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Por Maximiliano Montenegro La Alianza terminó de definir el mensaje en materia de la política económica que contendrá la "Carta a los argentinos", que difundirá a principios de julio. El tema es uno de los que mayor controversia suscita dentro de la oposición y, tal vez, el que más expectativas concita en la sociedad. José Luis Machinea presentó los diez puntos, que --por supuesto-- dan por sobreentendida la continuidad de la Convertibilidad; en tanto, hablan en tono muy general de la necesidad de aumentar el ahorro, la inversión, reducir la vulnerabilidad externa y promover el desarrollo de las PyMEs. El planteo de Machinea provocó un fuerte debate con los técnicos del Frepaso, que consideran que el economista radical "habla de macroeconomía y no de perfil productivo"; que su diagnóstico "es un calco del que hacen los economistas liberales", y que peca de optimista cuando analiza la tendencia del mercado de trabajo y sugiere soluciones al drama del desempleo. El jueves pasado, José Luis Machinea puso a consideración de los integrantes del Instituto Programático de la Alianza (IPA), que preside Raúl Alfonsín, las propuestas económicas que se incorporarán en la "Carta a los argentinos", con la cual la oposición pretende transmitir su compromiso de cara al '99. La "Carta" no será la plataforma electoral de la Alianza, la que se piensa redactar posteriormente, y en consecuencia sólo abordará los diversos temas de manera muy general. Los diez puntos escritos por Machinea, con la colaboración de su alter ego, Pablo Gerchunoff, formarán parte del encabezamiento mismo de la carta, que comenzará hablando del "crecimiento con transformación productiva". Su tono es intencionadamente general, enunciativo, para evitar confrontaciones antes de la interna por la candidatura presidencial entre Graciela Fernández Meijide y Fernando de la Rúa, y por lo tanto resulta difícil identificarlos con la causa del reverdecimiento del debate en el seno de la Alianza (ver aparte). Más aún, ninguno de los puntos hace mención, a favor o en contra, de la flexibilización laboral, uno de los temas que divide aguas entre los políticos de la Alianza. Sin embargo, en la reunión del jueves la intervención de Machinea fue objetada por varios de los participantes. En ella estaban presentes, además de Alfonsín, los dos coordinadores del IPA, Dante Caputo (por el Frepaso), Mario Brodersohn (por el radicalismo), y los 20 delegados de la institución, entre políticos e intelectuales: Eduardo Bustelo, Nilda Garré, Aldo Neri, Oscar Shuberoff, Adriana Puiggrós, Aldo Ferrer, Enrique Martínez y Julio Godio, entre otros. "Se esperaba un documento más transgresor. Que tuviera más pimienta. Por ejemplo, nunca menciona la palabra industria, nunca menciona la palabra agro", le dijo a este diario un asesor del radicalismo. Enrique Martínez llevó la voz cantante en los cuestionamientos de los economistas del Frepaso. Ayer, Martínez, Arnaldo Bocco, Ricardo Gerardi, Julio Godio, Alejandro Rofman y Alvaro Orsatti firmaron un documento de circulación interna dentro de la Alianza, que fue distribuido durante el seminario en el Hotel Bauen (ver aparte), en el que critican duramente la posición de Machinea-Gerchunoff, la dupla más escuchada por los cinco dirigentes máximos de la coalición opositora. Coinciden en que "hoy el tema de la Convertibilidad está fuera de discusión, así como también el equilibrio fiscal". Pero critican la relación directa que establece Machinea en la secuencia "aumento del ahorro interno, mayor inversión, mayor crecimiento y reducción del desempleo". "Es una visión igual a la que sostienen los economistas liberales", le dijo Martínez a Página/12. "Para Machinea lo importante es crecer y la cuestión de la distribución del ingreso se puede solucionar con la política impositiva. Nosotros pensamos que el perfil productivo actual, basado en petróleo o trigo, es insuficiente para garantizar el desarrollo sostenido, un mayor empleo y equilibrio en la balanza comercial", argumenta Martínez. El documento de los contestatarios economistas del Frepaso se titula "Sólo el desarrollo sustentable genera empleo permanente y estable", en contraposición al que eligió Machinea para el seminario que organizó ayer en el Bauen, donde fue tildado de optimista: "La recuperación del empleo productivo". Dice que "la sociedad argentina presenta cuatro tipos de distorsiones que son hoy --social y políticamente-- muy peligrosas: 1) fuerte concentración de ingresos; 2) la centralización de activos (pocas empresas oligopólicas o monopólicas tienen un gran control de los mercados e inversiones); 3) marcada concentración regional; 4) el proceso de concentración se hace extensivo al conocimiento, ya que la clase media y baja no tienen acceso a la oferta educativa de punta". Y propone políticas industriales específicas, orientadas a regular a las empresas privatizadas, al sector automotor y promover el desarrollo de sectores intensivos en mano de obra.
