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Por Mario Wainfeld y José Natanson Apenas un día después de la muerte del empresario Alfredo Yabrán, Domingo Cavallo lanzó una bomba en el programa de Mariano Grondona denunciando las relaciones entre "el modesto cartero" y el traficante de armas Monzer Al Kassar. Dicho lo cual, partió rumbo a Brasil, Estados Unidos y España a dar conferencias, negándose a ampliar detalles. Mientras tanto, sus afirmaciones generaron ríos de tinta y numerosos viajes de periodistas a Marbella, donde vive el empresario sirio. Este, a su vez, negó la acusación y desafió al ex ministro a debatir, aunque reconoció, también en "Hora Clave", su relación con el Presidente y con el ex ministro de justicia Elías Jassan. Ayer volvió a doblar la apuesta. Aseguró que en su aparición televisiva "Al Kassar amenazó al presidente Carlos Menem". "Al nombrar a Jassan le dijo 'ustedes no están cumpliendo lo que me han prometido', que era arreglar sus problemas en la Argentina. Mientras camarógrafos y movileros hacen cola, Cavallo, que atiende en la Sala de Pasos Perdidos del Congreso, se hace un ratito para ir al recinto de diputados, y para explayarse sobre otras permanentes obsesiones: IBM- Banco Nación y los cada día más famosos jueces federales nombrados en la famosa servilleta que, según su relato, le escribió a mano el ministro del Interior Carlos Corach. --Al rato de morir Yabrán, usted tiró una bomba: la denuncia de los vínculos entre el empresario y Al Kassar. ¿Por qué después no amplió la información? --Yo planteo temas para que sean investigados. Yo no soy un investigador. Ni tengo los medios. Pero la Justicia tendría que investigar. Y afortunadamente el periodismo, en la Argentina, investiga. Entonces yo di el nombre de Al Kassar y han empezado a surgir una serie de cuestiones importantes. Creo que ha pasado desapercibida la más importante de todas: la amenaza de Al Kassar a Menem. Porque, ¿qué es lo que hizo Al Kassar apareciendo por televisión? Le mandó mensajes a Menem. Le dijo: "No están cumpliendo con lo que me han prometido". ¿Por qué tiró el nombre de Jassan? Porque Menem les dijo que le iba a arreglar el problema judicial que tiene en la Argentina. ¿Por qué Al Kassar dijo que una inversión turística que él tiene aquí no la va a hacer hasta que no le arreglen el tema del pasaporte? ¿Cuál es esa inversión turística? ¿Sobre qué terreno? Es muy importante que todas estas cosas sean investigadas. Yo di el nombre de Al Kassar porque sabía que cuando comenzaran a investigarse se iban a descubrir cosas importantes, que no son independientes de las cosas de Yabrán. --¿Cuál es esa relación? --Como mínimo, que utilizaron el mismo sistema de impunidad y de protección provisto por los mismos personajes del gobierno argentino. Como máximo, pueden haber tenido negocios en conjunto, y haber actuado sincronizadamente en algunos temas. --Pero, ¿usted tiene algún elemento para fundar su denuncia? --Yo tengo sospechas. Pero vuelvo a decirle, yo no soy el responsable de investigar. Yo no soy el jefe de los fiscales de la Argentina. Yo no soy juez. Me preocupa que en la Argentina haya bandas mafiosas, o que bandas del exterior operen en nuestro territorio. Mucho más me preocupa que el actual ministro del Interior y el anterior de Justicia hayan creado un sistema de impunidad, manoseando y manipulando a los jueces federales de la Argentina.
