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Por Eduardo Febbro especial para Página 12 desde Estocolmo Los lugares y las palabras cambian pero la sentencia parece ser la misma que la pronunciada por el ex canciller francés Alain Juppé cuando dijo, al referirse al caso de las dos religiosas desaparecidas en la Argentina: "Francia no olvida". Suecia tampoco olvida. La memoria de la ciudadana sueca desaparecida en la Argentina, Dagmar Hagelin, ocupó el centro del primer día de la gira que el presidente Carlos Menem realiza por tres países de Europa del Norte: Suecia, Noruega y Finlandia. Como lo había adelantado el canciller Guido Di Tella en la entrevista publicada por este diario, el Presidente se encontró en Estocolmo con la austera sonrisa sueca y un firme reclamo expresado por el primer ministro sueco, el social demócrata Goran Person. Antes de encontrarse con Menem, Person dijo a la prensa argentina que para su país era "muy importante tener una respuesta clara, ser capaces de llegar hasta el final y saber quiénes son los responsables y los culpables". El mismo mensaje le fue transmitido a Carlos Menem. En conferencia de prensa, el Presidente alabó las "excelentes relaciones" entre los dos países, citó la cifra de inversiones suecas en la Argentina --800 millones de dólares, según dijo-- y acto seguido reconoció que el primer ministro le había preguntado "sobre la ciudadana sueca que fue víctima de la violencia en la Argentina". Al resumir frente a los periodistas la respuesta que le dio a puertas cerradas Menem, se presentó como víctima del mismo sistema que se tragó la vida de Hagelin y de miles de ciudadanos argentinos: "En ese momento yo estaba sometido a prisión por el régimen militar, estuve cinco años en esas condiciones y 27 años proscrito en mi propio país, inclusive durante épocas de los denominados gobiernos democráticos en la Argentina". En ese momento de la conferencia el verbo presidencial parecía poseído por acentos shakespeareanos, como si, al igual que Hamlet, Menem no entendiera por qué el espectro del padre de Hamlet vuelve incesantemente a pedir una forma de justicia. "Las cosas por ahí se tergiversan --dijo el mandatario--, y resulta que las víctimas, que fuimos nosotros, del golpe de 1976 estamos apareciendo como victimarios." Como para que nadie olvidara quién es el justiciero, Menem recalcó luego que "quien se supone que es el responsable de la muerte de Hagelin, el capitán Astiz, fue dado de baja por este Presidente por una serie de actitudes que no se corresponden con la Argentina que estamos construyendo, en democracia y en paz". Las actitudes a que se refiere el Presidente no fueron sus delitos sino declaraciones elogiando a la dictadura formuladas a la revista trespuntos. El ejemplo francés y su consiguiente corolario de complicaciones inútiles debidas a la torpe gestión de la historia de los desaparecidos franceses --basta recordar el papelón de la visita de Menem a Francia en 1996-- cambiaron la manera en que el Gobierno presenta hoy su responsabilidad en la búsqueda de la verdad. En este sentido Carlos Menem reconoció haberle dicho al jefe del gobierno sueco que la Argentina iba a cooperar activamente con las autoridades suecas para llegar al final de la investigación de este caso. El argumento que sustenta esa buena voluntad quedó resumido en las indemnizaciones --700 millones de dólares según Menem-- que el Gobierno pagó hasta ahora a las víctimas de la dictadura: "Cosa que --puntualizó el Presidente-- no hizo ningún otro gobierno con anterioridad al nuestro." El primer ministro sueco daba signos de estar conforme con la respuesta argentina. Cada vez que Menem llegaba a la fase final de su argumento, el jefe del Gobierno movía la cabeza en signo de aprobación. Person agradeció lo que él mismo calificó como "apertura" en la investigación del caso de Hagelin, pero cuando se quiso saber su posición sobre el capitán Astiz prefirió decir que no tenía "razones para hacer un comentario sobre eso". Cabe resaltar que los suecos, a diferencia de los franceses, no sólo quieren que caigan los responsables. Los interlocutores suecos emplean muy seguido la expresión "queremos entender, saber por qué". Para ellos, se trata de "llegar al final", comprender todo el proceso del crimen. Tal vez porque castigar a un culpable no sea más que una parte de la verdad. Para vivir con la conciencia en paz hay que entender antes por qué. La familia de Dagmar Hagelin participará hoy en una marcha de repudio organizada por la asociación sueca HIJOS. Este grupo de creciente influencia entre los jóvenes del país reúne a los hijos de refugiados políticos de la segunda generación nacidos en Suecia. El miércoles, desde la plaza de Normalstorg hasta la embajada argentina, HIJOS pedirá la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final. Curiosamente, la prensa sueca hizo menos hincapié que los miembros del gobierno en la desaparición de Hagelin. El nombre de Astiz surge nombrado sin las connotaciones auténticas y terribles con que lo mencionan a menudo los diarios de Francia y España. Según explicó a Página/12 un militante del partido social demócrata, en "Suecia se vive la misma tensión que en otros países europeos: los partidos políticos de origen socialista, al mismo tiempo que se adaptan a la economía liberal, dejan en el camino sus postulados humanistas. Los social demócratas suecos no son la excepción. Los reformistas, que se han apoderado de la prensa, sólo quieren hablar de negocios. Pero en Suecia la tradición democrática es lo suficientemente fuerte como para que ni siquiera el primer ministro Person se olvide que, como decía el francés Zola, el pueblo tiene y debe saber por qué se elimina a un inocente". Por otra parte, quienes pensaban que Suecia iba a brindar a la Argentina una suerte de apoyo en sus reclamos de soberanía de las Malvinas se quedaron sin la definición. El primer ministro sueco se limitó a manifestar su satisfacción por el hecho de que Argentina y Gran Bretaña hayan emprendido una fase de diálogo.
