaban tierras.
--¿Y el general (Oviedo)? --El también estuvo, dicen que tiene amigos en Encarnación y que lo ayudaron cuando estaba perseguido, nosotro' le vamo' a votar a él (Oviedo).
--Está preso. --Pero el pueblo lo quiere y lo va a votar. En Asunción le van a decir que es mala persona pero nosotro' estamos con el general... El electorado paraguayo es en un 60 por ciento rural. Allí radica el activo político colorado, si bien desde la condena contra Lino Oviedo, el 17 de abril, las tendencias coloradas cayeron en las mediciones. La población rural está en el segmento de su electorado cautivo. Centenares de colectivos fletados desde los 17 departamentos del interior llegaban el martes por la tarde hasta esta capital para la celebración del cierre de la campaña oficialista en la capital. Alejandro Velázquez, operador oviedista de celular a tiempo completo, vaticinaba en diálogo con Página/12 que "llenaremos la plaza de la Independencia con más de 150.000 personas, muchos serán nuestros hermanos de tierra adentro". Zulma, de 25 años, empleada doméstica en Posadas, ojos claros, acné y timidez de campo, cruzaba el Paraná a bordo de la exhaustiva "La pinta". La muchacha guardó silencio toda la tarde oyendo la palabra de los hombres. "Yo no entiendo nada de política --dijo alzando la voz para sobreponerse al estruendo del motorcito fuera de borda--, aquí todos votan a Colorado, y van a seguir pobres. Yo no digo nada pero a Colorado no voto. Quiero democracia."
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