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MENEM LE TIRA A DUHALDE CON LAS IDEAS DE ALBERDI

El menemismo ya tiene redactada la cláusula de la re-reelección y va a usar una frase de Alberdi para sostenerla. Duhalde envió a sus congresales un mailing para tratar de evitar las fugas.

Rumbo: Ambos necesitan que Reutemann, que ejerce una notoria influencia sobre 116 congresales, les arrime los votos que definan el rumbo del congreso.

Guerra sorda: Con cita de Alberdi o sin ella, el Congreso Justicialista amplificará a escala inimaginable la guerra sorda entre el Presidente y el gobernador.

Por Miguel Bonasso

t.gif (67 bytes) "La cláusula de la re-reelección ya está redactada y hasta van usar una frase de (Juan Bautista) Alberdi para sustentarla", dijo a Página/12 una importante fuente justicialista opuesta al menemismo. "La idea de Menem --agregó-- es ganarle a Duhalde la conducción del partido en el congreso del PJ y con ese triunfo lanzar la interpretación por vía de la Corte." Lo que se haría entre octubre y diciembre, en un claro adelantamiento del programa reeleccionista que, inicialmente, fijaba la famosa interpretación del tribunal supremo para marzo o abril, a fin de que el subsecuente escándalo quedara diluido en los fragores de las campañas proselitistas.

La frase de Alberdi a la que aludía la fuente puede dar lugar a una interesante polémica histórica, jurídica y política.

Se conoce su existencia gracias a un artículo publicado en 1890 por el general Lucio V. Mansilla, según el cual Alberdi le escribió a Justo José de Urquiza proponiéndole que se hiciera "reelegir", en contra de la doctrina constitucional elaborada por el propio autor de las Bases. En la interpretación de Alberdi, que tenía un gran talento pero no era muy fuerte de carácter, Urquiza tendría derecho a un segundo período, por cuanto Buenos Aires no había refrendado la Constitución de 1853. Salvo que Urquiza no siguió su consejo y prefirió esperar su retorno tras un sexenio de descanso, proyecto que truncaron sus asesinos, allí en Entre Ríos, no muy lejos de donde Alfredo Yabrán se encontró con su destino.

Con cita de Alberdi o sin ella, lo cierto es que el Congreso Justicialista, que se llevará a cabo dentro de quince días, amplificará a escala inimaginable la guerra sorda entre el Presidente y el gobernador de la provincia de Buenos Aires. Si no hay un acuerdo previo de los dos rivales para preservar la unidad partidaria, como lo propuso en su solicitada del viernes Carlos Reutemann, el peronismo podría padecer un revival de sus antiguas bataholas.

Como suele suceder, la batalla por el liderazgo quedará disimulada bajo la confrontación en torno a una propuesta instrumental: Menem quiere que este congreso elija las autoridades partidarias y Duhalde que primero se trate el tema de la fórmula presidencial para el '99 y luego se elijan las autoridades partidarias. El Presidente fundamenta su posición con una frase tajante: "El peronismo no admite conducciones bicéfalas". En rigor quiere ganarle al tiempo y a Duhalde para lanzar la interpretación de la cláusula. Duhalde argumenta que el mandato de las actuales autoridades está vigente hasta el año 2000. En verdad, quiere anticipar la definición de la fórmula para tener a Palito Ortega de contrincante y no a su antiguo jefe y amigo, al que, en su fuero íntimo, sigue admirando y temiendo.

Ambos juegan con los tiempos y conducen a sus tropas hacia la confrontación. Ambos también necesitan que Carlos Reutemann, que ejerce una notoria influencia sobre los 116 congresales de la provincia de Santa Fe y quiere jugarla como fiel de la balanza, les arrime los votos

que definan el rumbo del congreso. Por eso, un Menem visiblemente ansioso se comunicó con el Lole desde Suecia; por eso los operadores de Duhalde hicieron notar a los periodistas distraídos que el ex gobernador de Santa Fe y el todavía gobernador de Buenos Aires comparten "ejes ideológicos" y definiciones programáticas. Destacan, por ejemplo, que Reutemann en su solicitada habla de "la tercera revolución peronista" y Duhalde, en una misiva a los congresales, propone una "inevitable tercera gran transformación en nuestra república". (La primera sería la de Perón, claro y la segunda, la de Menem.)

El problema para Duhalde es que esa "unidad del justicialismo" que propone Reutemann favorece al Presidente. Algo que el próximo 15 puede llegar a tener verificación aritmética. "Hoy Menem le gana a Duhalde", dijo a Página/12 uno de los escasos "rebeldes", con cierto poder local, que se mantienen dentro del plato justicialista. Y agregó, con sonrisa melancólica: "Nosotros votaremos con el Cabezón, pero es porque tenemos una clara vocación de derrota". Para este dirigente, Duhalde no dio los pasos previos que lo llevaran a erigirse en una alternativa real de liderazgo y "el Turco se lo fue comiendo como un ácido". "Además sigue enredado en aspectos secundarios del enfrentamiento, como la interna en la provincia de Buenos Aires".

Pero el diagnóstico excede a los más críticos. Los pocos que tiene a su izquierda y los muchos que tiene a su derecha abandonan raudos las tiendas duhaldistas como si creyeran realmente en la maldición que anula las aspiraciones presidenciales de los gobernadores bonaerenses. Alberto Pierri apoya cada vez más el pie en la cancha menemista y el cordobés José Manuel De la Sota (antiguo ideólogo de Duhalde) se ha convertido en uno de los principales operadores del menemato.

Acosado por múltiples fantasmas, entre los que no cabe excluir a los espectros de la Triple A, que han pasado de la lucha ideológica y delincuencial de los setenta al combate estrictamente delincuencial de los '90; con una esposa visiblemente preocupada desde el ataque a los custodios de su hija; huérfano de cuadros importantes en su cercanía, el gobernador perpetra más de una ingenuidad. Como la carta-encuesta que mandó a los congresales justicialistas donde, en su carácter de presidente del congreso, les preguntaba su opinión respecto a las siguientes alternativas: A) convocar a elecciones internas para elegir solamente candidatos a presidente y vice y, como alternativa, internas para elegir el binomio con un ganador como presidente y el "que resulte segundo lo acompañe como vicepresidente". B) Convocar a elecciones internas para elegir solamente autoridades partidarias. C) Internas para elegir la fórmula y las autoridades y D) "no realizar ninguna interna este año".

"En otra oportunidad --termina la carta-- le haré conocer mis puntos de vista sobre el presente y, fundamentalmente, sobre el futuro de nuestro

Movimiento, y la mejor estrategia para llevar adelante, el proceso de esta inevitable tercera gran transformación en nuestra república, que nos tendrá como ejes ideológicos y protagonistas políticos. Lo despido con un gran abrazo peronista. Eduardo Duhalde/Presidente." En la posdata agradece "el envío a la brevedad y vuelta de correo del cuadro adjunto, detallando sus preferencias, así como cualquier otra opinión que Usted nos quiera aclarar". Y se acompaña un volante de respuesta postal paga donde consta nombre, dirección y teléfono del compañero, que debe dirigirse a la casilla de correo 103 de Lomas de Zamora y donde hay dos alternativas para los puntos A, B, C y D: SI o NO. El interesado, se explica, debe marcar con un círculo la opción de su preferenia.

Más de un congresal (y no de los menemistas, precisamente) ha tomado la consulta como un agravio a su inteligencia. "Es de Billiken", sentenció uno de ellos. Y recibió la pronta enmienda de uno de sus compañeros:"De Billiken es mucho, yo diría que se queda en Anteojito".


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