LA LLAMADA DE MENEM
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Por Jorge Cicuttin Desde la tarde del último miércoles, el presidente Carlos Menem evitó el contacto con la prensa y ordenó a los restantes integrantes de su Gobierno unificar el discurso respecto de la muerte de Alfredo Yabrán. La única finalidad fue negar cualquier vinculación entre el Ejecutivo y el empresario postal. Pero en la intimidad el Gobierno no actuó como ante cualquier muerte. El propio presidente Menem se comunicó esa misma tarde con la esposa de Yabrán, Cristina Pérez, y poco después fue recibido en la Quinta de Olivos el hijo del empresario, Pablo Yabrán. Este último partió luego junto al ministro del Interior, Carlos Corach, rumbo a la estancia de Entre Ríos donde ocurrió la tragedia. El Presidente se encontraba en La Rioja cuando se enteró de la muerte de Yabrán. Fue el miércoles a las 14.45, mientras estaba descansando en la casa del ministro riojano de Salud, Raúl Chacón. Inmediatamente se trasladó en automóvil hasta el aeropuerto local y voló directo a Buenos Aires. Ya en Aeroparque evitó el contacto con la prensa y viajó en helicóptero hasta la residencia de Olivos. Allí analizó el caso con Alberto Kohan, Carlos Corach, el jefe de la SIDE, Hugo Anzorreguy, y el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez. Con el panorama algo más claro, el Presidente dialogó telefónicamente con Cristina Pérez, la esposa de Yabrán, a quien le expresó sus condolencias, según la detallada información brindada por un íntimo allegado a la familia, confirmada después por un importante funcionario del primer entorno presidencial. Poco más tarde, llegaba a la Residencia un desolado Pablo Yabrán, hijo del empresario desaparecido, quien todavía no estaba del todo convencido de que se trataba de un suicidio. Desde la propia Quinta de Olivos partió el ministro Corach, junto a Pablo, rumbo a Entre Ríos. Tanto la conversación con la viuda como el encuentro con su hijo se mantuvieron en el máximo secreto. La estrategia oficial busca demostrar que Carlos Menem recibió la muerte de Yabrán como la de un empresario más. La relación entre el Presidente de la Nación y otros miembros del Gobierno con Yabrán es un pesadísimo lastre que el Ejecutivo arrastra desde que comenzaron las acusaciones sobre "organizaciones mafiosas" del ex ministro Domingo Cavallo y que se agravó a partir del asesinato del fotógrafo José Luis Cabezas. "La relación entre Menem y Yabrán era mucho más estrecha de lo que yo imaginaba", sentenció Cavallo al salir del gabinete. El mismo detalló, en su libro El peso de la verdad, que "Alfredo Yabrán había enviado una primera remesa de cuatro millones de dólares para la campaña electoral del plebiscito que por entonces se planeaba llevar a cabo para lograr la reelección de Menem y, además, se comprometía a financiar toda esa campaña...". El Presidente trató siempre de mantener en la mayor reserva su relación con Yabrán, tanto que, desde que estalló el caso, Menem brindó respuestas diferentes sobre si conoció al empresario o no. "Su amigo, no. Lo conocí una vez en el despacho del doctor Bauzá, cuando (Yabrán) fue a verlo, acompañado por Diego Ibáñez. Además, tuve oportunidad de conversar un par de veces con él en los pasillos de la Casa de Gobierno", explicó Menem poco después de la muerte de José Luis Cabezas. Claro que posteriormente debió reconocer que su ex cuñado y hombre de confianza, Emir Yoma, "es amigo de Yabrán" y que varios funcionarios de su Gobierno mantuvieron reuniones con el empresario. "No hace falta que Yabrán acuda a intermediarios (para darle algún mensaje al Ejecutivo), él fue varias veces a la Casa de Gobierno", admitió Menem. Después llegó el Excalibur que mostró 35 llamadas a la Presidencia de la Nación. Menem defendió públicamente en muchas oportunidades al empresario que apareció muerto el miércoles último: "A Yabrán lo condenaron los medios, y esto nadie lo puede negar (...) no es correcto que se hable de Yabrán y el caso Cabezas, porque debemos esperar que se pronuncien los jueces". El Presidente insistió en su teoría sobre el acoso mediático sobre el empresario cuando se difundieron las llamadas telefónicas hechas por Yabrán hacia la Casa Rosada. "Yabrán está siendo cuestionado, vilipendiado prácticamente por todos los medios tratando de expresar su participación como instigador del crimen de José Luis Cabezas", señaló el Presidente en ese momento. "Es un empresario más", explicó para justificar que su jefe de Gabinete lo recibiera, en medio del escándalo, en la propia Casa de Gobierno. Pero desde la muerte de Yabrán, Menem se llamó a silencio. Evitó cualquier contacto con la prensa y ordenó a su entorno reducir lo sucedido a un hecho de índole familiar sin trascendencia del que debe ocuparse, no el Gobierno, sino una ignota jueza de un ignoto pueblo de una pequeña provincia mesopotámica. Hoy parte de gira a los países escandinavos. Seguramente los periodistas europeos tendrán algo que preguntar sobre todo esto.
