ESTAMOS MÁS O MENOS PERO VAMOS BIEN
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Por Daniel Lagares Es curioso. Esta selección obliga a la reiteración. Se dice siempre lo mismo porque el equipo juega siempre igual. Es tan nítido el conjunto de virtudes y la suma de defectos repetidos como en una cinta sin fin que pone bajo su paraguas a todos lo que algo tienen que ver con el equipo. Sentarse a ver un partido de esta selección es ir predispuesto a ver la película de siempre, lo cual no es bueno ni malo, es simplemente un dato de la realidad. Hay algo, sin embargo, haciendo fuerza desde algún rincón oculto obrando como un motor silencioso y rutinario: la esperanza de que el equipo explote en el Mundial. Se dijo que este equipo está en condiciones de ser campeón mundial, pero que también corre el riesgo de quedar afuera antes de lo imaginable. El concepto no puede trasladarse a Brasil, Alemania, Holanda, Italia o España, que completan el grupo de favoritos. La selección le ganó bien a Sudáfrica, pero también pudo despedirse derrotada del público porteño. Si Germán Burgos fue el hombre más importante del equipo, el dato parece incuestionable como revelador de una realidad. Fueron 6 amistosos premundialistas. Tres afuera, tres en casa. Cinco triunfos, una derrota. Cierran los números pero hay que desmenuzarlos: fue 1-2 con Israel, 2-1 con Irlanda, 1-0 con Brasil en el exterior. Fue 5-0 a Bosnia, 1-0 a Chile y 2-0 a Sudáfrica de local. ¿Cuál es la medida más cercana a lo justo de este equipo? ¿La insólita derrota con los israelíes o el histórico triunfo ante Brasil en la propia casa del cuco? Casi hay que volver sobre Burgos como espejo de todo el conjunto: de aquel gol tontísimo de Revivo a este primer tiempo fenomenal ante los sudafricanos. Quizás el punto exacto se ubique en que esta selección es menos de lo que puede y debe ser, pero logró progresos evidentes y deja abierta aquella esperanza a que la curva ascendente la lleve a su pico máximo durante la competencia en el Mundial. Hoy, ahora y aquí, minutos después del último partido y a una semana de la partida a Saint Etienne, la única certeza es la duda general sobre el futuro. Passarella, con todo el derecho que le da el ser el que conoce el plantel y quien aplica los sistemas de trabajo y los módulos tácticos, debe pensar distinto. Es natural que quien está a la cabeza de un proyecto ponga toda su confianza en lo que hace. Los que miran y participan desde la lejanía tienen derecho a dudar aunque sigan extendiendo el crédito. Se ha ganado en solidez ofensiva a favor de que la marcación de un libre y dos haciendo zona se refuerza con el retroceso más o menos ordenado de por lo menos tres volantes. Es evidente que el equipo se siente más cómodo esperando ahí, en sus tres cuartos, que presionando bien arriba y esto cambia los planes de quienes creen que se defiende con tres y se ataca con por lo menos cinco. No es cierto. Ayer quedó demostrado, sobre todo en la primera parte, en que la pelota la manejó Sudáfrica y Argentina respondió con pases largos a López y Batistuta. Nunca, hasta pasados los 20 primeros minutos del segundo tiempo, la selección pudo poner a uno o dos volantes en el área rival. Recién lo consiguió cuando ya estaba en ventaja, se cansaron los sudafricanos y entonces Zanetti y Simeone pudieron aprovechar sus laterales para meterse como lanzas en los últimos metros. Antes no había sido así. Y esto puede grave cuando el equipo deba ir a buscar el resultado, cuando esté en desventaja o cuando el rival le quite la pelota y se la maneje en el medio saliendo por afuera. Es el viejo dilema de la manta corta: se tapan los pies o se tapa la cabeza. Y es el viejo dicho que para entrar hay que salir (¿cuántos offsides, ciertos o truchos, hubo en el segundo tiempo?), y que para ser largo hay que ser profundo. Claudio López a veces mueve a risa por su estilo despatarrado, pero debe ser el jugador más generoso y sin vergüenza del equipo, corriendo siempre, ofreciéndose siempre, a despecho de ser ridículo cuando su mínima técnica lo deja desairado. Batistuta está en alza, ganó confianza, afinó la puntería y se lo nota con una buena fortaleza física. Desborde de López, gol de Batistuta, como con Bosnia y Chile. Desborde de López y definición del propio Piojo, como con Brasil. Lo que asusta no es que a veces salga y a veces no. Lo que asusta es que parece que no hubiera otras variantes si Ortega no rompe el libreto y si los volantes no acompañan a López-Batistuta. Ahora, la única incógnita a develar es el número 22. Estuvieron ausentes en el banco Gallardo y Crespo por sendas lesiones, quedó sólo Delgado como variante ofensiva. El técnico debe elegir el último jugador entre Bassedas, Hernán Díaz y Caniggia. Allá él.
Por Gabriela Carchak Daniel Passarella vivió un cumpleaños feliz gracias a los goles de Batistuta y Ortega. Tuvo un rapto de sinceridad o elaboró una estrategia al trasladar presión, lo cierto es que aseguró que "el candidato a ganar la Copa es Brasil, porque defienden el título y tienen un buen plantel, nosotros no porque tenemos un grupo muy joven y hay otros seleccionados que son más o mejores que nosotros". Después del 2-0 habló del último partido antes del viaje, del rival, el equipo y el candidato a obtener el título en Francia: "Fue un partido difícil ante un rival muy rápido, que tiene jugadores con mucha técnica y experiencia europea. Se ganó bien, en un campo pesado, por suerte sin que se sufriera ninguna lesión de gravedad a pocos días de comenzar la Copa de Mundo" señaló. "Hoy estuvimos imprecisos en la definición, es cierto. Si no lo hubiéramos estado, seguramente habríamos definido por más goles. Contra Bosnia estuvimos precisos para definir, pero se le restó méritos al resultado porque se dijo que el rival era fácil", agregó el técnico. Passarella admitió que "estoy conforme con la preparación previa, con todos los amistosos que jugamos, pero tenemos que trabajar más en lo físico y en lo táctico, de todas formas tenemos mucho tiempo hasta el comienzo del Mundial" y agregó que "este grupo ya mostró personalidad suficiente en momentos difíciles como los de eliminatorias o el partido ante Brasil, por eso estamos esperando con tranquilidad el comienzo de la Copa". El tema espinoso vino después: "No es correcto hablar de titulares y suplentes porque ninguno tiene más chances que otro y el nombre del jugador número 22 lo voy a dar en la última conferencia de prensa previa a la partida a Francia". De Batistuta dijo que "viene trabajando muy bien, ahora no sólo hace goles sino que también contribuye para el equipo, pero no puedo asegurar que por esto vaya a ser titular en el Mundial".
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