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LA ETA MATA AHORA A JUBILADOS

Con el síndrome de las organizaciones terroristas que se asoman a su descomposición, la ETA disparó ayer en la cabeza a un suboficial retirado de 61 años. Tal vez sean los últimos coletazos de la violencia, pero sirven para dejar claro que la agonía no será rápida ni indolora.

Reflejo: Pasada su etapa de gloria, la ETA perdió de vista el objetivo y sólo se quedó con el reflejo de atacar, mordiendo en los lugares vulnerables.

Marcha fúnebre por otra víctima de los etarras.
La policía daba por desarticulada a la organización.

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t.gif (67 bytes)  La ofensiva de la ETA en respuesta a las últimas operaciones en su contra es cada vez mayor: un día después del entierro del concejal de Navarra Tomás Caballero, asesinado el miércoles pasado, ayer, en la ciudad de Vitoria, dos supuestos etarras dispararon en la cabeza a un suboficial jubilado de la Guardia Civil. Hasta anoche, Alfonso Parada Ulloa permanecía en coma profundo. En otras acciones menores atribuidas a la organización terrorista, la policía autónoma vasca (Ertzaintza) desactivó una bomba de fabricación casera en San Sebastián y dos etarras robaron un automóvil en la localidad de Aia para luego abandonarlo en un bosque por una presunta falla. Esto último sería apenas una anécdota si no fuera porque la propia Ertzaintza cree que tiene que ver con el atentado. En Vitoria, varios miles de personas se manifestaron en silencio para protestar por el hecho.

Según fuentes de la Guardia Civil, la víctima ya había sido amenazada por la ETA en varias ocasiones. El concejal Caballero también sabía que estaba en peligro, al punto de revisar, momentos antes de que le dispararan, el chasis de su auto buscando una bomba. Pero aquí se acaban las comparaciones, porque el edil pertenecía a la Unión del Pueblo Navarro (UPN), un partido aliado del gobernante Partido Popular (PP) y enemigo de los ideales nacionalistas vascos sobre la anexión de Navarra al País Vasco. Parada Ulloa, salvo el hecho de haber llegado a ser subteniente de la Guardia Civil, con sus 61 años ya estaba retirado de la fuerza.

Un etarra arrepentido, Mikel Sueskun, dijo ayer que "es hora" de que el Herri Batasuna (HB), el brazo político de los terroristas, "pida a ETA una tregua". Sueskun es vecino de Parada pero no deja de sorprender que, habiendo pertenecido a la organización, pida que ésta "abandone su ceguera" y afirme que en su accionar "lo único que hace es perjudicar al pueblo vasco". Quizás estime, como conocedor del asunto, que al haber elegido como blanco a un policía jubilado la ETA está dando señales de descomposición, como cualquier banda terrorista que, pasada su etapa de gloria, perdió de vista el objetivo por el cual se constituyó y sólo se quedó con el reflejo de atacar, mordiendo en los lugares vulnerables.

La policía antiterrorista, así como la Ertzaintza y el Ministerio del Interior, también pensaron que a la ETA no le quedaba mucha vida. Disueltos dos de sus principales comandos, el Andalucía y el Vizcaya, y encarcelada a comienzos de este año la cúpula de HB, su brazo político, bajo la excusa de haber difundido reivindicaciones etarras en plena campaña electoral, parecía que los ataques iban a ser cada vez más aislados. Como si fuera poco, el asesinato del concejal Miguel Angel Blanco, en julio del año pasado, había terminado de poner a la mayoría del pueblo vasco y ya no sólo español en su contra.

Pero la ETA se mantuvo activa y respondió cada vez que pudo. Solamente en enero mató a dos concejales del PP y a la esposa de uno de ellos que lo estaba acompañando en el momento del atentado. Pero los meses siguientes no se registró ningún hecho violento, y el sábado pasado la policía antiterrorista detuvo a seis integrantes presuntamente vinculados con el comando Donosti, el más importante de los que permanecen en actividad. Ambos datos volvieron a inflar de optimismo a las autoridades, pero del lado de los extremistas vascos las detenciones funcionaron como un despertador: los etarras volvieron a matar a un concejal y a los dos días la víctima fue Parada Ulloa, que con lesiones cerebrales prácticamente mortales podría pasar a engrosar la lista de los 195 miembros de la Guardia Civil muertos por la organización vasca.

Ahora, la pregunta que se están haciendo las autoridades es hasta dónde podrá llegar la ETA con su reacción y cuáles son las fuerzas de los comandos que aún operan para seguir con la escalada. Mientras no sea resuelta la incógnita, lo que se interrumpió es toda alternativa de establecer un diálogo de paz a la manera de los acuerdos que se alcanzaron en Irlanda del Norte con el IRA. La propuesta había partido del moderado Partido Nacionalista Vasco y reafirmado, incluso, luego de la muerte de Caballero, por el HB a través de algunos de sus dirigentes. Sin embargo, paralelamente a la multiplicación de las marchas de silencio que responden a cada atentado y que nacieron luego de la muerte de Blanco, la posición de Madrid se endureció más que nunca: "Este gobierno está con los españoles, y los españoles no quieren dialogar con quienes tienen una pistola en la mano y la utilizan para asesinar", dijo el portavoz del Poder Ejecutivo, Miguel Angel Rodríguez, quien confirmó además que el premier José María Aznar estará hoy en Pamplona --para estar "con el pueblo navarro"-- y en Vitoria, donde presentará al candidato popular para los comicios de octubre.

 

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