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![]() El viceministro afgano de Promoción de la Virtud, Altaj Maulawi Galamuddin, calificó ayer en Kabul con precisión a la bomba atómica de "arma muy fiable de defensa para los musulmanes contra los infieles", y consideró que está próximo el momento en que los talibanes tengan su arsenal nuclear. Con pareja conciencia de la hermandad islámica, el ministro de Relaciones Exteriores iraní Kamal Jarazi, de visita en Pakistán, declaró ayer que "los musulmanes tenían confianza ahora de que la capacidad nuclear paquistaní ejercerá un efecto de disuasión sobre la capacidad nuclear israelí". La respuesta de Jerusalén no se hizo esperar, y la presidencia del Consejo declaró en un comunicado que la visita iraní a Pakistán "justifica aún más los llamamientos de Israel a la comunidad internacional para que realice todos los esfuerzos necesarios para impedir que Irán obtenga el arma nuclear". Tras los ensayos paquistaníes de la semana pasada, el secretario general de la ONU Kofi Annan se disponía a enviar una carta a los miembros oficiales del club atómico pidiéndoles que recordaran su incumplimiento del Tratado de No Proliferación Nuclear NPT (las pruebas nucleares de Francia son un ejemplo notorio). En contraste con las violaciones de los poderosos, Annan reconocía el respeto de la India y Pakistán, al no adquirir armas nucleares. Pero, según trascendió ayer, desistió de su propósito debido a las presiones de los cinco grandes. En el Consejo de Seguridad continuaban hoy las deliberaciones sobre la resolución de condena a las pruebas nucleares. Pero mientras los miembros permanentes prefieren enfatizar la no proliferación (es decir, que la armas nucleares se queden en manos de quienes las tuvieron en la Guerra Fría), los no permanentes quieren un desarme total. Los cinco grandes tendrán, tras una convocatoria de la secretaria de Estado norteamericana Madelaine Albright, una reunión a solas el jueves en Ginebra. La crisis atómica, que acentuó el enfrentamiento indo-paquistaní, también vio nacer una nueva amistad, y el teléfono rojo nunca sonó tanto entre Washington y Pekín. El fundamentalismo hindú votó ayer en el Congreso el presupuesto fiscal de 1998-99, que prevé unos 10.000 millones de dólares para defensa, lo que equivale al 2,3 por ciento del PBI. Después de las bombas y los misiles, India quiere desarrollar una técnica de satélites. Mientras la India votaba grandes gastos, ayer la Bolsa paquistaní seguía cayendo. |