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LA RUPTURA CON IRÁN PONE EN TENSIÓN AL JUZGADO

Los funcionarios del juzgado de Galeano sostienen que Alemania y Francia no rompieron relaciones pese a que probaron la asociación iraní con grupos terroristas.

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El Consejo de Entidades Islámicas criticó ayer la posible ruptura de relaciones.
"La comunidad musulmana es víctima de una campaña de difamación."


Por Raúl Kollmann

t.gif (67 bytes)  Fuentes del juzgado de Juan José Galeano dejaron trascender ayer su disgusto por la intensión del Gobierno de romper relaciones con Irán sobre la base de indicios que supuestamente se han acumulado en el caso AMIA. "Nos están tirando encima la responsabilidad a nosotros --dijo la fuente-- y si después la investigación determina otra cosa nos van a echar la culpa. Hay efectivamente elementos de importancia, testimonios fuertes que relacionarían los atentados con Irán, pero estamos trabajando y no hay nada definitivo. En Alemania hubo una condena en firme contra Teherán y no rompieron relaciones. En Francia quedó plenamente probada la participación iraní en asesinatos y hoy hay más relaciones que nunca. Aun cuando el juez pida la captura internacional de Moshen Rabbani no habría motivos para declarar la ruptura internacional de relaciones. Acá nos quieren tirar el fardo a nosotros. Es una barbaridad." Las frases escuchadas ayer en los juzgados de Comodoro Py reflejan el fuerte malestar reinante.

Hace dos semanas el Gobierno inició una escalada que puso las relaciones diplomáticas con Irán al borde de la ruptura. El argumento que se esgrime es que en la causa AMIA está prácticamente probada la vinculación de Teherán con los atentados ocurridos en Buenos Aires, una visión que desde hace varios años es impulsada por Estados Unidos e Israel. La realidad es que --como señalaban anoche en el juzgado-- existen indicios fuertes contra Irán, pero no pruebas categóricas y definitivas. En primer lugar, porque la investigación todavía no terminó e incluso no se ha encontrado todavía el vínculo entre los diplomáticos y la llamada conexión local. Pero además, no se hizo juicio alguno ni hay sentencia de ningún tipo.

Los indicios que hoy existen contra Irán son los siguientes:

* Hay un informe de la SIDE, acompañado de fotos, donde queda probado que el ex agregado cultural Rabbani preguntó precios de las camionetas Trafic, en la avenida Juan B. Justo, unos ocho meses antes del atentado. Ese modelo fue el utilizado en el ataque. En un primer momento se dijo que era extraño que un diplomático busque ese tipo de camioneta, ya que, al no pagar impuestos, consigue vehículos mejores a precios irrisorios. Sin embargo, en ese momento Rabbani no era agregado cultural, cargo que se oficializó recién el 30 de marzo de 1994. Este es el dato material que relaciona a Rabbani con el atentado.

* El segundo elemento de importancia es la declaración del testigo Wilson Dos Santos, un taxi-boy brasileño que se presentó en el consulado argentino en Milán, diez días antes del atentado, para advertir que iba a haber un ataque en Buenos Aires. Dos Santos desapareció después de declarar y el Estado brasileño nunca lo ubicó. La única vez que habló, el taxi-boy contó una complicadísima versión donde aparece una prostituta iraní, Nasrim Mohtari, y algunos personajes que supuestamente estaban vinculados con la Embajada de Irán. En las direcciones que dio en Buenos Aires nunca pudo corroborarse la historia, pero Dos Santos tiene un acierto incontrastable: anticipó el atentado.

* La causa también incluye la declaración del arrepentido iraní Monousheh Moatamer, un hombre que trabajaba en Inteligencia del régimen de Teherán. Moatamer señaló a cuatro diplomáticos y apuntó también a Rabbani, pero sin conocer ningún detalle sobre los atentados de Buenos Aries. "Si ellos estaban en Argentina, seguro que fueron culpables", dijo. Como todo arrepentido, es opositor a Teherán, y sus datos son de relativo peso, teniendo en cuenta que no pudo aportar nada concreto sobre los ataques.

