"EL ESTÁ DETRÁS DE TODO"
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Por Martín Mazzini desde Dolores "¿Vos querés saber la verdad? Yabrán está detrás de todo esto y mataron al periodista Cabezas porque Yabrán se molestaba por fotos y persecuciones que Cabezas le hacía. Como vos sabés, Ríos y yo trabajamos para él. Nunca en tu vida se te ocurra abrir la boca, si no querés que te pase algo." En esas cinco frases que le dijo a su ex esposa, Silvia Belawsky, el ex policía Gustavo Prellezo no sólo señaló a Alfredo Yabrán como autor intelectual del asesinato de José Luis Cabezas. También explicó el móvil del crimen y dio indicios sobre su participación, así como sobre la de Gregorio Ríos. Belawsky declaró ante José Luis Macchi ayer, y por primera vez contó lo que su marido le habría dicho en marzo del año pasado, después de una discusión que se generó cuando Prellezo miraba la televisión, que transmitía noticias sobre el asesinato del fotógrafo. El relajado fin de semana que Yabrán imaginaba como resultado de lo actuado desde el lunes se transformó ayer en dos días pesadillescos. A las declaraciones de Belawsky se sumó el faltazo de Prellezo. Página/12 anticipó hace cinco días que Prellezo iba a presentar al crimen como una paliza que se fue de las manos de sus ejecutores. Así quedaría exculpado Yabrán, además de la Policía Bonaerense. Pero Prellezo no vino. Su abogado, David Lettieri, adujo que sufrió una indisposición anteanoche. --¿Está complicado Yabrán? --Sí --se limitó a responder Guillermo Ledesma, defensor del cartero. Atrás quedaron las acusaciones por extorsión contra la Cámara de Apelaciones, y la denuncia de que el abogado de la familia Cabezas, Alejandro Vecchi, había recibido 100 mil dólares de Yabrán. No tan atrás, aunque también minimizada, está hoy el resto de la estrategia tendiente a descalificar a la Justicia, a los abogados y al poder político. Belawsky, con pantalón negro, camisa blanca y pantalones amarillos, llegó al juzgado a las 10. Durante más de cinco horas, los representantes de implicados e interesados escucharon lo que la nueva arrepentida le dijo al juez. Lo que sigue son los párrafos más importantes --filtrada la oratoria judicial-- de las 25 carillas que tiene la declaración:
* "Me consta y puedo afirmar que Gustavo y Yabrán tenían una relación desde enero de 1995. Esa fue la primera vez que él mencionó a Yabrán. Durante el '96, Gustavo me pidió varias veces el auto para viajar a Buenos Aires para reunirse con Yabrán". * "Una vez, Gustavo me señaló un edificio indicándome que ahí tenía las reuniones con Yabrán. Está a muy pocas cuadras del Obelisco, en una calle paralela a la 9 de Julio, y tiene muy pocos pisos." * "Gustavo y Yabrán se reunían periódicamente. Gustavo me decía que trabajaba en lugares propiedad de Yabrán en Pinamar haciendo adicionales, según entiendo en tareas de seguridad. Gustavo recibía tarjetas de fin de año de Yabrán. Por lo menos vi una, con firma y aclaración. En el '96 encontré en mi casa una caja con un par de largavistas de visión nocturna. Gustavo me dijo que se los había regalado Yabrán. También me dijo que en las Pascuas del '96 se reunió con Yabrán y otras personas, entre ellas el intendente de Pinamar (Blas Altieri), en el Hotel Del Bosque. Ahí Yabrán le obsequió unos huevos de pascua. Unos días antes o después del 17 de febrero del '97, Gustavo me pidió el auto diciéndome que tenía que reunirse con Yabrán en Capital." * "Gustavo tenía reuniones con Ríos, que comenzaron después de la primera vez que nombró a Yabrán. Frecuentemente eran en La Carreta, una parrilla que está en el Camino Centenario. Entre septiembre y diciembre del '96, volvíamos con Gustavo de pasear con la nena en Capital. Gustavo recibió una llamada en su celular, y me dijo que era Ríos. Fuimos hasta Acassuso o Martínez, a una confitería que está en una esquina de la Avenida Libertador. Gustavo se bajó y estuvo bastante rato con Ríos." Si la confitería es McPapa's, ésta es una de las aseveraciones que más llaman la atención, porque convalida lo afirmado por Ricardo Manselle, uno de los dueños del local. Manselle fue desmentido reiteradamente por sus socios y hasta por sus abogados. De cualquier manera, Belawsky afirmó que "Prellezo y Ríos se volvieron a reunir durante 15 o 20 minutos en el mismo lugar en febrero del '97". * "Gustavo me comentaba que se reunían por trabajo, para coordinar actividades o trabajos de seguridad en la costa, y que Ríos oficiaba de nexo con Yabrán por ser su empleado." * "En diciembre del '96, Prellezo me pidió que averiguara los antecedentes de Cabezas. Me escribió nombre y apellido en un papel. Recuerdo perfectamente que el apellido era Cabezas, y si bien no recordaba el nombre, después lo asocié con José Luis". * "Insistentemente le preguntaba si había participado del crimen, y Gustavo no me contestaba, me miraba fijamente, se daba vuelta y se iba." * "Nunca le comenté a nadie lo que acabo de decir." * "No noté en Prellezo un incremento económico o un mayor movimiento de dinero. Yo manejaba mi sueldo y el de Gustavo." * "Quiero rectificar lo que declaré cuando dije que Prellezo había estado el 24 de enero del '97, y que salió a la madrugada del 25 hacia Pinamar. Lo dije porque Gustavo me amenazó para que diga eso. El llegó a mi domicilio a la tarde del 25." *"Era amenazada telefónicamente, me llamaban voces masculinas que me decían que me callara porque iba a sufrir mucho (...) Oculté todo esto porque tengo terror de que le pase algo a mi hijita que es lo único que me queda." Los abogados de Prellezo no dudaron en resaltar lo llamativo de la declaración, sobre todo por la precisión que exhibió Belawsky. Además consideraron que no correspondía la última pregunta que le hizo Macchi por no estar relacionada con la causa: --¿Prellezo le comentó si había cometido algún otro ilícito en la costa? --preguntó el juez. --Sí. Cuando comentó que detrás del hecho de Cabezas estaban Ríos y Yabrán, también me dijo que habían quemado una casa en Pinamar por orden de Yabrán. No me dijo quiénes, ni de quién era la casa, ni cuándo fue, y si me lo dijo no lo recuerdo, porque estaba muy mal. La casa quemada podría ser la del ex secretario de Medios Guillermo Seita --miembro del equipo del ex ministro de Economía de Domingo Cavallo--, incendiada durante el apogeo de las denuncias de Cavallo contra Yabrán. Si Macchi da crédito a los dichos de la ex policía, sólo el pase de la causa al fuero federal podría salvar al cartero, o al menos darle tiempo para contraatacar. El hermetismo que mostraron los miembros del juzgado al abandonar el edificio, cuatro horas después que Belawsky, podría indicar que el juez ordenará la detención de Yabrán en las próximas horas. Por ahora, citó a los tres custodios que vigilaban la casa de Yabrán la noche en que asesinaron a Cabezas.