Por Eduardo Febbro desde Estocolmo "Parece como si Menem estuviese pensando todo el tiempo en esa frase... ¿Cómo era?... volveré... y seré millones", decía a Página/12 un periodista local. La reelección y Yabrán son los dos temas nacionales que se "prendieron" en la gira. La prensa sueca, a través de entrevistas y retratos publicados en los diarios locales, evoca uno y otro tema, a veces de manera violenta. En un retrato sin piedad hecho por el diario liberal Dagens Nyheter, el rotativo, que tituló el artículo "Un presidente sin principios", cita un informe del FBI sobre Yabrán donde se lo califica de "traficante de droga", de ser un "narco de trayectoria internacional", una suerte de "eminencia gris" que, si bien "no está dentro del tráfico", "está vinculado con él". El matutino asegura también que Carlos Menem "tiene que enfrentar a los militares". El otro gran diario sueco, Svenska Dadbladet, asegura que la República Argentina "camina por el camino que trazó Menem", es el "hombre de la política nueva". En la entrevista publicada por Svenska, el Presidente afirma que ese camino no se puede desandar: "Si hay un político que trate de cambiar lo que empezó en el '89, le van a hacer un harakiri". La reelección aparece aquí con todas sus metáforas y realidades. Cuando el periodista de Svenska le pregunta quién se va a presentar en el '99, el Presidente cuenta la historia de la vuelta de Perón a la Argentina. Ante la misma pregunta, el general Perón, según Menem, dijo "tenemos 75 delfines. El que salte más alto en las elecciones internas será candidato". En todo caso Menem reconoció que constitucionalmente era imposible volver en el '99, "voy a volver en el 2003", dijo para luego revelar que si puede se presentará en setiembre para ganar la presidencia de su partido". Más tarde, en conferencia de prensa, afirmó que no quería presentarse "por tercera vez". "Es una versión --dijo-- que viene de cuando me presenté por segunda vez. Hay una prohibición constitucional terminante, mientras no se renueve la misma me tendré que limitar a esperar hasta el año 2003. Pero mis abuelos paternos, uno vivió 102 años y el otro 103... así que no hay apuro". A una pregunta realizada por Página/12 sobre el caso Yabrán, Menem respondió que "no era el tema de esta visita". Con todo, aceptó decir que "siempre se había impulsado la investigación a fondo. El crimen de Cabezas ocurrió en la provincia de Buenos Aires. El suicidio de Yabrán, en la provincia de Entre Ríos. Pero queremos saber quiénes mataron a José Luis Cabezas y cuáles fueron los motivos que llevaron al suicidio al señor Yabrán".
"No quiero --ni tengo-- nada que hablar con Menem. No sólo firmó los indultos, sino que también ha tenido y tiene en su gobierno a funcionarios de la dictadura." Ragnar Hagelin, el padre de Dagmar, la adolescente sueca desaparecida en 1977, habló en Suecia con la agencia DyN, a raíz de la gira presidencial que llegó ayer a Estocolmo. Estos fueron sus conceptos más importantes: * "El único problema en las relaciones bilaterales es, precisamente, que la Argentina dé información sobre lo que pasó y dónde está Dagmar." * "Menem se arroga la potestad de ser dueño del país. A él, al igual que al ex presidente Raúl Alfonsín, no le interesa dar una respuesta sobre el caso de mi hija, aun en la actual circunstancia en la que ya están reconocidos los delitos y perdonados sus autores." * Hagelin reconoció una diferencia entre Menem y Alfonsín: "Pese a que fue insuficiente, el ex mandatario radical hizo procesar a las Juntas y dejó un puñado, aunque chiquito, de genocidas presos". * "Más que en la Cámara Federal (que reabrió la causa de Dagmar), creo en los familiares de desaparecidos. Vamos a perseguir a los genocidas hasta el día del juicio final, o hasta que algún tribunal no argentino condene a los culpables." * "Si los tribunales argentinos no hacen justicia, otros padres de desaparecidos y yo la buscaremos en tribunales de otros países." Hagelin puso como ejemplo la tarea que llevan adelante las justicias de España e Italia para esclarecer los casos de ciudadanos de esos países desaparecidos en la Argentina. * "De ninguna manera estoy satisfecho con lo realizado por el gobierno sueco. Militares argentinos me confesaron hace algunos años que si Suecia hubiera actuado con mayor energía en el mismo momento del secuestro de Dagmar, le hubiera salvado la vida. Pero el gobierno se mantuvo casi prescindente, a raíz de la posición de tres integrantes del gabinete del primer ministro que gobernó hasta 1979, que argumentaron que no se podían arriesgar los intereses económicos de Suecia para defender a una persona." * "Me duele que (el ex marino) Alfredo Astiz no haya sido procesado y condenado por los delitos de lesa humanidad que cometió sino por lo que dijo a la revista trespuntos. Astiz no habló en solitario. Detrás de lo que declaró está el masserismo y sus amigos de la Armada." |