Por Diego Schurman "Esta película, donde los economistas hablan y los políticos toman nota, ya la vimos... y no termina bien." El clima en el Hotel Bauen no era precisamente amigable. José Luis Machinea intentaba dar pautas laborales para un eventual gobierno de la Alianza, pero la reacción no se hizo esperar. Ni el sabroso café negro ni las calientes medialunas de manteca lograron tapar la boca algunos especialistas de la coalición --entre ellos asesores legales de gremios-- que ven en los pronunciamientos del referente económico de la Alianza un guiño al establishment. Las diferencias son tan profundas que el tema laboral quedaría fuera de la "Carta a los argentinos" para evitar mayores fricciones internas. Machinea se introdujo en el tema laboral promoviendo una reducción de las indemnizaciones. Fernando de la Rúa, Graciela Fernández Meijide, Raúl Alfonsín, Chacho Alvarez, sentados en primera fila, no se sorprendieron. Un año atrás, el economista ya había lanzado la idea y el sociólogo Julio Godio la incorporó en su proyecto de reforma. Se trata de un ítem también contemplado en la iniciativa oficial que esta semana logró media sanción del Senado. Una botón de muestra de que los líderes de la coalición no mantienen muchas diferencias con el Gobierno fueron las declaraciones del ex presidente y el líder frepasista a favor del proyecto redactado por el ministro de Trabajo, Erman González. "Hay que apoyarlo en general para introducir modificaciones en particular", dijo Alvarez sobre la estrategia a seguir en el Parlamento. Lejos de alinear a la tropa, la frase produjo una catarsis. Hasta los gremios amigos de la Alianza se presentaron en masa ante Meijide para que explique los dichos de su jefe. "Ahora sólo falta que seamos reeleccionistas", le achacaron. Finalmente, los sindicalistas y una porción importante de diputados lograron su objetivo. Alvarez y Alfonsín recularon. Y los técnicos del Instituto Programático de la Alianza volvieron a sumergirse en discusiones inacabables para delinear una reforma consensuada. El propio Alfonsín prestó su departamento de la calle Santa Fe para apurar el trámite. Pero las posiciones parecen irreconciliables. Y lo sucedido ayer en el piso 19 del Hotel Bauen ayuda a demostrarlo. * Sobre la reducción de las indemnizaciones por despido, un reclamo eterno del sector empresario, Machinea obtuvo un fuerte rechazo de parte del laboralista Héctor Recalde y la diputada Alicia Castro, ambos del Movimiento de Trabajadores Argentinos. "Con la excusa de reducir costos laborales se vienen precarizando las condiciones de trabajo y se eliminan protecciones legales." Y además eso no garantiza el crecimiento del empleo. Un ejemplo de ello es el sector de la construcción, donde no hay resarcimientos, y sin embargo la desocupación se duplicó. * Machinea también remarcó la incidencia de la tecnología en los actuales índices de desempleo, pese a que las estadísticas oficiales indican que el 90 por ciento de los despidos se produjo por razones económicas. El economista también habló de mejorar las políticas de capacitación. Su par del Frepaso, Enrique Martínez, lo contradijo. A su entender, aprovechando el gran mercado de desocupados, las empresas muchas veces exigen conocimientos por encima de los necesarios para un puesto. * Tampoco hay conformidad con la teoría del "piloto automático" ni con la que asegura que el crecimiento de la economía trae de la mano un incremento del empleo. "No hay datos científicos de esto. Puede aumentar el producto bruto y bajar el empleo, sobre todo por la proliferación de los contratos precarios." Los detractores de la idea del referente económico de la Alianza creen que es mejor la creación de políticas activas de empleo en vez de dejar el tema librado al azar. * Machinea tampoco comulga con la idea de reducir la semana laboral, como se resolvió recientemente en Francia. Los diputados aliancistas, e incluso técnicos ahora cercanos al economista, como Julio Godio, no lo apoyan, aunque reconocen que no se puede achicar la semana a 35 horas como los franceses. Prefieren propiciar un punto intermedio, para que se cumplan al menos las 48 horas legales que varias empresas no respetan. Un informe de la Organización Internacional del Trabajo asegura que la reducción de la jornada laboral favorece la productividad y reduce el ausentismo.
