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REPORTAJE A CHACHO ALVAREZ

"NO PODRÍA TENER LA MISMA RELACIÓN QUE TIENE DE LA RÚA CON EL GOBIERNO"

Alvarez dice que el margen para una eventual gobierno de la Alianza será angosto en lo económico y que, para legitimarse, deberá "hacer justicia con el pasado inmediato, con el menemismo". Y se diferencia del jefe radical.


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Por Mario Wainfeld

t.gif (67 bytes)  Carlos "Chacho" Alvarez almuerza a las tres de la tarde ("vengo de jugar al fútbol"), en el café donde para desde hace quince años. Elige alejarse de la ventana "para que me vea menos gente y podamos hablar mejor". No pasa mucha gente el sábado por Scalabrini Ortiz y Paraguay pero él quiere estar distendido y atento. Habla como un torrente, bromea, pero a la vez pisa con pies de plomo-- sobre todo-- cuando habla de sus aliados. Cuando se refiere a la clásica puja entre "el fenómeno Graciela" y "el aparato de la UCR" usa varias veces la palabra "respeto" dentro de una frase. En otro tramo, reitera el vocablo "esfuerzo". De todos modos, deja a salvo que él no podría tener con el gobierno nacional la relación que tiene Fernando de la Rúa y que su destino en un eventual gobierno opositor no depende sólo de él sino de lo que hagan otros actores. Y enfatiza que la "gobernabilidad para el cambio" tiene como requisito indispensable juzgar la corrupción menemista.

--En el peronismo, antes de las elecciones, se pensaba que el presidente Carlos Menem era un piantavotos. Ahora la mayoría se abroquela tras él...

--El peronismo necesita tener una referencia fuerte. No ha encontrado un liderazgo más atractivo que el de Menem porque la mayor ventaja competitiva de Duhalde era ser un ganador. El PJ responde al principio de la conducción, como también los factores de poder.

--Dirigentes peronistas de primer nivel suelen explicar, apenas off the record, que Menem, como jefe de la oposición, les implica dos ventajas: les asegura fortaleza interna y garantiza altos niveles de impunidad de Menem para abajo. ¿Es así?

--Hay en el PJ una conciencia extendida, como la que tenía el conservadurismo inglés, de que se le vienen algunos años de estar en el llano. Ahí, él (Menem) está armando su retirada y busca un reaseguro, que puede ser doble: su condición de jefe y la inmunidad de un cargo institucional, puede usar el Senado como refugio. Ningún peronista va a permitir que se debilite a su jefe porque eso debilitaría sus posibilidades electorales,

--Esa es la descripción de un observador: ¿cuál sería, en ese caso, su respuesta como político?

--No vamos a dar vuelta la hoja como si nada hubiera pasado. Tenemos un margen muy angosto para transitar lo económico y lo social. Vamos a tener legitimidad social. Para conservarla tenemos que hacer juzgar al menemismo, demostrar que no tenemos complicidades con el sector del peronismo que participó descaradamente en la corrupción. No hay gobernabilidad si no se lleva a la Justicia a los corruptos. Es imprescindible para una gobernabilidad que garantice el cambio. Algunos van a decir que si hacemos justicia no va a haber gobernabilidad... Pero es al revés, es el primer gesto que demuestra que la Alianza va a cambiar. Hay una relación entre la pelea contra la impunidad menemista con lo que es una mayor equidad social, una mejor distribución del ingreso. El menemismo no actuó independientemente de importantes sectores del poder económico, los que evaden impuestos, los que montan ingenierías contables. No hacer justicia con el menemismo es dejar intacta la estructura del poder económico. Yo no me como la galletita del cambio de modelo con alguien escribiéndolo en un papel. Un cambio de modelo implica confrontar con los factores de poder que dejará el menemismo.

--Parte de la fascinación del PJ por su jefe estriba en que desde que Menem salió a competir la Alianza parece trastabillar.

--Las victorias electorales parlamentarias producen un fuerte enamoramiento de la sociedad. Pero, después de un tiempo, la gente se enfrenta con la realidad, los triunfos parlamentarios no cambian su situación, la política cotidiana no es emocionante....

--La campaña contra la re-re no fue algo que cautivó a la gente...

--No, por dos cosas. Una negativa, que es que la gente tiene a menudo poca sensibilidad institucional. Es un problema histórico... algunos taxistas nos decían "déjenlo participar, déjenlo que se presente y lo hacemos bolsa" sin pensar mucho en el valor de las instituciones (ríe). La segunda causa es que ese tema parecía una distracción frente a los problemas más urgentes.

