ADRIAN SUAR DEFINE "COHEN VS. ROSI"

"EL LADO B DE LA TV"

  Respondiendo en una entrevista, Adrián Suar parece atenerse a las reglas del juego infantil que consistía en no decir "ni sí, ni no, ni blanco ni negro": frases breves, a veces filosas, pero por sobre todo desprovistas de riesgo. El estreno del segundo largometraje de su factoría Pol-ka, Cohen vs. Rosi, afianza al actor y productor en el camino de un cine comercial en que el director importa muy poco y lo que vale son los protagonistas, en casi todos los casos referentes para el público que mira televisión. De hecho, Suar admite que en un principio la idea del guión estaba destinada a un programa de televisión y que ocurrió esa típica situación en que alguien dice "qué buena idea para una película". El film, sostiene, alcanza una estética cercana a Esperando la carroza, realización costumbrista y comercial de Alejandro Doria que considera un referente obligado para la evaluación de su trabajo. En el elenco, se desempeñan Alfredo Alcón --en el curioso papel de un travesti--, Laura Novoa, Pepe Soriano, Norman Erlich, Roberto Carnaghi, Rita Cortese, Gabriela Acher, Virginia Innocenti, Diego Peretti, Favio Posca y el mismo Suar. El director, aunque a casi nadie pareciera importarle, es Daniel Barone, responsable de la misma tarea en "Verdad-Consecuencia".

--¿Cómo convive con la presión de que se relacione todos sus trabajos con el éxito económico?

--Los momentos previos al estreno son difíciles, los vivo con mucho miedo, porque no sé qué es lo que le va a pasar a la gente. Eso es lo que me importa. Tengo miedo al fracaso, y seguramente no le voy a poder escapar. Pasar de ser campeón a ser boludo es algo muy argentino.

--¿Considera que es un buen momento para hacer cine en la Argentina?

--Sí. En todos lados hay complicaciones, pero se labura mucho. Yo laburo mucho.

--Aunque desde diferentes géneros, "Gasoleros" y Cohen vs. Rosi parecen defender lo que Luis Sandrini definía como "el valor de la familia unida."

--Trato de que las historias tengan que ver con lo humano. Los programas que yo hago son de verdad, y estoy orgulloso de ellos.

--Gran parte del éxito del ciclo televisivo que produce se apoya en la credibilidad. El film, por otra parte, trabaja desde el absurdo. ¿Es una distinción intencional?

--Es cierto. En Comodines retomé el género policial de "Poliladron", y es intencional que eso cambiara. El atractivo de "Gasoleros" son las cosas de la vida. La película es totalmente grotesca, el lado B de lo que pasa en la TV. Me gusta transitar los géneros.

--¿Cómo será el ciclo que conducirá el ex Midachi Dady Brieva bajo su producción?

--Va a estrenarse después del Mundial, de lunes a viernes a la medianoche. Probablemente sea un magazine, parecido a los demás. La diferencia es que yo tengo a Dady Brieva, y el resto de los canales no.

--¿Tiene también pensado producir un programa fantástico?

--Puede ser.

--¿Habría hecho esta película, si no hubiese tenido el soporte de los éxitos televisivos?

--Creo que no. Todo va encadenado, los programas de TV van generando este tipo de cosas. Esta película es un proyecto muy personal, y absolutamnente sí, se respalda sobre el hecho de tener la seguridad en la tele.

--En la película, los Cohen, dueños de un canal y una revista, niegan, sin mucha convicción, tener un multimedio. ¿Cuál es su experiencia de trabajo, siempre vinculado al canal del grupo Clarín?

--La formación de multimedios tiene las dos caras. Si se cae en la obviedad de que un grupo defiende sólo a sus actores y productos, me parece horrible. Si no, bueno. Yo sigo en el 13.

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