LA MAQUINA DEL FRAUDE ESTUVO INTACTA, PERO NO FUE NECESARIA CÓMO SE GANA UNA ELECCIÓN EN
PARAGUAY No es tanto que no haya habido fraude en Paraguay, sino que no fue necesario, por la avalancha de votos que favoreció a los hombres de Lino Oviedo. Un enviado de Página/12 cuenta cómo se compran y roban los votos en la truchodemocracia Nº 1 del continente.
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Página/12 EN PARAGUAY La mañana dominguera transcurría como cualquier otra en el Copetín Víctor, municipio de Luque en el gran Asunción. La premura y masividad con que los paraguayos votaban (1.680.000 electores, padrón 2.049.000) no parecía filtrarse en el local atendido por su dueño: "Víctor Villamayor ofrece servicios especiales de comidas, bocaditos, casamientos, bebidas en general, copetines, en Javier Begarín 65 entre Cerro Cora y 14 de Mayo, tel. 64-2573", todo eso detallado en su tarjeta de presentación. --Yo no sé, yo no voy a votar, no quiero ir..., por ahora en la mañana, o tal vez más tarde --cuenta Víctor con una métrica cortada que viene del guaraní, su primera lengua. Trapea el mostrador donde una vitrina oferta dos empanadas, tres pasteles mandio" (amarillos, de mandioca) y tres moscas. Se echa la rejilla al hombro y pregunta "vos de dónde venís, de Argentina, verdad, eh?", esquivándole al tema electoral.
--¿No va a votar entonces? --¿De qué lugar de Argentina sos vos, che?
--Del sur, tengo abuelos en San Julián, Patagonia. --Uhhhpa chamigo, qué frío. ¿Hay pingüinos allá verdad? --No vota, entonces, don Víctor... --¿Vos querés la verdad? Ahora espero, cuando me traigan 1 millón (guaraníes) les llevo toda la familia a votar a la escuela 26. Van a pasar a las 10 y nos llevan en taxi.
--¿Quiénes? --Los colorados pues, 1 millón viste, por toda la familia, 150.000 por cada voto. 400 dólares, viste. Casi a la medianoche Asunción era un bochinche de bocinazos colorados y la derrota liberal no tenía remedio: estaban alrededor de 10 puntos electorales abajo. La prensa nacional e internacional ya había emigrado del local del PLRA en busca de la dupla triunfante, Raúl Cubas-Luis María Argana. El secretario de la OEA, César Gaviria, había dado las hurras por "un acto eleccionario bastante normal". La casa estaba en orden. Pero la denuncia del director de Registros Electorales sobre la detección de faxes fraguados enviados para el conteo rápido volvió el centro de atención al Tribunal Superior de Justicia Electoral y al comando liberal. "Los paraguayos estamos condenados a las vigilias después de cada elección", lamentaba un periodista de Canal 2. "Otra vez la máquina del fraude quiso actuar en estas elecciones, pero se lo hemos impedido", gritaba disfónico Domingo Laino. "Pero esta historia se va a acabar, vamos a empezar una nueva era", prometía y alzaba los brazos, mostraba los dedos en "V" y abrazaba con el gesto a los correligionarios del público. Fue el PC (Puesto de Comando) del Partido Liberal Radical Auténtico, junto a su compañero de fórmula Carlos Filizzola y Miguel Otazu de la Causa Colorada, una firme fracción colorada captada por la coalición. Ellos no parecían tan resueltos como Laino cuando el candidato aseguró: "Mi estimado amigo el doctor Filizzola será el nuevo vicepresidente y (alcanzaremos) una victoria resonante a favor de la alternancia y del cambio del nuevo Paraguay". Una claque de militantes con el ánimo roto celebraba cada párrafo del líder y se esmeraba coreando "se siente, se siente, Laino presidente". Pese al empeño la derrota se les colaba en la cara, "es un manotazo de ahogado, ¿qué querés?, pero es la única que nos queda por hacer ahora", confiesa Damián, un estudiante de Derecho con la camiseta blanca y el símbolo multicolor de la Alianza en el pecho. "Ellos (colorados) tenían todo el aparato listo para el fraude y cuando lo iban a poner en marcha se dieron cuenta de que ganaban y quisieron pararlo", le explica a este diario.
--¿Van a pedir la anulación de las elecciones? --preguntó Página/12 a Carlos Filizzola.
--Hemos detectado serias irregularidades que de confirmarse en las proyecciones demostrarán una elección viciada. Por eso nosotros decíamos que había que esperar, que había un alto porcentaje de votantes que no respondían en la boca de urna. Laino aseguraba la victoria, su compañero no tanto.
--¿Es seguro que ganaron? --Nosotros así lo creemos, pero es necesario tener más información, debemos esperar que se reinicie el conteo mañana (lunes) a partir de las 9. Laino estaba apostando fuerte y para eso se esmeró en elogios a otro de los actores determinantes del tablero paraguayo, "nuestras gloriosas fuerzas armadas y policía nacional". Tras la conferencia, los dirigentes volvieron al despacho principal y allí permanecieron hasta las 2 y media de la madrugada, por lo menos. Adentro algo se cocinaba. Asesores, dirigentes y candidatos llevaban y traían información. Contactos con "la" embajada (EE.UU.?), con Mburivicha Roga (residencia presidencial?), con los cuarteles? Versiones que corrieron por los pasillos del Tribunal Superior de Justicia Electoral. Ninguna de ellas se confirmó, pero negarlas por completo es difícil. A la jugada de Laino le faltaba lo cuantitativo: no tenía los votos necesarios para que su denuncia pudiera anular los comicios. Pero resultaba verosímil: la máquina de fraguar elecciones colorada estaría intacta. Los faxes adulterados demuestran que si fuera necesario actúan. Al otro día (ayer) Laino relativizó la denuncia y aceptó la derrota. Pero hubo más: la caja de cableado telefónico de una ONG de asistencia electoral y conteo paralelo, Saka, fue saboteada, los taxis y colectivos con votantes no actuaron como otras veces, pero estaban en las gateras para hacerlo y comprar votos como los de Víctor, la intimidación a los funcionarios públicos ya es folklore, etc. etc. --Si lo hicieron por 50 años, ¿por qué dejarían de hacerlo ahora? -se preguntaba un redactor del diario Ultima Hora. Por cierto, la Justicia electoral advirtió el ilícito, pero eso tiene explicación: está bajo control de los magistrados aliancistas. ¿Pero hasta cuándo? El ingeniero Raúl Cubas anunciaba la "tormenta colorada", a horas de ganar. Sus puntos dominantes: sustituir el tribunal militar que condenó al ex general Oviedo por otro que lo deje en libertad, adelantar el traspaso del mandato de Wasmosy y si éste no cumple hasta las comas de lo que Oviedo le manda hacer desde la celda, imponer un paquete legislativo no bien recuperen la mayoría el 1º de julio cuando asuma la nueva Legislatura nacional en que controlarán ambas cámaras. ¿Sobrevivirá a la "tormenta" la independencia de la Justicia electoral? Un senador colorado, Juan Carlos Galaverna, fue un tanto tribal para anticipar lo que ocurrirá con los jueces aliancistas del tribunal: "Les vamos a romper el culo a patadas". En ese contexto de concentración del poder, Fujimori resulta hoy un boy scout al lado de Oviedo. En esas coordenadas políticas pensar que la transición democrática paraguaya está consolidada suena naïf. Creer que el fraude es asunto del pasado también.
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