LO PEOR PASÓ, PERO PUEDE VOLVER
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"Lo peor de la crecida parece que ya pasó, pero existen situaciones imprevisibles que pueden modificar el clima de un momento a otro", dijo Palito Ortega, ayer, antes de partir hacia Formosa junto al presidente Carlos Menem. El secretario de Desarrollo Social abrió el paraguas por las dudas. Pese a que la bajante del Uruguay y el Paraguay es notoria y en algunos casos se llegó a niveles inferiores al de alerta, el Paraná aumentó levemente de nivel entre Goya y la ciudad de Paraná, y entre Villa Constitución y San Pedro. El buen clima cooperó para que buena parte de los evacuados regresara a sus hogares, pero la tranquilidad no es completa: los informes meteorológicos anuncian que mayo será más lluvioso que abril. Todavía parece lejano el día después, cuando se empiecen a sentir los efectos devastadores de una de las inundaciones de mayor gravedad e imprevisiones en el siglo. Palito Ortega aseguró que a partir de ahora el trabajo de su Secretaría será dirigido a las viviendas y caminos, y a las necesidades de los productores, comerciantes y "todos los que hayan sufrido las consecuencias de las inundaciones". A las 9.30, el helicóptero que transportaba a Menem ya sobrevolaba las localidades formoseñas de Clorinda y Herradura. "Continuaremos con toda la ayuda que sea necesaria", sostuvo el Presidente en Clorinda, donde inauguró una estación de bombeo. En Formosa, coincidiendo con la visita presidencial, el ministro de Producción provincial, Amadeo Nicora, informó que las inundaciones "dejaron bajo las aguas al 80 por ciento de la siembra de algodón y al 95 por ciento de los cultivos de arroz". En las provincias del Litoral, especialmente Formosa y Corrientes, los evacuados comenzaron lentamente a regresar a sus hogares, acompañados por el buen clima y la bajante. Según la Prefectura, en su jurisdicción hay 85.208 evacuados. En Goya, una de las ciudades más afectadas, el intendente Víctor Balestra aseguró que "la actividad volvió a la normalidad. Goya no está inundada. Estamos bien, la gente regresa a sus casas, pero todavía sufrimos la escasez de alimentos, velas y pilas". En Santa Fe y Entre Ríos, sobre las costas del Paraná, continúa la tensión. La ciudad de Reconquista fue alcanzada por el pico máximo de la crecida, con 7,09 metros. Entretanto, en el delta entrerriano, los habitantes de Villa Paranacito no aflojan su preocupación. Cuadrillas de Vialidad Nacional apuntalaban las defensas que protegen los únicos nueve kilómetros del camino que une la ciudad con la Ruta 12. Los 3,77 metros que alcanzó el Paraná en esa zona fueron considerados por las autoridades provinciales como un prenuncio del torrente que recibirán, en pocos días, las localidades de Paraná, La Paz, Santa Elena y Hernandarias. Y, por si fuera poco, el Servicio Meteorológico anuncia nuevas lluvias para la semana próxima.
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