Por Pablo Rodríguez desde Entre Ríos Ricardo Paiva es el perito que representó a la familia de Alfredo Yabrán en la autopsia que se le practicó en la morgue judicial de Gualeguaychú. Este diario había informado que este médico, director del Hospital Centenario de la ciudad, es igual que el ex cartero, oriundo de Larroque, y amigo de la familia Yabrán. La coincidencia despertó inquietud en Eduardo Duhalde, quien, le preguntó al gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, si Paiva forma o formaba parte del aparato del hombre considerado por la justicia bonaerense como supuesto autor intelectual del crimen del fotógrafo. Busti lo tranquilizó explicándole que se trataba de un antiguo militante peronista. Página/12 lo entrevistó ayer. Posiblemente, alguna de sus respuestas vuelvan a intranquilizarlo: Se calificó "furiosamente antimenemista" y defensor de la candidatura del gobernador de Buenos Aires. A Yabrán lo definió de "muy narciso, enigmático y muy ambicioso". --¿Cómo se ubica políticamente? --Soy militante peronista y furiosamente antimenemista. Yo fui legislador provincial por Gualeguaychú entre 1991 y 1995 por el peronismo. Participé de la época gloriosa de la JP, cuando en los '70 luchábamos por los ideales. Y ahora estoy apoyando la candidatura de Duhalde.
--Es cercano a Yabrán y al mismo tiempo apoya a su peor enemigo. --No soy exactamente cercano a Yabrán. Yo en este caso estoy triplemente cruzado: soy el director del hospital de Gualeguaychú, el perito de la familia de Yabrán y apoyo a Duhalde, pero, que se entienda bien, como un simple militante antimenemista.
--¿Cómo conoció a Yabrán? --Lo vi muy pocas veces. Lo conocí hace veinte años por su hermano. Mantengo relación con su familia. --¿Y cómo fue que lo llamaron? --Yo llamé para saber qué había de cierto sobre la noticia del suicidio. Ahí me dijeron que era verdad y que yo iba a ser el perito de la familia. --¿Encaja el suicidio como explicación de la muerte de un hombre poderoso del país, que podría haberse escapado cuando quisiera? --A mí sí me encaja. Alfredo tenía una personalidad netamente ganadora y no soportaba la idea de perder así sea por un minuto. No quería ir preso pero tampoco estar prófugo: era demasiado orgulloso. Y otro punto es que no aguantaba la presión de los medios. Prendía la televisión y escuchaba todo el tiempo que era culpable. Evidentemente, se sintió acorralado. --En Gualeguaychú se dice que, por su relación con Yabrán, éste habría hecho donaciones al hospital Centenario y el Sanatorio Co.Me.Tra. (lugar donde le realizaron la tomografía computada). --Eso es una absoluta y burda mentira. Nunca entregó ni un alfiler. Lo único que donó a la región --y eso que es dueño de más de la mitad de las tierras-- es un grupo electrógeno a la ciudad de Larroque, donde nació. Que no vengan a decir que Alfredo era generoso. --Es raro que se muestre tan resentido contra Yabrán quien justamente lo vio en condición de amigo de la familia. --Pero es que es la verdad. Yabrán amasó rápidamente su inmensa fortuna y era muy pobre. Después no tuvimos noticias de él. Ganó mucha plata con los contratos con el Estado y hay que investigar sus asuntos económicos. --¿Lo está acusando a Yabrán? --No. El asunto de su muerte está cerrado; ahora quedará la investigación de Cabezas y después la de sus bienes. --¿Y con este perfil que usted está mostrando la familia Yabrán lo eligió para representarla en la autopsia? --Yo no era un hombre absolutamente cercano a Yabrán. Lo conocía desde hace tiempo, a él y a su familia, y sabía sus antecedentes médicos. Pero mi vida es muy distinta a la de él. El era muy narciso, enigmático y muy ambicioso. Yo soy un simple trabajador y un militante.
