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Por Raquel Roberti En poco tiempo más, la avenida Corrientes se convertirá en eje de un polo de desarrollo: la inauguración de parte del complejo Abasto, un centro de siete salas cinematográficas, la remodelación de tres teatros, un centro cultural y un nuevo mobiliario urbano --refugios para las paradas de colectivos, baños públicos-- prometen cambiarle la cara al área aledaña a la tradicional avenida. Los anuncios de diversos planes y proyectos que ayer realizó el jefe de Gobierno porteño, Fernando de la Rúa, durante una visita al Abasto, parecen destinados a convocar inversiones privadas. A punto tal que su anfitrión, Eduardo Elsztein, presidente de IRSA, aprovechó la reunión para incorporar a la agenda gubernamental una nueva propuesta de la empresa destinada a convertir Dársena Norte en un centro financiero (ver aparte). De la Rúa acudió al complejo cultural Abasto "para mostrar el avance de las obras" y anunciar que una parte del proyecto (el centro comercial, las salas de cine y la plaza cubierta) se inaugurarán a fines de este año, en tanto el museo interactivo para niños --destinado a mostrar el funcionamiento de la ciudad-- se pondrá en marcha en marzo del año próximo. Las torres para viviendas de Gallo y Lavalle, que crecen a marcha forzada, y la construcción del hotel internacional Holiday Inn, que pretende ser inicio de un polo turístico, parecen darle impulso a la zona: las calles adyacentes muestran a sus viejos edificios repletos de carteles inmobiliarios ofreciendo ventas y tasaciones. El complejo Abasto tendrá 120 mil metros cuadrados (es el más grande de los que están en marcha en la ciudad) y los constructores estiman que, una vez terminado, recibirá la visita de más de dos millones de personas por mes. El edificio contendrá una plaza cubierta de tres mil metros cuadrados y estacionamiento subterráneo para más de dos mil vehículos. El museo temático para niños ocupará cuatro mil metros cuadrados y en el resto del espacio se distribuirán 200 locales y doce salas de cine. Pero la visita del jefe porteño fue, en realidad, la excusa para destacar el desarrollo del "corredor Corrientes" y para reclamar a la Legislatura la aprobación del Código de Planeamiento Urbano modificado. "Si me demoran el Código, me demoran la inversión. Con el Código aprobado se moviliza el crecimiento de la ciudad", aseguró De la Rúa. El "corredor Corrientes" es uno de los planes gubernamentales para cambiarle la cara a la ciudad a partir del desarrollo urbanístico. Anunciado en noviembre del año pasado, apunta a la revalorización de los barrios cercanos a la avenida con la expectativa de "impactar positivamente" sobre Agronomía y La Paternal --con la recuperación del Albergue Warnes--, Villa Crespo, Almagro y Abasto --con el complejo cultural en las instalaciones del ex mercado central-- y el Centro. Las cabeceras de esta idea se ubicaron en el Albergue Warnes y en Puerto Madero. En el marco de ese programa, De la Rúa señaló que "tenemos en estudio los proyectos para el área centro de la avenida", tendientes a la recuperación del espacio público mediante inversiones gubernamentales: veredas, iluminación y señalización de Corrientes entre Callao y Alem. El comienzo de las tareas está previsto para agosto y tendrán un año de duración. Pero esos proyectos también incluyen iniciativas mixtas (aportes privados y estatales) para la construcción de un complejo cinematográfico que contará con siete salas a la altura de la calle Libertad, un complejo cultural en el solar que ocupaba el teatro Odeón y la remodelación de los teatros Opera, Colón y San Martín. Algunas de estas obras ya comenzaron y el plazo de finalización se contempló en tres años. En cuanto al ensanche de las veredas de la avenida, que se anunció en febrero y permitió suponer el regreso de la Corrientes angosta, De la Rúa sostuvo que fue "una mala interpretación". "Corrientes mantendrá el mismo ancho que tiene hoy", aseguró y sugirió que el gobierno podría eliminar el estacionamiento en una de sus manos y sí, tal como se dijo entonces, reubicar los quioscos de diarios y de flores.
