Mientras esperaba en la recepción de la clínica Otamendi, el martes último, vio a una persona de rostro conocido. "General..." El otro se dio vuelta para darle la mano, pero el hombre lo paró en seco: "Me da asco pisar el mismo suelo que usted, hace años que debería estar entre rejas". El viejo se puso furioso: "Callate, hijo de puta subversivo". La escena terminó allí, pero pocos minutos después el hombre lo volvió a increpar y el anciano intentó golpearlo. El joven logró esquivarlo y a cambio le dio un golpe en las costillas. Carlos Guillermo Suárez Mason no intentó responderle. Ya no era el señor de la vida y de la muerte |