LA SELECCIÓN SUBE EL PENÚLTIMO ESCALÓN
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Por Carlos Stroker Desde Mendoza Es la penúltima prueba de la selección nacional previo al Mundial de Francia. Luego del encuentro de esta noche, frente a Chile, al conjunto de Daniel Passarella sólo le quedará el compromiso del lunes próximo ante Sudáfrica. Después no habrá excusas ni lamentos. Argentina ya está en la recta final y a partir de las 21 afrontará un nuevo examen. Los chilenos no son Bosnia y prometen darle un buen dolor de cabeza al entrenador argentino, que sólo dispuso una única modificación --el retorno de Germán Burgos al arco-- para jugar en un estadio que, se estima, estará colmado al 90 por ciento, y mostrarle a la gente que su equipo se ha recuperado futbolísticamente tras sus triunfos ante brasileños y bosnios. "Es difícil decir si este partido será más duro que el que le ganamos a Bosnia --explicó Passarella en una conferencia de prensa tras la llegada del plantel a Mendoza, ayer a la tarde-- Chile es un muy buen equipo y ya lo demostró ganando en Wembley". Las dos selecciones tienen valores suficientes como para dar un buen espectáculo, pero habrá que verlo. Para este partido se cumplió algo que Passarella pidió prácticamente durante toda su gestión: tiempo para trabajar con los futbolistas; hace ya una semana que el entrenador tiene concentrado al plantel. Ahora deberá lograr que los jugadores demuestren en el campo de juego lo que él le pide en los entrenamientos. Para este cotejo no podrá contar con tres jugadores, José Chamot, Hernán Crespo y Carlos Roa, quienes se quedaron en Buenos Aires recuperándose de sus respectivas lesiones. Para Passarella los tres son titulares, y seguramente se presentarán el lunes frente a los sudafricanos. Pero uno cuya seguridad está cada vez más en dudas es Claudio Caniggia. "Prefiero estar convencido antes de dar un nombre --dijo el entrenador--. No estoy en condiciones, hoy, de dar una lista con 22 convocatorias, porque hay jugadores lesionados que no pueden competir con sus compañeros". El choque despertó mucho entusiasmo en esta ciudad. Mucha gente se juntó para comprar entradas y poder ver el clásico. La llegada del combinado nacional fue esperada por mucho público, que también animó la llegada del plantel al hotel Aconcagua, lugar siempre elegido por Passarella desde que era entrenador de River. Sin duda, la gran atracción es Gabriel Batistuta, quien parece haberse reencontrado con el gol y con sus compañeros adentro de la cancha. Eso sucedió la semana pasada, pero ahora, frente a Chile, la situación puede ser distinta, debido a que Nelson Acosta, el uruguayo que dirige a los chilenos, ordenó una marcación personal sobre él y sobre Ortega, que es el esquema de marcación que utiliza siempre (ver recuadro). Claro que Argentina tiene otros hombres que pueden desequilibrar, como Verón, López o la sorpresa de Zanetti. Chile saldrá a esperar y tratará de aprovechar el contragolpe en los pies de Salas y Zamorano. Debido a la presencia de los dos delanteros chilenos es que Passarella no jugará en línea, sino que volverá a recurrir a un líbero --Sensini-- y dos stoppers, Ayala y Paz. El cambio de líbero con respecto a los últimos encuentros (Ayala venía jugando en esa función), se debe a que Zamorano es un buen cabeceador: como Ayala también lo es, tendrá el deber de marcarlo. La clave del encuentro seguramente estará en el medio campo. Allí pasará gran tiempo del juego de esta noche, pero Argentina no debe dejarse sorprender. Tendrá que buscar las variantes necesarias para tener la pelota. Así como en la Argentina tres jugadores se quedaron en Buenos Aires, Acosta no podrá contar con uno de sus preferidos, Javier Margas, quien se recupera de una lesión. Por lo menos estará con su mujer, algo que no será permitido en el Mundial, porque se supo ayer que los chilenos no podrán llevar a sus esposas a Francia, ya que los dirigentes piensan que "cualquier inquietud o distracción --la frase es textual-- como lo es que las mujeres estén cerca y deban ir a ver a sus esposos, no es positivo".
Por C. S. Nelson Acosta reemplazó en el cargo al español Xavier Azkargorta cuando apenas se habían jugado dos partidos por las eliminatorias del Mundial de Francia. Si bien el público chileno no estaba muy entusiasmado con su presencia, los resultados le fueron dando un cierto respaldo al técnico uruguayo, que definitivamente se ganó el apoyo cuando su equipo se clasificó para jugar el mundial. Le gusta jugar con un líbero y dos stoppers, ama la marca personal y no está dispuesto a cambiar de libreto. Chile juega con Fuentes de líbero y Ramírez y Ricardo Rojas (que hoy reemplaza a Margas) de stoppers. Además coloca siempre a tres volantes de marca --Francisco Rojas, Musrri y Castañeda-- un volante suelto, como Parraguez, y uno de creación --Estay, uno de los mejores jugadores de este plantel--. Salas y Zamorano van siempre de punta. ¿Cómo jugarle a este equipo? Por abajo, tocando siempre, abriendo la cancha. Muestra serias dificultades cuando hay sorpresa por los costados, pero es muy fuerte en la marca del medio campo y sale muy rápido de contragolpe, sobre todo con Ramírez y Castañeda. Si Argentina aprovecha su jerarquía individual y armoniza el juego a nivel colectivo, puede ser superior que sus rivales de esta noche, que vienen de vencer 3-0 ante el Palestino, un equipo chico de la liga chilena, y jugando muy mal.
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