PARA EL AYUDANTE DEL CEMENTERIO ES CURIOSO EL FINAL DE YABRAN "ES RARO QUE HAYA TERMINADO ASÍ" Por P. R. desde Entre Ríos "La bolsa con el cadáver (de Alfredo Yabrán) se cayó dos veces cuando lo transportaban y cuando lo empezaron a limpiar usaron cloro en lugar de formol", dice Eduardo "Empanada" Martinovich, el ayudante del cementerio de Gualeguaychú que se hizo famoso con las fotos que tomó la revista Gente de la sala de autopsias mientras examinaban el cuerpo sin vida del ex cartero. Martinovich, que estuvo presente durante el estudio, es el enterrador de camposanto de la ciudad y responde las preguntas de la poca gente que hay allí en un domingo nublado. "¿Adónde lo revisaron a Yabrán?", le pregunta una señora elegante y perfumada. "Ahí, al fondo, si quiere la llevo". La señora se rehúsa pero Página/12 va con él hasta la puerta de la sala. --Ve, allí, que hay dos cajones: en el de abajo iban a poner a Yabrán. --¿Y por qué quedó acá? --Lo que pasa es que acá lo trajo la (Asociación) Mutual del Frigorífico de Gualeguaychú y ellos habían puesto el cajón. Como vino La Previsora a hacer el servicio, trajeron uno mucho más lujoso para llevarlo. La familia de Yabrán es amiga de la gente de La Previsora; ellos tienen una sucursal en Larroque (la ciudad natal del empresario). --¿Cómo estaba el cadáver? --Estaba desfigurado pero se notaba que era él. Yo no lo conocía personalmente pero era el de las fotos. No tenía el ojo derecho y del izquierdo quedaba sólo la mitad. La cara estaba hundida, tenía la boca para afuera y la prótesis dental quedó intacta. Se ve que puso el caño en la entrada de la garganta para que el tiro salga hacia arriba. --Habla como si fuera un perito. --Es que acá en la sala de autopsias vemos pasar muchos muertos así. En toda esta zona se caza mucho y cada tanto cae un tipo que se suicidó con armas de caza como la (escopeta) 12.70 (la que disparó el empresario). Pero en general usan balas con perdigones grandes. El cráneo queda destrozado y la cara desfigurada. Yabrán usó perdigones chicos; por eso tenía bien el cráneo. Yo se lo palpé y se sostenía, conservaba la forma. --¿Por dónde entraron? --Entraron por la puerta principal pero se equivocaron el camino. Tuvimos que traerlo como 100 metros y encima se nos cayó la zona de la cabeza cuando lo bajamos de la ambulancia. Después nos dijeron que en Co.Me.Tra (el sanatorio en el cual se le practicó a Yabrán la tomografía computada para identificar los perdigones alojados en su cráneo) también se les había caído de cabeza. Si con los dos golpazos y el tiro Yabrán llegó a la sala con el cráneo más o menos entero, se tiene que haber disparado con balas chicas. --¿Pero ustedes no cuidaban la manera en que lo bajaron? --Nosotros sí, pero la policía no. Lo agarramos de un lado pero alguien tiene que llevarlo del otro. Pero la Policía está ahí y no ayuda. --¿Cuánta gente había en la sala? --Había como veinte personas. Estaban los peritos, los ayudantes, los fotógrafos y la gente del juzgado. El primero en reconocerlo fue Paiva. El y los demás peritos se pusieron rápido a trabajar pero cuando empezaron a limpiar el cadáver se equivocaron: en lugar de alcohol, le tiraron cloro. Yo les dije, "no, eso no que es cloro", pero no me hicieron caso. Cuando vieron que no largaba el olor del alcohol se dieron cuenta de la cagada.