--Usted ha tenido información muy valiosa, muy adelantada y muy propia, de algunos temas de Estado muy grandes. Por ejemplo, la organización Yabrán. ¿Cómo la consigue? ¿Lo investiga usted?, ¿tiene alguna persona? --Yo he sido ministro de Relaciones Exteriores y ministro de Economía. De mí dependían el correo, la aduana, la DGI, un montón de organismos que manejan información. Yo no me propuse investigar a Yabrán. Yo estaba preocupado por los problemas de la economía. Cuando, por ejemplo, detecté que los servicios postales valían dos pesos la unidad, cuando en el mundo valían 20 centavos, me empecé a preguntar por qué el sector público y el privado pagan por cada carta 1,80 más. Cuando uno investiga el origen de esos problemas va descubriendo cosas. --Por ejemplo: el hecho de que Yabrán tenía un ejército privado. ¿Lo descubrió con los recursos que tiene un ministro de Economía? --Yo eso lo expliqué. Yo lo fui describiendo en mi libro El peso de la verdad. En cada capítulo se especifica cómo fuimos llegando a saber todo lo que después denunciamos. Lea mi libro.. --Por favor, ¿le puedo pedir me haga un extracto? --Cuando empecé a ver cómo se había quedado Yabrán con todas las empresas de correo privado, empecé a ver que había denuncias de los que habían perdido la propiedad de sus empresas. Habían sido atacados, se les habían quemado camionetas. Empecé a pedir esa información: había actos violentos reiterados. Estos temas han adquirido la dimensión enorme que tienen porque quienes deberían haberlos investigado, que son los jueces y los fiscales, en lugar de hacerlo le brindaron protección. El tema de las empresas aeroportuarias fue denunciado por (el ex diputado Franco) Caviglia en el año '91, y el expediente no se movió. no citaron a declarar a ninguno de los actores, de la Fuerza Aérea o del sector privado. Por eso los temas siguen estando en el tapete por años. El tema aeropuertos sigue estando en la nebulosa. Lo que falla es el sistema judicial, básicamente la Justicia federal. Y no es casual que falle: han nombrado jueces federales, fiscales para dar protección a contrabandistas, evasores, mafiosos, corruptos. Y para perseguir a los adversarios políticos. --Cuando Yabrán vendió sus empresas, usted dijo que una estructura mafiosa, comprada "llave en mano", no dejaba de serlo porque la ocupara un dueño diferente. ¿Sigue pensando lo mismo? --Yo no creo que Navarro haya comprado la estructura mafiosa. El compró las empresas que, desarrollando actividades comerciales lícitas, escondían otro tipo de accionar. Pero, ¿por qué Yabrán se desprendió de esas empresas? Porque ya no las podía utilizar para delinquir. Una vez que se sabe que una empresa se utiliza para lavado de dinero, o para cualquier otra actividad mafiosa, ya no tiene posibilidad de seguir haciéndolo. Porque esa actividad requiere la oscuridad, el poder ocultarse. Entonces, no sabemos ahora a través de qué empresas, estructuras, se llevan adelante las actividades que antes se conducían por esas empresas. --Usted, en su momento, planteó que esas empresas tenían dentro personal mafioso, y que eso iba a ser muy difícil de controlar. --Sí, hay lealtades mafiosas. Yo no sé cómo va a hacer Juan Navarro para controlar, para estar ciento por ciento seguro de que todos esos ingredientes humanos van a irse, o van a dejar de operar. No sé cómo hace un empresario que quiere hacer actividades lícitas para estar seguro de que no le han dejado enquistado ciertos elementos demasiado acostumbrados a las actividades ilícitas. --Juan Navarro dijo que negoció las venta de las empresas atribuidas a Yabrán con el empresario Héctor Colella. --Navarro, Colella, Andrés Gigena, mienten. Todos dicen que Yabrán no tenía nada que ver con estas empresas. La verdad es que las controlaba todas. Yo a estas personas les voy a empezar a creer el día que empiecen a decir la verdad. Por ahora, para mí, la información que proveen va a ser siempre dudosa. --Cuando era ministro, ¿acudió a los servicios de información del Estado para buscar información respecto de estos temas? --No, nunca me dieron ninguna información. Se suponía que yo era ministro de Economía y ministro de Relaciones Exteriores. La verdad es que nunca recibí información de los servicios. Si usted me dice: ¿qué hacen los servicios de informaciones del Estado? Yo no sé. A lo mejor le dan información al Presidente. A mí nunca me dieron nada. --¿Alguna vez va a mostrar la famosa servilleta? --Bueno, ya se conoce bien el contenido de la servilleta. --¿Era una bola de cristal o una servilleta? --Era una servilleta que reflejaba una suerte de confesión de Corach. Corach fue describiendo cómo controlaba a los jueces. La servilleta es una anécdota. Lo importante es que fue diciéndome: al juez tal lo controlo de tal forma. Fue describiendo el sistema de manipulación de los jueces que él fue armando con (el ex ministro de Justicia Elías) Jassan desde el año '93 en adelante. --¿Qué es lo que está ocurriendo para que todos esos jueces caigan ahora? --Cuando se usa gente para actividades ilegales, finalmente van dejando pruebas de su accionar. Y entonces van cayendo. No hay crimen perfecto. Este sistema de impunidad que trató de crear Corach con Jassan, como todo crimen, es imperfecto. Y todos los jueces fueron dejando huellas. Una vez es (Carlos) Branca, otra (Norberto) Oyarbide, (Carlos) Liporaci, Tiscornia.
