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MANUEL CALLAU-ARTURO BONIN

JUNTOS SON DINAMITA

Los protagonistas evalúan la importancia de "Cuestiones con Ernesto Che Guevara", la obra teatral de José Pablo Feinmann que propone un debate sobre la legitimidad de la lucha armada.

Bonín y Callau durante un preestreno.
Un profe de historia de los '90 y el Che.

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Por Hilda Cabrera

t.gif (67 bytes) Protagonistas de Cuestiones con Ernesto Che Guevara, primera obra teatral del escritor y periodista José Pablo Feinmann, los actores Manuel Callau y Arturo Bonín entienden que ante todo se trata de una apuesta necesaria a un tema que generó debates importantes. La propuesta escenifica una discusión sobre un tema crucial en la historia contemporánea: la violencia como instrumento de la acción política. La obra se desarrolla en una escuelita de La Higuera (Bolivia), durante las dieciocho horas que precedieron al asesinato del Che en 1967. En ese ámbito, Feinmann instala un encuentro ficcional entre Guevara y un profesor de historia de los años '90, que lo increpa, acusándolo incluso de haber arrastrado a la muerte a toda una generación.

En una entrevista con Página/12, Callau y Bonín cuentan qué significa para ellos participar de esta pieza, que no es de ninguna manera un trabajo de tesis. "Componer al Che es estar en el centro del sentido de mi oficio", apunta de entrada Callau. El actor siente que su tarea "sirve", que le da placer y puede generarlo: "Intento rescatar lo que del Che resuena en mí, y los ideales de aquella época". Esta disposición le permitió construir un personaje "que tiene rasgos, matices, pasiones, ironías y agudezas, que imagino tenía el Che". Para Arturo Bonín (en la obra, el historiador y contrincante del Che) lo primordial es la posibilidad de indagar en "verdades muy profundas y concretas a partir de una situación que muestra a dos personajes sinceros y honestos", dispuestos a defender su postura respecto de la violencia en la acción política. Sobre este punto, el actor aporta una anécdota: "¡Qué bueno!, me dijo un amigo después de ver la obra. Fue un empate. El tercer tiempo lo jugamos en casa". Si ante el disenso la conclusión es comprobar y aceptar que no estamos de acuerdo, "quiere decir que vamos progresando", puntualiza.

--¿Creen que hoy se discute el tema de la violencia como instrumento de la acción política?

A. B.: No se discute, y cuando se lo hace, las posiciones son lineales y las respuestas, dogmáticas. En general, los debates parten de certezas y no de dudas. Y así no vamos a ponernos nunca de acuerdo. Si yo me quedo con mi verdad y el otro con la suya, ¿cómo lo dilucidamos? ¿Con un tiro al que no piensa como yo?

--¿Ponerse de acuerdo equivale a reconciliarse?

A. B.: No, yo no creo en las reconciliaciones a la fuerza. Hay gente que nunca va a ser mi amiga. Esto no quiere decir que automáticamente pase a ser mi enemiga. Es gente que no piensa como yo, y punto. Rechazo a los que hacen justicia por mano propia.

--¿Se plantearon alguna vez estos temas?

M. C.: Nunca me había planteado antes el de la violencia como acción política, pero siempre tuve en claro que la violencia es la respuesta a una agresión del entorno. No es lo mismo la violencia que se ejerce en defensa propia. Yo no soy de los que ponen la otra mejilla. Pero acá en la obra no se la plantea tanto desde una perspectiva personal sino histórica. El Che recuerda que todo cambio estructural profundo en la historia de la humanidad fue sangriento, porque excedía la voluntad de los hombres.

 

A. B.: Mi experiencia personal es en cierto sentido parecida a la que plantea mi personaje. No soy partidario de la violencia. Entiendo que al final no se consigue nada. Sí, en cambio, favorecer a los que tienen las armas. Propiciar un acto de violencia no es sino avalar al que tiene el cañón más poderoso y puede convertir en polvo a quien se le ocurra. El uso de la violencia no es para mí comienzo de nada. Además, tenemos la posibilidad de votar...

--¿Qué significado creen que asume la figura del Che para los más jóvenes?

M. C.: Creo que los significados son muy diversos. En una de las funciones de preestreno se nos acercó un chico que llevaba una camiseta con el rostro del Che. Estaba muy conmovido, y nos pidió el libro porque quería leerlo. No voy a decir que todos los chicos sean iguales, pero su actitud me emocionó. En general hay una clara intención de vaciar de contenido la experiencia revolucionaria del Che. Lo que se difunde y promociona es su imagen y no sus ideas de solidaridad, de libertad e igualdad social. Es cierto que en las librerías se pueden encontrar sus libros, pero de ahí a que alguien vaya y los compre hay un largo camino. Primero tiene que haber un estímulo por la lectura.

 

A. B.: Uno ha escuchado de parte de los chicos cosas como que el Che era un tipo regrosso, o consignas como Aguante el Che... Yo me he preguntado qué es eso de que el rostro de Guevara figure en una bandera de una hinchada de fútbol. ¿Es una forma sin contenido? Si es así, ¿de dónde viene ese desinterés por sus ideas y el lugar desde el cual las expresaba? Guevara es uno de los personajes históricos sobre el que hay una gran cantidad de testimonios, propios y ajenos. Está su diario, donde anotaba hasta lo más trivial, pero es evidente que esto que llaman "merchandising" lo congeló.

 

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