Por Julio Nudler Como la secretaría municipal de Hacienda (entonces llamada de Economía) era un feudo de Rubén Rabanal, cuando en 1985 murió López Aguado el intendente Julio César Saguier le pidió un nombre para sucederlo. Entonces RR se acordó de Eduardo Delle Ville, El Gordo, por la época subdirector de Presupuesto en el Ministerio de Economía, a quien trataba por presidir Rabanal la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados. Pero Delle Ville sólo aceptó la Subsecretaría de Hacienda, porque secretario le parecía demasiado cargo para él, que ni tenía título. Y la secretaría quedó vacante. Ese es el comienzo de la historia del hombre que acaba de ser designado por Fernando de la Rúa para reemplazar como secretario de Hacienda a Adalberto Rodríguez Giavarini. No es su primera vez. Con la secretaría vacante, Saguier debió soportar constantes y ansiosas presiones de los muchos interesados en el puesto. Hasta que un día, harto, convocó al Gordo a su despacho. El subsecretario acudió, en camisa como siempre. "Mañana te traés el saco porque jurás como secretario", le ordenó. Meses después murió el intendente. Ocupó su sillón Facundo Suárez Lastra, con toda la Coordinadora detrás. Nadie daba en ese momento un centavo por la cabeza de Delle Ville, pero éste sobrevivió, quizá gracias a que en 1985, en los comienzos del Plan Austral, mediante algunas movidas, había logrado poner en caja las cuentas municipales. Durante su gestión tuvo entre sus asesores contratados a Marcos Macón, quien durante el posterior reinado de Domingo Cavallo llegaría a subsecretario de Presupuesto de la Nación. Macón, agradecido, le tiró un buen cable, haciéndolo designar al frente de la sede argentina de la Asociación Internacional de Presupuesto cuando Delle Ville se vio en la calle en julio de 1989. Una nueva oportunidad le llegaría al Gordo cuando Fernando de la Rúa le encargó hacerle los números y coordinarle los equipos de su campaña para burgomaestre. Pero todo lo que obtuvo Delle Ville tras la victoria fue el ofrecimiento de una mullida butaca en el directorio del Banco Ciudad, que rechazó despechado. Sus méritos daban como para presidente, pero Adalberto Rodríguez Giavarini impuso en el cargo a Horacio Chighizola, socio suyo de segundo rango. El Gordo se fue a su casa y esperó. Ahora que lo fueron de nuevo a buscar, nombrará a un puñado de amigos como asesores, pero nada más. Ajeno a la interna, no tiene deudas políticas. Dicen, además, que también él se sentará sobre la caja y que no será menos tacaño que el renunciado. Hay que ver que pesa por lo menos el doble.
Graciela Fernández Meijide y Fernando de la Rúa ya compiten abiertamente para las primarias de noviembre, pero no los divide la economía. José Luis Machinea es su economista preferido --De la Rúa, en todo caso, se quedaba con Adalberto Rodríguez Giavarini y no con Arnaldo Bocco o Enrique Martínez-- y las diferencias cortan transversalmente a los dos principales partidos de la Alianza, el Frepaso y la Unión Cívica Radical. Por eso la Carta a los Argentinos jugará como otro paraguas más: en lugar de profundizar la interna, permitirá a los dos candidatos que libren su competencia sin discutir la economía. Bajo ese paraguas, el jefe del Gobierno porteño termina de diseñar su dispositivo de defensa. A toda costa tiene que distanciarse de los políticos radicales criticados por sus relaciones con Alfredo Yabrán. Eduardo Angeloz es juzgado por enriquecimiento ilícito en la provincia que gobernó durante doce años. El segundo se queja abiertamente de que sus correligionarios lo abandonaron por ser amigo de Yabrán y "por cobardía". Y debe evitar también De la Rúa que la salida de Rodríguez Giavarini dañe su imagen, después de haber sorteado con éxito el escándalo de la Legislatura tras el pedido de retorno filmado con cámaras de video. Si los estudios médicos que el economista se practica en estas horas dan el resultado que todos esperan, Rodríguez Giavarini se reconvertirá para el delarruismo en una suerte de canciller de la candidatura de De la Rúa. Viajará con él y por él al extranjero, le abrirá las puertas de los organismos internacionales y, además, será un auditor en la sombra del gobierno municipal. El Frepaso aprovecha la defensiva radical para pasar al frente en la interna. Ayer, durante la reunión del Hotel Bauen, Raúl Alfonsín y De la Rúa escucharon a Chacho Alvarez prometerles que bajaría sus consignas antirradicales volcadas el último sábado en un congreso partidario, cuando acusó a la UCR de ser proclive a los negocios en el Gobierno. Pero, si fue tal como lo contaron los radicales, Alvarez sólo lo hizo para salir del paso, porque después del encuentro las repitió. "La Alianza tiene que ser muy clara en la pelea contra la corrupción y necesita un debate a fondo sobre la utilización de los recursos", dijo. Indirectamente aludía a la UCR. Alfonsín fue cordial para enojarse y negar. "El gran amigo Chacho está equivocado", dijo. Los frepasistas no tienen intención de atenuar los ataques, dijeron a Página/12 dirigentes de la fuerza. Se trata, para ellos, de acordar las "reglas éticas electorales" que incluyen referencias concretas a cuánto dinero, y cómo, debe gastarse en la campaña electoral de la Alianza y una serie de prohibiciones que afectarán al radicalismo. Las más importantes contravenciones serán: "No puede hacerse publicidad institucional del Gobierno de la ciudad. No pueden comprarse espacios en programas de televisión". Anoche, regresando de un acto partidario en la ex capital del acero, San Nicolás, Leopoldo Moreau, vicepresidente del radicalismo, se mostró molesto por las intenciones del Frepaso. "Eso es intentar limitar las posibilidades de un partido a sus dimensiones", se quejó sobre la fijación de límites. Además se preguntó, sobre el vocabulario del Frepaso: "¿Existe una ética electoralista? Me pregunto, ¿existe?". Y agregó: "No parece razonable que las mujeres no se enteren que pueden hacerse un papanicolaou gratuito en los hospitales municipales. ¿Quiere el Frepaso que le dejemos la publicidad a la medicina prepaga?". |