Por Norberto Bermúdez desde España En 1986, la Fuerza Aérea invitó a varios traficantes de armas internacionales a visitar el Area Material Córdoba. Entre ellos estaban el sirio Monzer al Kassar, el armenio Dino Aris Seferian Andisco y el francés Bernard Stroiazzo-Mongin. Los tres formaron una especie de joint-venture para vender armas argentinas a diversos países, entre ellos Croacia y Sri Lanka. Cuando el brigadier retirado Ernesto Crespo fue convocado por el juez mendocino Jorge Burad en la causa de la radicación del sirio, declaró que no conocía a Al Kassar "pero bien pude haberlo tratado. Tratamos con gente que ofrece armamentos, gente que no puede compararse con un enviado del Vaticano, porque son gente poco recomendable". Sin embargo, los aviadores los invitaron oficialmente a Córdoba. El "poco recomendable" Stroaiazzo-Mongin opera desde Madrid a través de la sociedad Spanco, que además tiene oficinas en Suiza. Seferian Andisco, también tiene sus oficinas en la capital española, que giran bajo el nombre de CIC Ibérica. En 1985, un año antes de pasearse por Córdoba, el tándem Stroaiazzo-Seferian había efectuado una clásica triangulación bélica transportando bombas de fragmentación denominadas cluster, producidas por FAMAE, del conocido traficante chileno Carlos Cardoen. Con falsos certificados de destino final a Nigeria, el cargamento llegó finalmente a Teherán. La operación se respaldó con cartas de crédito de los bancos iraníes Jomhouri Iskami y la Banca Meli. Gracias a los buenos oficios del argentino Dino Zenaty --por entonces director del Banco Arabe-Español--, Stroiazzo y Seferian obtuvieron unas ganancias de 7 millones de dólares. Cuando el presidente Menem firmó el primer decreto secreto autorizando la venta de armas a Croacia sin nombrarla, tanto Al Kassar como sus compañeros de foto tenían más que aceitadas sus relaciones comerciales en Argentina. El 27 de agosto de 1991, Menem firmó el decreto 1697 "S", autorizando a Fabricaciones Militares a vender 25 mil FAL "con destino a Panamá". Poco después, el 31 de octubre de aquel año, un segundo documento secreto que lleva el número 2283 completó la operación con 16 cañones Otto Melara de 155 mm y unos 117 containers "con material bélico secreto". Las armas partieron en el carguero maltés Rijeka Express "con destino al puerto de Barcelona". Mientras, los organismos internacionales que controlaban el cumplimiento del embargo de armas decretado por Naciones Unidas contra Croacia, durante el conflicto de los Balcanes, dictaron una orden de busca y captura del carguero maltés. Los mecanismos de localización no dieron resultado, probablemente porque el barco fue repintado y cambió de nombre en alta mar y jamás pasó por Panamá ni por Barcelona, donde lo esperaron agentes de varios servicios de inteligencia occidentales. Finalmente, las armas argentinas fueron desembarcadas en Croacia. Fabricaciones Militares recibió en su cuenta 5518-01-001 en el Banco Nación de Nueva York casi 8 millones de dólares. El 8 de abril de 1994, uno de los "lobystas" locales que abrieron puertas de importantes despachos a los traficantes, y que aún no ha podido ser identificado, percibió su comisión a través de la cuenta 69-3-03 del MTB Bank, también de Nueva York. La clave de dicha cuenta era "DAFOREL", una forma criptográfica de escribir "ALFREDO". Pero para entonces uno de los integrantes del cartel armamentista ya tenía problemas. Al Kassar había sido encarcelado en España por orden del juez Baltasar Garzón. No obstante, el trío siguió actuando. El 14 de enero de 1993, Menem volvía a estampar su firma en otro decreto secreto --el número 47--, autorizando la venta de cuatro aviones Pucará a Sri Lanka por casi 11 millones de dólares. El gobierno de la ex colonia británica está en guerra civil permanente contra la fracción separatista de los tamiles, un conflicto que ha causado más de 300 mil víctimas desde que comenzó. Los que se encargaron de que los aviones salieran de Argentina fueron Seferian y Stroiazzo. En abril de 1996, en los depósitos fiscales que controla EDCADASSA en Ezeiza, fueron descubiertos los containers despachados por la empresa Sistemas Tecnológicos Argentinos, con repuestos para los Pucará, con destino a Sri Lanka.
A principios de diciembre de 1995, la Fuerza Aérea canceló un contrato con la North Atlantic Airways (NAA), por el que iba a alquilar tres aviones militares "para transporte de frutas y pescados frescos desde Sudáfrica a Europa". En realidad, se trataba de enviar motores de aviones Fokker para ser reparados en Gibraltar, a una empresa denominada Simera, que Stroiazzo manifestó representar. La NAA es otra de las tapaderas que utilizó en Argentina el traficante de armas e ingeniero industrial Bernard Stroiazzo-Mongin. La cancelación del contrato fue comunicada al francés por el entonces jefe de los aviadores nacionales, Juan Paulik. El ingeniero francés dio orden a sus abogados en Buenos Aires de demandar a la Fuerza Aérea. También Stroiazzo mantuvo un largo conflicto con la dictadura de Augusto Pinochet, a la que demandó por el incumplimiento del contrato para transportar las bombas racimo a Irán, en más de 20 millones de dólares. En los Estados Unidos Stroiazzo fue investigado a raíz de las operaciones de ACE Lines, con sede en Kansas, propiedad de otro notorio traficante de armas, el iraní Barzim Azima, uno de los personajes claves de Irangate. |