--Un mes antes de las elecciones, ¿qué resultado, anticipado por las encuestas, le preocuparía más?

--Lo que más preocupa es perder, ¿ehhh? (risas). Va a ser una elección pareja. Creo, respetuosamente, que tenemos una candidata muy importante, la más atractiva porque expresa lo nuevo, lo superador, contra un partido muy fuerte, respetablemente fuerte. Se suele hablar del aparato con un tono peyorativo, yo respeto mucho la inserción que tiene el radicalismo a nivel nacional, en algún sentido lo envidio.

--¿No sería muy complicante para el Frepaso que las encuestas le den una mínima ventaja? o, dicho de otro modo, ¿acataría el radicalismo una derrota por un margen muy chico?

--Nosotros nacimos para ser una opción alternativa del bipartidismo y tenemos que introducir un cambio en nuestra cultura política para hacer una alianza estratégica con uno de los términos del bipartidismo. El radicalismo, que nunca hizo alianza con nadie, afronta un esfuerzo de cambio cultural, evitar un "patriotismo partidista" que haría ingobernable este país. La mayoría de los dirigentes radicales lo entiende y está haciendo un gran esfuerzo. Todos tenemos que evitar que el menemismo intervenga en nuestra interna, evitar operaciones como ésta que tiraron diciendo que yo le pedí fiscales a (el gobernador Eduardo) Duhalde o los que hablaron de un pacto entre Menem y De la Rúa. Si la Alianza trabaja bien, es gobierno en el '99. La única oportunidad de Menem es que se divida o quede muy debilitada, que la gente nos vea como un conglomerado, como una especie de zoológico que no puede gobernar el país.

--¿Que los vea como un zoológico con predominio de gorilas?

--Con predominio de gorilas nuevos, de gorilas privatistas (risas).

--¿Se puede gobernar un país con Menem como jefe de la oposición que domina el Senado y con la actual Corte Suprema?

--Tenemos recursos institucionales escasos, que hay que compensar con fuerza política, con una coalición más amplia que la Alianza. La Alianza va a ser votada como el instrumento de reparación social de los excluidos por el modelo, nosotros queremos algunos cambios, no la gobernabilidad que quiere el establishment, la gobernabilidad menemista con más transparencia.

--La experiencia del Frepaso y la UCR en la capital es percibida como un fracaso.

--Es un escenario muy difícil porque la elección de De la Rúa y la Legislatura fue antes de formarse la Alianza. Tendría que haber un gobierno de la Alianza en el Ejecutivo y la Legislatura, no una mera distribución de cargos sino discutir un modo de gestión de la ciudad... pero eso no es posible en medio de una interna. Yo le dije a De la Rúa, "vos necesitás un frente interno de gestión, muy consolidado, con gente de tu confianza". Esta relación es disfuncional, difícil y algunos de nuestros legisladores no han encontrado el modo de hacer un oficialismo crítico, más bien son una oposición crítica.

--¿Nunca piensa que usted podía haber gobernado esta ciudad?

--Yo creo que nunca podría haber gobernado coincidiendo con el menemismo. Es distinta la situación de De la Rúa con el menemismo que la mía, la confrontación que tiene con el menemismo es distinta.

--¿Por qué?

--Por su propia naturaleza, porque es distinta. Yo nunca hubiera podido gobernar la ciudad con (Carlos) Corach como ministro del Interior.

--¿Eso significa que De la Rúa hace concesiones que usted no haría?

--No, no, pero evidentemente De la Rúa tiene una relación de diálogo que a mí no me iba a resultar fácil.

--¿Cómo es su relación con Raúl Alfonsín?

--Buena, es el hombre que está muy jugado por la Alianza, como superación de los partidos, de su propio partido. No es de los que creen que "el que gana se queda con todo".

--Si gana la Alianza, ¿usted qué va a ser?

--No lo pienso mucho...

--Debe ser el único que no lo piensa, si no lo piensa.

--(Sonríe) No es que no lo pienso... es que hay muchos escenarios, hay que ver cómo responde la Alianza, si hay madurez... También mi situación va a estar ligada al grado de pasión por la Alianza. Uno es actor, es protagonista pero no es el único, también depende de cómo reaccionen en su momento otros protagonistas.

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