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Por Eduardo Tagliaferro Como pocos conoce los códigos de la actividad política y sabe de los costos que a veces se pagan por los errores o decisiones equivocadas. "No soy una cenicienta en la política" suele decir. Pero el honor no figura entre los "costos" que Oscar Camilión acepta sacrificar en el altar de las lealtades políticas. Y, aunque no lo reconozca, sospecha que a la hora de las lealtades sus "ex compañeros" no le pagaron con la misma moneda. "El expediente", como define a la causa en la que está procesado por el juez Jorge Urso en el caso de la venta de armas a Ecuador y a Croacia, ocupa su principal atención. Su negativa a hablar públicamente del tema mereció el reconocimiento del Gobierno, que lo considera un verdadero caballero. Sin abandonar esa actitud y cuidando cada palabra como si estuviera frente a una declaración judicial, Camilión rompió el silencio y, en una entrevista exclusiva con Página/12, definió como "pauta" a una línea irregular que se prolonga a través de las distintas administraciones en el tema de la venta de armas. Reconoció que, en el momento en que se producían los vuelos que llevaban a Ecuador las armas que el Gobierno había vendido a Venezuela, "tenía la cabeza en otra cosa" y que el general Balza le ratificó que los cañones que las fotos mostraban desfilando en Croacia eran argentinos. Señaló que en el expediente judicial el brigadier Paulik le da la categoría de "chimento" a la información que recibió acerca del desvío de los vuelos hacia Guayaquil. --¿Por qué, cuando el juez Jorge Urso dictó su procesamiento, usted dijo que "estaba dictado de antemano"? --Me refería al clima político en el que se había desenvuelto el tema. No había mucho interés en defender mi posición, de ninguna manera estaba realizando una calificación peyorativa del juez.
--¿El PJ lo abandonó a su suerte? --En términos específicos y para no hacer suposiciones me refiero a la reunión de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, en la cual la oposición jugó su rol y no ahorró ningún golpe, y por ejemplo el presidente de la bancada justicialista, Jorge Matzkin, no estuvo presente en las seis horas que duró el debate. Vino al final para decir que no valía la pena seguir discutiendo. Por otra parte no se trataba de una imputación marginal a un ministro, sino de un problema de política gubernamental, ya que en el fondo de la cuestión este asunto había tenido tanto vuelo porque se imputaba al gobierno argentino complicidad en un contrabando de armas a un país latinoamericano y el tema fue totalmente ignorado por la bancada justicialista. --¿Matzkin tenía el aval de algún miembro del gabinete nacional? --No lo creo, difícil saberlo. En su oportunidad el jefe del bloque oficialista dijo que "los fusibles están para quemarse, para que no se dañe la instalación". Estos son datos objetivos sobre los que yo no quiero sacar conjeturas, pero el hecho fue así.
--¿Se considera el fusible de este caso? --De ninguna manera me considero tal cosa, pero la frase fue dicha.
--¿Si como usted dice la causa involucraba al gobierno nacional, por qué es el único procesado de todo el gabinete? --Yo tengo una imputación que es fundamentalmente la omisión de denuncia; el cargo por incumplimiento de los deberes de funcionario es, básicamente, por la omisión de denuncia. Como no hubo ninguna omisión de mi parte, estoy solicitando como prueba los testimonios del presidente Menem y del canciller Di Tella para que ratifiquen que en la reunión de gabinete del 18 de marzo del '95 se descartó promover en esos momentos denuncias hasta que no se tuviera la información acabada de lo ocurrido, y que se resolvió que el procurador Agüero Iturbe instruyera el sumario correspondiente.
--¿No le resulta sospechoso cómo se realizaban las ventas de armas? --Yo no tengo la menor duda de que en el delito de contrabando no hay nadie del Gobierno que esté comprometido en el tema, ni los ministros, ni el Presidente obviamente. Sí conviene señalar que el proceso de venta de armas viene de bastante lejos y la pregunta a hacerse es si ha existido una pauta irregular detrás de todo esto. Una pauta que ha tenido constancia en el tema y quiénes han sido sus responsables. --¿Cómo funcionaba esa "pauta" irregular? --Este es el tema central sobre el que está trabajando el juzgado. --¿En algún momento dudó de la veracidad del certificado de uso final con destino a Venezuela? --Nunca supe que era un certificado de uso final. Un ministro no sigue un expediente de venta de armas. La comisión tripartita integrada por funcionarios de Defensa, Economía y Relaciones Exteriores es la que tiene elementos de juicio suficientes para saber si está tratando con documentos genuinos o no. --¿La comisión dio veracidad al certificado de uso final? --Hubo además otro elemento de confusión adicional, ya que primero hubo un pedido de cotización que era auténtico y luego un certificado de uso final que no era auténtico. Conviene tener en cuenta que el proceso comienza con un pedido auténtico de cotización, que debe ser de julio-agosto del '94 o tal vez antes, y el certificado es bien posterior. Un dato que llama la atención y así consta en el expediente judicial. Es que la certificación de las firmas del certificado de uso final no certifica la autenticidad de las firmas, sino el hecho de que el documento se había presentado. --¿En qué fecha el brigadier Paulik lo alertó sobre la existencia de los vuelos a Ecuador? --El 18 de febrero del '95 Paulik me llamó por teléfono y me dijo que había versiones de una triangulación de armas argentinas a Ecuador; el primer vuelo ya había salido. Paulik sospechaba de un vuelo específico de la compañía norteamericana Fine Air, pero yo no sé si en esos momentos conocía esos detalles. En el expediente judicial, Paulik habló de la versión en términos de "comentario o chimento". Le pedí al brigadier que me mantuviera informado, sin embargo cuando se produce el segundo vuelo la autoridad aeronáutica estaba advertida y no se puso en contacto conmigo. En ese momento yo estaba por salir para Estados Unidos y se produce un tercer vuelo y nadie me dijo nada, al parecer inexplicablemente ni el propio Paulik se enteró. Usted recordará que cuando yo era ministro no deslindé responsabilidades hacia ningún sector, me parecía poco elegante, pero dicho con toda franqueza la actividad de control de un eventual contrabando es una tarea de la Policía Aeronáutica. --¿Paulik le entregó algún informe sobre las investigaciones? --No, yo creo que no le asignó al tema una envergadura mayor, al punto que dos días después se hace una reunión de jefes del Estado Mayor con la presencia del general Balza y el almirante Molina Pico y el tema no fue mencionado siquiera. La verdad es que el Estado Mayor Conjunto y el Ministerio de Defensa estaban ocupados de otra cosa, esto valió un famoso título de Página/12, tenía la cabeza en otro lugar, ya que estábamos ocupados en la preparación de la comisión de observadores que había requerido el Comité de garantes para enviar a la frontera Perú-Ecuador, porque el cese del fuego se había producido unos días antes de los vuelos. --¿Cómo se enteró de la aparición de cañones argentinos en Croacia? --Sobre el tema de los cañones no tenía mayor información, cuando aparece la foto de cañones argentinos desfilando en Croacia, lo llamo a Balza y le pregunto: ¿qué pasa con esta foto, general? Me responde que no tenía dudas de que se trataba de los cañones de Fabricaciones Militares. Legalmente cañones de 155 mm no podrían haber salido nunca, ya que los decretos anteriores no hacían referencia a este tipo de cañones, y si bien figuraban en el decreto 103, en los despachos de Aduana no figuraban y, si se exportaron, evidentemente ha habido un contrabando, pero ése es tema de investigación judicial y entra en lo que yo califico como "la pauta" irregular. |