VIGILANTES, VIDEOS PICANTES
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Cuando el juez Víctor Perrota le solicitó a la Policía Federal los datos actualizados de las barrabravas argentinas, el subinspector de Seguridad Metropolitana, comisario Luis Santiago Fernández le ofreció un informe poco eficaz. Parecía ser el resultado de la revisión de archivos periodísticos. Esta desinformación fue una de las causas que llevó al juez a parar el fútbol. Y este hecho es significativo, sobre todo si se tiene en cuenta que el pedido del juez no tomó a la Policía por sorpresa. ¿Política, egoísmo o hipocresía? Todo es posible mientras haya tantas cosas en juego. Lo cierto es que la tarea de "prevención" o "inteligencia" que se realizará en el futuro, ya está hecha. Y si se quiere erradicar a las barras bravas y descubrir sus vínculos con las dirigencias del fútbol sólo hay que recurrir a los lugares secretos de la Federal. Eso es resorte del gobierno, es decir, voluntad política. Desde 1995 un grupo de oficiales y suboficiales de la Federal estaban trabajando sobre la violencia en el fútbol. Con la mejor tecnología reunieron un banco de datos compuesto de filmaciones con cámaras ocultas, fotografías, informes de infiltrados en las hinchadas, archivos de antecedentes policiales y otras tareas de inteligencia que comprometían a varios violentos y más de un dirigente deportivo. Según le confió a Líbero una fuente de la Policía Federal "todas las puebas que vinculan y compromenten a hinchas y a dirigentes iban a ser utilizadas como punta de lanza en la mesa de conversaciones entre los dirigentes y autoridades". Los datos iban a ser utilizados como presión a los dirigentes de AFA cuando comenzara a hablarse en los medios del viaje de barrasbravas al Mundial, algo así como "no se hagan los tontos que tenemos todo filmado". Curiosamente, la AFA, que negaba cualquier vinculación y conocimiento de los grupos violentos, cambió la actitud. En los pasillos de la casa de Viamonte se asegura que Fernando Miele, titular de San Lorenzo fue el que impulsó la idea de dejar de proteger a los "hinchas caracterizados" y de trabajar en forma conjunta con el poder político. Por ejemplo, River dejó de dar entradas a su barra. Ninguna de esas operaciones se dio a conocer ni se puso en manos de AFA ni de la Justicia porque la ley no permite que se investigue a ningún ciudadano sin que haya una causa o pruebas que los sindiquen como sospechoso de algún delito. Por lo tanto un hincha "común" corre el riesgo de aparecer fotografiado o filmado al lado de un barra, mezclados en la tribuna. Recién en 1997 fueron blanqueadas luego de que se firmara un decreto que dio lugar a la creación de un grupo especializado en barrabravas amparado bajo el ala de la Secretaría de Seguridad Interior que en ese momento comandaba el comsiario (R) Adrián Pelacchi y ahora está en manos de Miguel Angel Toma. El cuerpo especial de policías creado a partir del decreto 1465/97 y al mando del comisario mayor Oscar Montoreano cuenta con unos 50 efectivos que trabajan solamente en esta área y tiene como objetivo, a largo plazo, desmantelar desde adentro a todas las barrabravas imitando el "modelo inglés" que desbarató a los hooligans. La tarea inmediata es restringir la salida del país de aquellos barrabravas que buscan un lugar en las tribunas de Francia `98 y a colaborar con la policía internacional aportando información sobre los hinchas argentinos. El agregado de prensa de la embajada de Francia, Jean Rey, sin dar mayores precisiones, comentó a Líbero que su país está trabajando "para prevenir cualquier tipo de problemas, realizando contactos internacionales para informarse en todo lo referente a la violencia en fútbol". La Policía Federal ya mandó a varios oficiales al país anfitrión del Mundial `98 Esta colaboración entre países tiene sus antecedentes. En 1994 el Ministerio del Interior entregó a la Interpol una lista con los nombres, fotografías, antecedentes, y un informe clasificado sobre los principales cabecillas de las barrabravas. Y un grupo de policías norteamericanos presenciaron el partido por las eliminatorias que jugaron Argentina-Australia. La experiencia alcanzó para llevarse una primera impresión: 38 heridos, 4 apuñalados, y 187 detenidos.
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