Por Raúl Kollmann Hace tres semanas, un diputado nacional adelantó a este periodista que Silvia Belawsky declararía contra su marido, contra Alfredo Yabrán y se presentaría como una especie de arrepentida respecto de la bomba en la casa de quien fuera secretario de Comunicación, Guillermo Seita. Consultados los abogados de la ex policía, negaron terminantemente la especie, pero la cita en el juzgado ya estaba fijada para la última semana de abril. Misteriosamente, Belawsky no concurrió a declarar, y en cambio la citaron justo para el mismo día en que también iba a declarar su ex marido, Gustavo Prellezo, y en la semana más caliente del caso Cabezas. No puede ser una casualidad. En estos últimos días, las maniobras fueron evidentes y todas se inscriben en el feroz enfrentamiento entre dos bandos: por un lado, Yabrán, la Casa Rosada y el cuestionado juez Hernán Bernasconi; en la otra punta del ring, el gobernador Eduardo Duhalde, su ministro León Arslanian y el juez José Luis Macchi. Los golpes volaron de un lado al otro en estos últimos cinco días y la llegada de Belawsky al juzgado fue un contraataque fulgurante, en respuesta a la ofensiva que Yabrán desplegó durante la semana. La declaración de Belawsky incrimina fuertemente a su ex marido y al supercartero. Sin duda tendrá ahora un gran peso en la causa, aunque habrá que comprobar sus dichos. Como era de esperar, los hombres de Yabrán y los allegados a Prellezo sostienen que "a Belawsky la compró el gobernador, prometiéndole la libertad y dinero por su testimonio". A pesar de estas afirmaciones, ninguno de los perjudicados por Belawsky encontraba anoche alguna contradicción seria o una brecha en lo relatado por la ex mujer policía. Las debilidades que se ven son básicamente dos. Una, que ella dice no haber visto prácticamente nada, sino que todo se lo contó Prellezo. No puede hablar del arma, ni la máquina de fotos ni del resto de los policías o custodios de Yabrán que participaron --según ella-- del operativo en el que se asesinó a Cabezas. La segunda debilidad es que Belawsky se apoya en algunos testimonios que tienen poca o ninguna credibilidad, como es el caso de Ricardo Manselle, el dueño de Mac Papas. El golpe de Belawsky se produce en una de las semanas más calientes del caso Cabezas. Ayer mismo, Prellezo se dio cuenta de las intenciones de su ex mujer y entonces no fue a declarar. Su intención es hacerlo la próxima semana, contestándole a quien fuera su esposa. La versión de Prellezo fue adelantada por este diario en la edición del lunes y contiene justo los ingredientes que necesita el bando de Yabrán, la Casa Rosada y Bernasconi. "Fue una interna de la Policía Bonaerense --la de Duhalde--, y en el asesinato el cartero no tuvo nada que ver", iba a decir Prellezo. Ahora, esa declaración parece escasa para la tormenta desatada. Tendrá que defenderse de Belawsky. También Yabrán sufrió duramente el contragolpe de ayer. Había acusado a la Cámara de Apelaciones de extorsión y al abogado de la familia Cabezas de recibir coimas. Mediante una chicana ilegítima intentó llevar la causa al juzgado de Hernán Bernasconi, que unas horas antes consiguió que los senadores del oficialismo voten --por primera vez en la historia-- que un juez, contra el que se lleva adelante un juicio político, no sea suspendido. Su secretario y los tres policías que trabajaban para él están presos. Mientras tanto, Bernasconi no sólo sigue firmando sentencias, sino que le pidió al juez Macchi que le envíe la causa Cabezas. Una maniobra que favorece claramente a Yabrán. A pesar de esta ofensiva desatada de lunes a jueves, el cartero termina la semana a la defensiva. Belawsky fue un golpe muy duro. En síntesis, más que nunca en estos 16 meses, la investigación del asesinato de José Luis Cabezas se convirtió en la arena de la pelea política nacional. A esta altura, pocos son los que se concentran en serio en la búsqueda de los culpables. Sus preocupaciones pasan por otro lado: maniobras judiciales, testigos truchos, esquivar las citaciones, presentar actas falsas, coimas, extorsiones y toda la gama de artilugios que tienen como único objetivo ganarle la pulseada política al contrario. La verdad, parece que no interesa. |