PARECE SIMPLE, PERO ES COMPLICADO
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Por Sergio A. Vaudagnotto Fernando de la Rúa no quiso entregar la cabeza de su secretario de Obras Públicas, Nicolás Gallo, y Adalberto Rodríguez Giavarini ratificó su renuncia. En su lugar, la Secretaría de Hacienda y Finanzas, asumió ayer Eduardo Delle Ville. Se va un radical y llega otro radical, intentaron minimizar desde el Gobierno de la Ciudad. Pero el alejamiento de Giavarini del Ejecutivo porteño no es algo tan simple de explicar. La salida del peso fuerte del equipo de Fernando de la Rúa es la explosión de una lucha intestina por el control del gasto público, en tiempos de campaña electoral. El ala política, encabezada por Gallo, ha triunfado. "Esto nos genera una preocupación muy grande", dijeron desde el Frepaso. "Mañana vamos a presentar en la Legislatura un pedido para que se agilice la puesta en funcionamiento de la Sindicatura, el Ente Regulador de los Servicios Públicos y la Auditoría General de la Ciudad, porque estamos sin organismos de control", anticipó Nueva Dirigencia. De la Rúa y Giavarini se esforzaron por destacar la "amistad" que han cultivado y la "confianza" que domina esa relación. Lo hicieron en una conferencia de prensa, al mediodía, y lo repitieron en la jura de Delle Ville, a media tarde. El jefe y candidato del radicalismo aseguró que el economista "seguirá colaborando con nuestro gobierno". La afirmación fue corroborada por el renunciante, quien dijo a Página/12 que "nos vamos a ocupar de la gestión y la tramitación de créditos internacionales". Giavarini habló en plural porque en los próximos días volverá a ser socio en la actividad privada de Horacio Chighizola, quien presentó su renuncia a la presidencia del Banco Ciudad (seguirá en el cargo hasta que De la Rúa le encuentre un sucesor). A la dimisión de Chighizola se sumaron ayer la del subsecretario de Industria, Comercio y Turismo, Mario Frigerio; la del director general de Industria, Federico Poli, y la del director general de Comercio, Juan Carlos Stalhberg. La orden del secretario saliente es que quienes llegaron de su mano al Palacio, abandonen sus puestos. Al hombre que dejó un fondo de 70 millones de pesos en las arcas municipales lo reemplazó un economista respetado dentro de la UCR, que mostró el carácter "campechano" que le adjudicaban sus correligionarios (ver aparte). Las pujas entre Giavarini y el ala política del gabinete tienen historia. El año pasado hubo un cruce duro entre el administrador y el vicejefe de Gobierno, Enrique Olivera, quien presionaba para que el Ejecutivo se hiciera cargo de los empleados del ex Concejo Deliberante. Se inició la campaña interna en la Alianza, y Giavarini comenzó a ver un fantasma en Nicolás Gallo, encargado de contratar las obras públicas, y a quien desde la oposición se le adjudica el rol de recaudador. El malestar se fue incrementando con la decisión política de dar marcha atrás al aumento de los docentes, los problemas salariales en los teatros y la situación de los médicos residentes. Los secretarios tenían diferentes prioridades. Giavarini, enfermo y cansado, dijo a De la Rúa "él o yo". El jefe de gobierno eligió, y su peso fuerte recogió lo que tenía en los cajones. Esta semana viaja hacia Estados Unidos a tratarse y a descansar. Para el Frepaso, "el secretario de Hacienda era un reaseguro de que las cosas se hacían bien y esto (su despedida) es una preocupación muy grande", según señaló a este diario un allegado a Chacho Alvarez. El vicepresidente del bloque de Nueva Dirigencia, Lucio Ponsa Gandulfo, dijo que "las pujas y las divergencias" en el Ejecutivo habían determinado la presentación que hará mañana su grupo en la Legislatura. "Queremos que los organismos internos y externos de control del gasto público funcionen ya", afirmó. Ayer, un grupo de legisladores de la UCR y del Frepaso, masitas y cafés de por medio, acordaron hacer las paces y trabajar unidos en el futuro. Encabezados por Cristian Caram y Aníbal Ibarra decidieron aprobar en un mes las leyes del Consejo de la Magistratura, Espacios Verdes, Auditoría y Procuración. Se trata de mejorar la imagen.
UN PERFIL DEL SUCESOR DE RODRIGUEZ GIAVARINI ANTES QUE NADA, UN TÉCNICO Por Santiago Rodríguez En julio de 1996 Eduardo Delle Ville figuraba entre los candidatos. Fernando de la Rúa acababa de ganar las elecciones y era la época en que comenzaba a elegir a sus primeros colaboradores. Y Delle Ville tenía con qué pelear el puesto de secretario de Hacienda de la ciudad: no sólo su paso por ese mismo cargo durante la gestiones radicales de los primeros años de democracia era --igual que hoy-- bien recordado por sus correligionarios, sino que al propio De la Rúa lo seducían los aportes que a su campaña había realizado como lo que es, un técnico. Pero, entonces, el electo jefe de gobierno porteño priorizó su confianza y amistad con Adalberto Rodríguez Giavarini y puso a Delle Ville en la nómina de posibles reemplazantes del hombre que acaba de renunciar.Radical muy comprometido con el partido, de La Plata y amigo de Rubén Rabanal, uno de los punteros históricos de la Capital Federal allá por 1983 cuando la UCR alcanzó el gobierno. Con esos antecedentes en lo partidario Delle Ville desembarcó en el '85 a la --por esos años-- Secretaría de Economía porteña, convocado por el entonces intendente Julio César Saguier. Especialista en Presupuesto y Finanzas Públicas, Delle Ville ya era considerado a esa altura un "técnico" y exhibía como referencias haberse desempeñado entre 1973 y 1985 como funcionario de la Secretaría de Hacienda de la Nación, donde llegó a ser --tras el retorno de la democracia-- subdirector Nacional de Programación Presupuestaria. De 1964 a 1966 fue director del Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA) de la provincia de Buenos Aires. Dicen los radicales que el primer año de gestión de Saguier "fue muy difícil en lo económico porque recibió la comuna de manos de (el brigadier Osvaldo) Cacciatore bastante peor que De la Rúa". Y atribuyen a Delle Ville haber puesto en orden las cuentas de la ciudad. "Cuando llegué a la Municipalidad tenía 100 millones de dólares de superávit colocados a interés y después aguantó la hiperinflación sin ningún tipo de problemas", recordó ayer a Página/12 el ex intendente Facundo Suárez Lastra, quien lo confirmó en su cargo al reemplazar a Saguier. Delle Ville lo acompañó hasta el fin de su mandato y ahora milita en la circunscripción 19 de Barrio Norte, la misma de Suárez Lastra. Alejado desde entonces de la función pública --del '93 hasta ayer estuvo al frente de la Asociación Internacional de Presupuesto--, Delle Ville siguió, de todos modos, trabajando --como desde 1955, el año en que se afilió-- para la UCR. Así fue como con un equipo de técnicos propios se acercó a colaborar con la carrera de De la Rúa al gobierno porteño, del cual pasó a formar parte ayer.
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