PROPONEN UN CENTRO FINANCIERO EN DARSENA NORTE Por R. R. "Cuando terminemos con Abasto, tenemos pensados algunos emprendimientos para el interior y un proyecto para convertir el llamado Puerto Retiro en un centro financiero, pero nos faltan las normas urbanísticas". El anuncio del titular de IRSA, Eduardo Elsztein, sorprendió hasta el mismo De la Rúa, pero no por el contenido sino por la oportunidad en que se hizo. De concretarse la idea del empresario, los terrenos que están ubicados detrás de la zona de Catalinas se integrarán a la ciudad. El viejo Hotel de los Inmigrantes se convertiría en museo del mismo tema; alguno de los edificios adyacentes podría ser un museo del fútbol y, en el resto de las tierras, se levantarían enormes torres rodeadas de parque. El jefe radical se repuso de la sorpresa con velocidad y tomó la posta para señalar que "queremos destrabar la inversión privada con total transparencia". Como si todo estuviera concertado para concretar un tiro por elevación hacia la Legislatura, Elsztein acotó que "para nosotros (los inversionistas) es más fácil con un Código Urbano definido, con reglas claras e iguales para todos los jugadores y que el gobierno sepa a dónde va". Armado de la carpeta contenedora del proyecto, repleta de fotos y con escasos planos, Elsztein señaló que una de las propuestas que tiene la empresa que dirige es realizar "un concurso de arquitectos" para determinar cuál sería el proyecto final. Pero resaltó el desarrollo que acarrearon otros proyectos similares en ciudades como Hong Kong o Londres, que instalaron centros financieros frente al agua. Lo que se estaba acordando en esa charla era el comienzo de una gestión pública-privada capaz de promover iniciativas: no sólo el cambio de normas para construir edificios, sino también la idea de convocar a un concurso de ideas, vinculante para un proyecto urbano que integraría el área de Dársena Norte a la ciudad. Un modelo participativo en la gestión urbana que cambiaría el recurso de las "excepciones" al Código Urbano. Claro que el proceso debería obtener el consenso de la Legislatura, que deberá votar una ley normativa para el caso y realizar audiencias públicas, tal como prevé la legislación vigente. En realidad el proyecto es, por ahora, nada más que una idea: IRSA adquirió el 35 por ciento de las tierras en cuestión a través de una operación con Tandanor y no hay carpeta alguna presentada en las áreas correspondientes del gobierno. Pero ayer se anudaron los lazos que pueden hacer realidad un centro financiero de cara al río: "Deberían presentar el pedido de normas y el proyecto para que hagamos una evaluación", indicó Enrique García Espil, secretario de Planeamiento Urbano.
La Reserva Ecológica está a salvo: el gobierno porteño desestimó la autopista de altura para unir la Arturo Illia, que viene desde el norte, con la Sur que va hacia La Plata desde Constitución. El Consorcio Antiguo Puerto Madero, OCRABA (Organo de Control de Rutas y Accesos de Buenos Aires) y el Gobierno se reunirán en los próximos días para consensuar la alternativa que prevé una vía subterránea. La decisión se tomó después de evaluar los resultados de la encuesta no vinculante que organizó la Secretaría de Planeamiento Urbano, mediante la exposición de maquetas con los cuatro proyectos en danza. En conversación con Página/12 Roberto Converti, subsecretario de la cartera, señaló que "de aquí en adelante trabajaremos tomando en cuenta que la gente se inclinó por la opción de menor impacto ecológico y urbano". "Podemos tomarlo como una encuesta de opinión dirigida a vincular los resultados con una decisión futura", agregó. Durante veinte días, más de 450 personas respondieron un cuestionario de cuatro páginas. Aunque todavía no estaban los números finales, Converti aseguró que los consultados "masivamente se inclinaron por el trazado subterráneo". Las otras opciones eran "en trinchera" o "en altura", en forma paralela a la laguna de los Coipos en la Reserva Ecológica. La mayoría también dejó sentado que respondía la encuesta "porque le interesan los problemas de la ciudad y querían opinar". Las razones que esgrimieron los encuestados para fundamentar su elección fueron que ese trazado "no genera barreras urbanas", que "incorpora áreas de parque" y que es "el de menor impacto ecológico y urbano". "Suponemos que contamos con el máximo interés del Consorcio Puerto Madero, ya que la autopista elevada prácticamente está descartada --señaló Converti--, y si OCRABA propuso en trinchera, podemos decir que la primera gran coincidencia es desestimar la construcción en altura." |