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MAS IMPLICADOS POR LA SIDRA TRUCHA

SE ACABÓ LA FIESTA


Hugo Polverini, director nacional de Lealtad Comercial.
Nadie está a salvo, ni los que zafaron de las primeras sanciones.

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Por Pablo Ferreira

t.gif (67 bytes)  El escándalo de la sidra "trucha", anticipado por Página/12 y que confirmó el secretario de Industria y Comercio, Alieto Guadagni, promete elevar sus decibeles. El Gobierno ya sacó de circulación la mitad de las marcas que se comercializaban en este mercado, como Del Valle, La Farruca y Reino de Castilla entre otras 24, a raíz de que sus productores las elaboraban directamente sin manzana. Pero la investigación dista de estar cerrada. Hugo Polverini, director de Lealtad Comercial, aseguró que su dependencia, responsable del desvelo de este sector, continúa las acciones porque "faltan detectar algunas adulteraciones hechas con frutas". Así, los fabricantes que hasta este momento salieron indemnes podrían verse involucrados en la nueva arremetida oficial.

La industria sidrera, liderada por la firma Sáenz Briones con algo más del 19 por ciento de la producción, está concentrada en 13 empresas. De este reducido pelotón fueron detectadas en infracción siete, incluyendo Astorqui y Jugos Mendocinos, que figuraban segunda y tercera en el ranking del sector. Las firmas sancionadas manejaban poco más del 50 por ciento de la sidra producida en el país. Durante 1997 se comercializaron 100 millones de botellas con una facturación de 60 millones de dólares.

"Al margen de las empresas en las cuales se probó el fraude puede haber otras involucradas, porque hay ensayos de muestras de sidra que indican que falta detectar algunas adulteraciones con frutas", aseguró Polverini. Por ese motivo, la Dirección de Lealtad Comercial continúa con los operativos de toma de muestras en el mercado para verificar otros casos en que se eludió el uso de manzana.

En la Secretaría de Industria y Comercio dicen que el objetivo de estos procedimientos es no sólo evitar el engaño al consumidor, sino también fiscalizar que las empresas no eludan la normativa vigente para reducir costos, desplazando a los competidores que hacen su proceso en condiciones de legalidad. "A nosotros nos interesa que los consumidores accedan a productos de buena calidad y baratos, pero obtenidos por las industrias a través de la inversión y de la incorporación de tecnología, y no por incumplimiento de las normas", explicó Polverini.

El proceso contra las empresas infractoras, por otra parte, entró en la etapa de penalización. La intención de Economía es actuar con rigor ejemplificador. "Si bien nosotros no fijamos las multas, lo que sí vamos a hacer es proponer que sean importantes", aseguró el director. Las mismas pueden escalar hasta los 500 mil pesos.

Por otra parte, este insólito caso de defraudación puso en duda la efectividad del control que corresponde al Ministerio de Salud, autoridad de aplicación del Código Alimentario. Carlos Benzi, director del Instituto Nacional de Alimentos (INAL), que reporta al titular de Salud, Alberto Mazza, reconoció ante Página/12 que la adulteración de sidra "no es un fenómeno reciente", pero que en los últimos tiempos se fue agravando cada vez más. Y admitió también que "recién ahora se está trabajando con la seriedad que requiere este tema".

Según el funcionario, los métodos de control que establece el Código Alimentario están hechos para una época en que las adulteraciones no eran tan sofisticadas. "Descubrirlo es muy difícil y es necesario hacer los estudios con rigor científico", resaltó Benzi. Destacó, además, que no está en juego la cuestión sanitaria, dado que "la bebida adulterada no tienen ningún riesgo para la salud".

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