Y LA TIERRA VOLVIÓ A TEMBLAR
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Más de 5000 muertos y al menos 100 poblados destruidos en un 80 a 100 por ciento es el saldo inicial del terremoto ocurrido el sábado con epicentro en la provincia de Takhar, al norte de Afganistán, según informó el viceministro del Exterior en el exilio, Abdullah Abdullah. El movimiento sísmico, de 7,1 grados en la escala de Richter, se suma al ocurrido en la misma región el 4 de febrero pasado, que provocó la muerte de más de 3500 personas. La provincia de Takhar es un bastión de la Jamiat-e-Islaami (JI), de Burhanuddin Rabbani, el ex presidente depuesto por los talibanes, y del comandante Ahmed Shah Massud. Las Naciones Unidas lanzaron una operación de socorro, mientras que el Comité Internacional de la Cruz Roja ya había comenzado a dar asistencia técnica y abastecimiento. "El número de víctimas, de acuerdo con un informe del Ministerio de Seguridad, es de 5000 muertos y más de mil heridos --afirmó el viceministro en el exilio, Abdullah--. Pero estamos hablando nada más que de los cadáveres que fueron encontrados. La cantidad puede ser mucho mayor". Aunque los informes provistos por los representantes de la JI son descartados por las organizaciones internacionales, las cifras que éstas ofrecen no son muy alentadoras. Según Chris Tierlinck, integrante de la organización Médicos Sin Frontera, "hasta el momento podemos confirmar que murieron alrededor de 3000 personas". Las localidades más afectadas fueron las de Rustaq, capital de Takhar, Shar-i-Buzurg y Chah-ab. "Toma cinco días llegar a caballo o a lomo de mula hasta Shasr-i-Buzurg desde la ciudad más cercana que es Faizabad, capital de Badakhasan. No hay carreteras que unan la región con el exterior", señaló Tierlinck. Según informes de trabajadores voluntarios, más de 36 poblados fueron destruidos en Takhar y otros 21 en la provincia limítrofe de Badakhashan. Lluvias y neblinas constantes impiden el normal desarrollo de las operaciones de socorro y una evaluación de los daños sufridos. En Rustaq, ubicada en la región de Tayikistán, sobre la frontera norte, 1500 viviendas quedaron reducidas a escombros, mientras que en Chai-Ab ocurrió lo mismo con 1600 casas. "En Rostaq puede haber centenares de muertos, porque sólo en un colegio murieron 140 estudiantes y sus profesores cuando una enorme roca se deslizó y aplastó el edificio", señaló el viceministro opositor Abdullah Abdullah. Pero la ciudad más afectada fue la de Shasr-i-Buzurg, donde murieron 2800 personas, según el representante de Afganistán en Nueva Delhi, Massud Khalili. El funcionario agregó que en ese lugar, las casas que se habían mantenido en pie después del terremoto de febrero se vinieron abajo. Según la agencia oficial Nueva China, el epicentro del terremoto tuvo lugar a unos 300 kilómetros al norte de la capital Kabul --cuyos habitantes pudieron sentir la sacudida claramente-- y a medio camino entre Rostak y Faizabad. Los representantes de la JI, opositores al gobierno de Kabul, hicieron un llamado a todas las organizaciones de ayuda internacional para rescatar a los sobrevivientes que se encuentren entre los escombros, y para abrir una cadena de aporte de víveres y medicamentos. En Kabul, Juan Martínez, portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja, indicó que apenas tuvieron una idea clara de la situación y las necesidades enviaron un avión con material médico a Takhar. Ayer, el organismo despachó otra aeronave de refuerzo. Dadas las circunstancias, el único dato a favor que registraban las autoridades es que los equipos de salvamento que se habían instalado luego del terremoto de febrero, aún no habían sido levantados, con lo que, en esta ocasión, suponen que la ayuda llegará más rápido. La Agencia de Cooperación Técnica y Desarrollo también comenzó a distribuir alimentos entre los sobrevivientes. Pero el grueso de la ayuda corre por cuenta de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de la Asistencia Humanitaria a Afganistán, con sede en Islamabad, capital de Pakistán, que cuenta con la colaboración del Programa Alimentario Mundial. Un helicóptero con expertos de las Naciones Unidas fue enviado ayer a la zona desde Dushambé, capital de la provincia de Tayikistán. La intención es mantener la ayuda en forma constante durante dos semanas, hasta que empiece a llegar el socorro de otras organizaciones. Entre tanto, combatientes de los destacamentos de Ahmed Shah Massud, que controlan la zona, colaboraban con el rescate.
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