DURO CON EL LLANERO SOLITARIO
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El ex director del Banco Nación Alfredo Aldaco confesó ayer ante el juez federal Adolfo Bagnasco que cobró casi tres millones de dólares en sobornos para adjudicar a IBM el Proyecto Centenario y aseguró que el ex superministro Domingo Cavallo "sabe mucho más de lo que dice" sobre el proceso de informatización de 525 sucursales del Banco Nación. "Cavallo era el Llanero Solitario", ironizó Aldaco, quien declaró por más de seis horas en los Tribunales de Retiro. Al terminar, Bagnasco informó que Cavallo podría ser citado nuevamente ante los estrados judiciales. Fuentes judiciales precisaron que Aldaco relacionó por "vía de hipótesis" a Cavallo con las irregularidades que se investigan en la causa, y recordó que el actual diputado nacional se desempeñaba en aquel entonces como ministro de Economía y que por tanto "estaba al tanto" de lo que acontecía en el Banco Nación. El ex director del Nación, quien se encuentra procesado en esta causa por el delito de defraudación al Estado, admitió ante el magistrado haber abierto una cuenta en el exterior donde fueron depositados tres millones de pesos, presuntamente correspondientes a las comisiones ilegales que habría abonado la empresa IBM. Aldaco dijo también que el dinero lo habría depositado Marcelo Cattaneo, titular de la empresa CCR, empresa que cobró 247 millones de pesos en el proceso licitatorio denominado "Proyecto Centenario", denominado así porque su concreción coincidía con los cien años de creación de la entidad bancaria. También el ex directivo del Nación Genaro Contartese había señalado a Marcelo Cattaneo --hermano del ex subsecretario general de la presidencia, Juan Carlos Cattaneo-- como la persona que, en nombre de IBM, le entregó una "gratificación" de un millón y medio de dólares por la operación. Juan Carlos Cattaneo también fue procesado por Bagnasco por el delito de defraudación al Estado pero, en virtud de las nuevas revelaciones obtenidas en el marco de la causa, a ese cargo podría sumarse ahora la figura de cohecho. Ante las preguntas de Bagnasco y los fiscales federales Carlos Cearras y Pablo Recchini, Aldaco contestó que parte del dinero depositado en la cuenta en Suiza que comparte con su esposa --unos quinientos mil dólares-- "fue girado a otra cuenta en el exterior". Aldaco y Contartese son los dos implicados en el escándalo que reconocen haber tomado parte en la consumación de un delito. La última vez que declaró ante el juez Bagnasco, Aldaco dijo, claro y sencillo, que "no" era inocente en el caso. Ayer volvió a quebrarse cuando murmuró ante los hombres de ley: "Soy un hombre que se equivocó", pero atribuyó culpas también al actual diputado Cavallo, al revelar que éste conocía el movimiento de las coimas. "Cavallo le dio a la Justicia un número de cuenta asesorado de que el secreto bancario en Suiza no sería levantado", dijo Aldaco, al referirse a la información que suministró Cavallo a Bagnasco cuando aún era ministro, sobre el destino de ocho de los veintiún millones de dólares pagados en sobornos. Aldaco manifestó que Cavallo obtuvo información sobre el circuito de los sobornos de parte del banquero Carlos Rhom, directivo del Banco General de Negocios de cuya sede en Montevideo fue transferido el dinero ilegal de la operación entre IBM y el Banco Nación. Rhom es considerado por los investigadores del caso como el presunto autor de la ingeniería financiera del fraudulento contrato para el Proyecto Centenario destinado a la informatización de 525 sucursales del Nación. Aldaco recalcó que Cavallo brindó a la Justicia precisiones sobre la ruta de ocho millones de dólares pero no dijo "qué ocurrió con los trece millones restantes". Asimismo, relató que fue el ex ministro quien recomendó al entonces presidente del Nación, Aldo Dadone, la utilización del sistema informático Hogan que IBM vendió a la entidad.
AVANZA EL JUICIO A ANTONIO BUSSI CADA PAPEL, UNA SOSPECHA Día a día la situación de Antonio Bussi en el juicio político que se le instruye se complica cada vez más y el martes a las nueve será un día clave porque fue citado a declarar. En tanto, las irregularidades en la inscripción y el posterior resguardo de las declaraciones juradas del suspendido gobernador tucumano se confirman con el desarrollo de los testimonios de los empleados de la división patrimonial de la Contaduría General de la provincia. Luego de tomar declaración a cuatro empleados el Tribunal de Enjuiciamiento decidió suspender las audiencias y solicitar a la Fiscalía de Estado, a la Secretaría General de la Gobernación y a la Contaduría General la remisión de los libros de declaraciones juradas ante la sospecha de que faltan los de los años 1988 a 1996. El otro hecho extraño que volvió a cobrar fuerza en el Tribunal de Enjuiciamiento fue el cambio de los formularios de declaraciones juradas. La ley de declaraciones patrimoniales de los funcionarios y su decreto reglamentario data del gobierno peronista de Amado Juri en 1973, pero Bussi la cambió en 1996 donde se incluía la declaración de cuentas en el extranjero. Sin embargo, unos días antes de la fecha de la presunta presentación de su declaración jurada (5 de febrero de 1998), Bussi dejó sin efecto su propio decreto y volvió al viejo formulario donde no se incluía la declaración de cuentas en el extranjero. Otro punto oscuro. Según los testigos en el juicio político nunca pasaban más de 5 días entre el asiento de una declaración jurada y otra. Pero en el caso de Bussi, la declaración suya es del 9 de diciembre de 1997. Casi 60 días después recién es anotada la de Bussi. Una vez concluida la sesión comenzaron las especulaciones sobre si es conveniente que el gobernador suspendido se presente el martes. Los ultrabussistas gritan: "No permitiremos que el general sea vapuleado con estas irregularidades". Pero los ahora llamados bussistas "institucionales" sostienen que el general amonestado debe subir al estrado "y así evita que llamen a su familia a declarar". Para colmo de males, Jorge Bussi, un sobrino del gobernador suspendido, que vive en la ciudad natal de éste (Victoria, Entre Ríos) fue detenido y acusado de faena clandestina. |