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REUNION CONTRA DUHALDE EN LA ROSADA

DEMOLICIÓN POR GOTEO

Carlos Corach convocó a una decena de dirigentes para elaborar la estrategia que termine con la carrera de Eduardo Duhalde. El congreso del Partido Justicialista es el escenario elegido por los hombres del Presidente.

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Carlos Corach, un ministro que trabaja para el Presidente


Sus hombres ya sondean a los congresales del PJ en todo el país.

Por Ernesto Tenembaum

t.gif (67 bytes)  El ministro del Interior, Carlos Corach, convocó para mañana a las seis de la tarde a una decena de dirigentes del PJ involucrados directamente en lo que Eduardo Duhalde definió la semana pasada como "demolición por goteo": esto es, la estrategia para establecer definitivamente el liderazgo partidario de Carlos Menem y dejar a Eduardo Duhalde fuera de juego. Como se sabe, la pelea interna dentro del justicialismo pasa ahora por la convocatoria al congreso partidario que definirá si hay elecciones internas este año, y si se eligen los candidatos para el año que viene, las autoridades partidarias, o todo junto. Corach transmitirá las órdenes de Menem, según las cuales se deben elegir sólo autoridades partidarias. Lo curioso de la reunión de mañana es que la mayoría de los presentes serán peronistas que, en algún momento, creyeron en la candidatura presidencial de Duhalde, entre ellos, el senador José Manuel de la Sota, el diputado bonaerense Raúl Alvarez Echagüe, el secretario de Seguridad Miguel Angel Toma y el senador Eduardo Bauzá. Además, irán tradicionales operadores del Presidente, como el diputado César Arias. Uno de los principales objetivos de Corach es producir una fractura significativa en el peronismo bonaerense. Para eso, algunos de sus hombres sondearon esta semana a intendentes del conurbano tan diferentes como el de Quilmes, Federico Scarabino, o el de La Matanza, Héctor Cozzi.

Desde 1988, en ningún congreso del PJ se ha discutido nada en serio. Entre 1983 y 1987, los congresos que se realizaron eran verdaderos espectáculos por la virulencia con que eran recibidos referentes renovadores como Carlos Menem, Antonio Cafiero o Carlos Grosso. En la provincia de Buenos Aires, Duhalde enfrentaba a Herminio Iglesias. La hegemonía de Menem evitó toda discusión seria desde entonces. Si todo sigue como hasta ayer, el próximo congreso podría reflejar el primer intento serio de discutir esa hegemonía. Las estrategias de unos y otros son las siguientes:

* El menemismo intenta consagrar este año, por la vía de elecciones internas, la continuidad de Menem en la jefatura partidaria. Ese sería el paso previo para instalar la idea de la proscripción del líder partidario. Como su candidatura presidencial está trabada por ley, ésta es la única pelea electoral que puede dar Menem.

* Duhalde quiere que se definan las candidaturas para el año que viene. Eso forzaría a Menem a admitir que quiere la re-reelección o a designar a un delfín, y renunciar a ella definitivamente. Si el congreso convoca a elecciones de autoridades partidarias, Duhalde podría no presentarse. De esa manera, Menem no tendría contendiente y sería un mero acto formal.

* Algunos dirigentes del orteguismo sugieren que se elija todo junto: candidato y jefe partidario. La fórmula menemista, en este caso, sería Menem presidente del PJ, y Ortega candidato. Eso obligaría a Duhalde a presentarse como candidato a ambas posiciones. Y favorecería a Ortega, quien estaría dispuesto a prometer, apenas consagrado, su renuncia para el caso de que la Corte declare inconstitucional la Constitución.

* Dentro del sector del Presidente hay una posición minoritaria

según la cual no es conveniente ninguna elección interna este año. "Ya está claro que si se discuten autoridades partidarias le ganamos a Duhalde. Nadie va a cuestionar, seriamente, la autoridad del Presidente. No hay que forzar las cosas porque se beneficia a la Alianza", dijo uno de los voceros de esta posición. El senador riojano, Jorge Yoma, se hizo eco ayer de ese razonamiento. "Las cuestiones partidarias se van a dirimir el año que viene. Andá a decirles a los gobernadores Puerta o Busti que vayan a una interna ahora, con todos los problemas que tienen. Te matan." Menem no quiere oír esas sugerencias. Ayer admitió que "hay crisis en el PJ" y que no tiene "un pensamiento totalmente común con Duhalde".

La "demolición por goteo", mientras tanto, continúa. En el Gobierno discutían en los últimos días cómo forzar la salida de Luis Barrionuevo de la jefatura de campaña de Duhalde. En los últimos días, anotan el salto que dio el mendocino Rodolfo Gabrielli, ex jefe de los equipos técnicos de Duhalde, y la definición pública, en favor de la re-reelección, del sindicalista Saúl Ubaldini. Todavía ningún intendente bonaerense pegó el salto pero, todos los días, los derrotados de cada distrito se reúnen para conspirar y enviar mensajes a la Rosada.

Paralelamente a la discusión sobre el congreso partidario, el Gobierno sigue discutiendo cuál sería el mejor momento para que la Corte emita un fallo re-reeleccionista. Una fuente justicialista, habitualmente bien informada, explicó a este diario: "La tesis que crece en estos momentos es la del Mundial. Si a la Argentina le va bien y la Corte se expide en ese momento, nadie prestará mucha atención a lo que digan Duhalde o la Alianza. Además, el Presidente podrá renunciar inmediatamente a la candidatura y descomprimir el tema. Lo que no quiere decir que seis meses después la acepte".

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