--¿Cómo un médico forense confunde un frasco de cloro con uno de alcohol? --Lo que pasa es que nosotros tenemos en un rincón todos los elementos: el cloro, los trapos y los secadores para limpiar el lugar después de la autopsia. Cuando llegaron, pensaron que el frasco que estaba ahí era de alcohol. Nosotros lo tenemos ahí porque hay que estar limpiando todo el tiempo: en la fotos en la que salgo agachado, estoy limpiando el piso. --Usted está contando hechos anormales: que se caiga dos veces el cadáver, que se confunden de frasco... --Sí, esas cosas pasan, no es tan raro. Lo que es raro es que un tipo como Yabrán haya terminado así.
LA VENTANA INDISCRETA Hace un par de semanas, cuando Alfredo Yabrán comenzaba a recorrer el camino que lo llevaría a la fuga y la muerte, la agencia publicitaria Agulla y Bachetti concluía un corto que es parte de una campaña para vender una nueva imagen "juvenil" de OCA, que se despegará sutilmente del recuerdo de "Papimafi", como cuadra a los nuevos tiempos del Exxel Group. Varios de cuyos inversionistas llegarán a la Argentina a comienzos de junio, convocados por Juan Navarro. El corto --con mucho de road movie-- teatraliza las propias dificultades con que chocaron sus autores: un productor discute con dos guionistas y propone cambios para que se vea el nombre del cliente sin mencionarlo directamente. Los protagonistas del corto son tres jóvenes motociclistas que llegan a un bar en medio del desierto y deben llevar al dueño hasta su casa a toda velocidad porque espera una encomienda. En el bar todos los objetos, el reloj de pared, la rockola en la que ponen música, dicen OCA. Cuando salen a la ruta está invadida por toda clase de vehículos de OCA. La película cierra con el productor felicitándose por haber hecho "ajustes aquí y allá para mencionar a OCA". ...
¿Yabrán se suicidó frente a él o lo encontró muerto en el baño como ahora dice? Hay una guerra de desmentidos entre el comisario principal Alberto Cerves, uno de los hombres que comandó el allanamiento a la estancia San Ignacio y el periodista de LT41 Radio Gualeguaychú, Manuel Lazo. Según Lazo, el comisario le habría contado lo que trascendió inicialmente en algunos medios: que al irrumpir en la suite, Yabrán lo miró y se disparó el escopetazo. El policía descompuesto y al borde de un desmayo, se lo habría contado al periodista radial en los primeros, terribles momentos: "Estoy comprometido con la muerte de Yabrán, porque lo vi cuando se mató", habría sido su comentario y su testimonio inicial. Preocupado por sus implicancias, después lo habría cambiado para testificar que al entrar al cuarto, Yabrán yacía muerto. Indignado por la enérgica desmentida del comisario que lo deja mal parado, Lazo dice que tiene grabada la confidencia de Cerves y asegura que la transmitirá durante toda esta semana. ... Un antiguo ejecutivo de Ocasa confidenció que la empresa transportadora del clearing bancario con la que Yabrán inició su imperio producía, a comienzos de los '90, "un palo diario". El hombre define a su antiguo jefe con la clásica metáfora de Maquiavelo: "Usaba siempre dos guantes; uno de terciopelo y otro de hierro". ... El miércoles a la noche, mientras el país era invadido por un vaho tétrico, algunos ansiosos espectadores asistían a una cena-show en uno de los santuarios de la noche menemista: el auditorium Costa Salguero. Los precios iban de los cien a los cuatrocientos pesos por nuca, pero los elegidos pensaban que estaba justificado: cantaba Julio Iglesias y la comida era de Martha Katz, una de las empresas más afamadas de "cattering". Iglesias irrumpió sonriente a las 23.40 y dedicó una larga apología a un "amigo y colega que tiene por delante una brillante carrera política". Y al que pidió que cantara como en los viejos tiempos. Palito Ortega no se hizo rogar y entonó una canción que compuso para su hijo Emmanuel. La gente aplaudió por compromiso, pero "la Ventana" escuchó a más de una señora la misma queja: "yo no pagué tanta plata para asistir a un mitin político". |