En la Cancillería llevó varias semanas preparar la respuesta
presidencial a los seguros reclamos del gobierno sueco por la impunidad en que se mantiene
el secuestro y asesinato de Dagmar Hagelin. Carlos Menem los memorizó y, pese a los
lógicos sofocones, subió satisfecho al avión que lo llevaría a Finlandia. Pero allí
lo esperaban con el reclamo por la desaparición de Hana Hietala, una finlandesa de la que
nada sabían a su alrededor. "¿Cómo no me avisó nadie?", bramó el Presidente
después del papelón. En la delegación todos optaron por señalar hacia Inés Pérez
Suardi, la secretaria de Derechos Humanos. |