* Un segundo arrepentido, de mayor nivel, fue el llamado señor "C", quien declaró hace pocas semanas en Alemania. Este hombre sí dijo que hubo una reunión de la máxima jerarquía en Teherán en la que se decidió hacer los atentados de Buenos Aires. Como es lógico, el señor "C" sostiene que él no participó, pero que está seguro que allí se dio la orden a Rabbani de idear los ataques. Se trata también de un opositor al gobierno iraní, que nada pudo revelar sobre la camioneta, los explosivos o cualquier elemento concreto relacionado con la operación terrorista. Sólo atinó a decir que, en general, los iraníes infiltran las policías y fuerzas de seguridad, por lo cual no le extraña que haya uniformados en la conexión local. Como se ve, tampoco nada definitivo. Por otra parte, aunque no hay pruebas sobre la reunión cumbre de Teherán, los expertos dicen que el hombre es confiable.

* La versión de los ocho detenidos entre el jueves y el viernes. Se trata de comerciantes y traficantes de armas, algunos de ellos en situación irregular en cuanto a la residencia en el país. El principal, Iamanián Koshrow, fue funcionario de la embajada iraní en España, donde se alteraban las identidades de los diplomáticos, aunque no está claro si para respaldar actos terroristas, de espionaje u operaciones de tráfico de armas. En el juzgado describieron así el resultado de las declaraciones: "Hubo demasiada expectativa para lo poco que nos dejaron esos testimonios". Los ciudadanos iraníes no pudieron aportar elementos concretos sobre la camioneta, los explosivos, el lugar donde se armó el coche bomba o cualquier otro elemento que pueda esclarecer la relación entre la instigación internacional y la forma en que se concretó localmente. Sólo vincularon a Rabbani con los ataques, pero sin dar pruebas concluyentes.

Con estos datos a la vista, en el juzgado miran con estupor la escalada diplomática. "Alguien le tendría que poner sensatez y mesura a esta cuestión. Nosotros recién estamos investigando. Y si quieren romper relaciones, sí o sí, que no digan que es en base a las pruebas del expediente, porque es un trabajo en curso", concluyó el hombre sentado en la oficina de Comodoro Py.

 

PROTESTA DE LA COMUNIDAD ISLAMICA

"EN ESTADO DELIBERATIVO"

"Somos víctimas de una campaña de difamación. Estamos en estado deliberativo." De esta manera, Abdul Karim Paz, titular del Consejo de Entidades Islámicas de Buenos Aires, manifestó ayer en nombre de su comunidad el rechazo a la decisión del gobierno de minimizar las relaciones diplomáticas con Irán. Además, Paz calificó de "delincuentes" a los arrepentidos que relacionaron a Irán con el ataque a la AMIA y defendió al ex encargado de negocios de ese país en Buenos Aires, Mohsen Rabbani.

La conferencia de prensa que se llevó a cabo en la mezquita At-Tahuid iba a ser, originalmente, una concentración frente a la embajada de Irán. "El encargado de negocios nos pidió que no hagamos una manifestación", explicó Paz.

Luego de leer un fragmento del Corán, Paz aseguró que "el Islam es víctima de una campaña de difamación que repercute muy negativamente en el seno de nuestra comunidad y en los intereses de la Nación Argentina". El líder de la comunidad musulmana atribuyó a las presiones de Estados Unidos e Israel la decisión de la Cancillería de limitar a un solo funcionario en cada país las relaciones bilaterales con Irán. "Nunca se escuchó la posición de los países islámicos", aseguró.

"Nosotros somos una comunidad sin prontuario." Le pedimos a la Justicia argentina que busque la verdad y no fabrique una mentira por intereses", pidió. Paz también se ocupó de defender al ex encargado de negocios de Irán en la argentina, Mohsen Rabbani, quien está sospechado de ser uno de los organizadores del atentado contra la AMIA. "Es una Autoridad Religiosa y una persona de una intachable reputación moral".

"Contraponemos el testimonio de la comunidad, que conoce a Rabbani desde hace más de 15 años, al de los arrepentidos", dijo Paz, quien agregó que "está comprobado que estas dos personas son delincuentes".



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