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ROQUE FERNANDEZ TAMBIEN APOYA LA PROHIBICION DE LOS GASOLEROS
SÓLO PARA EL CAMPO Y LOS COLECTIVOS

Las terminales rechazaron el proyecto de Economía. Provocan con que en el 2000, cuando entre en vigencia, habrá otro gobierno.

Alieto Guadagni, secretario de Industria. "Improvisado e irresponsable", lo calificaron los empresarios.
Las ventas de diesel aumentaron 35 por ciento desde 1993, mientras que las de nafta súper bajaron 20 por ciento.

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t.gif (67 bytes)  La propuesta del secretario de Industria, Alieto Guadagni, de prohibir la importación y fabricación de autos gasoleros a partir del año 2000 provocó una fuerte reacción de los empresarios del sector automotor, que calificaron al proyecto de "irresponsable e improvisado". Sin embargo, ayer mismo, Roque Fernández salió a avalar las declaraciones de su secretario: dijo que se está negociando en el Mercosur un nuevo régimen automotor que contemple el uso del gasoil exclusivamente para vehículos afectados a la producción agrícola y en el transporte de pasajeros. "Para eso necesitamos el diesel, no para las unidades de transporte personal", afirmó.

El Gobierno está alarmado por la baja recaudación tributaria y, en particular, porque la caída en las ventas de nafta de los últimos años y la suba de las de gasoil, que tiene una menor carga tributaria, redunda en una pérdida de ingresos fiscales. El proyecto "crea mucha incertidumbre, porque ya se realizaron inversiones para fabricar motores gasoleros de última tecnología", advirtió Horacio Losoviz, titular de la Asociación de Fábricas de Automotores. "Ahora nos dicen que a partir del 2000 se va a empezar a reducir esta producción y no sabemos si continuar con estas inversiones", amenazó Losoviz. Según el empresario, de prosperar la medida, "el consumidor saldría perjudicado, las industrias dejarían inversiones sin uso y en cuanto a la recaudación existen dudas porque cada auto que se vende aporta 40 por ciento al fisco". Luego, chicaneó: "Igualmente tenemos que recordar que en el año 2000 va a haber otro Gobierno y otro secretario de Industria", dijo Losoviz, de excelente relación personal con José Luis Machinea, el referente económico de la Alianza.

Sin embargo, la propuesta oficial no es una idea aislada de Guadagni. El secretario de Hacienda, Pablo Guidotti, hace rato que evalúa con mucha preocupación el tema de los gasoleros: "Desde 1993, las ventas de naftas cayeron un 20 por ciento mientras las de gasoil aumentaron un 35 por ciento. Esta es una distorsión que explica la mala performance de la recaudación de combustibles", le dijo a Página/12.

Ayer, el propio Roque Fernández avaló los dichos de Guadagni. El gasoil es un insumo que "está estrictamente definido desde sus orígenes para que sea afectado a la producción agrícola y transporte de pasajeros".

Fernández anticipó que se prohibirá "tanto la producción como la importación de automóviles con motor diesel" y que se va a contemplar un programa de adecuación para las automotrices radicadas en la Argentina para que amorticen la matricería existente destinada a los vehículos gasoleros. "No es que para el 2000 vaya a desaparecer la producción de autos diesel sino que habrá una señal para que a partir del nuevo régimen vayan amortizando todo lo que tiene, porque no se va a permitir más el vehículo gasolero", explicó.

En Brasil no se permite el uso de autos particulares gasoleros para promover la utilización de nafta-alcohol, promoviendo así el desarrollo de la industria azucarera. Desde los tiempos en que fue embajador en Brasil, Guadagni viene pensando en suprimir la fabricación de autos gasoleros en Argentina porque "generan una distorsión de precios muy grande en la industria energética, aporta pocos impuestos y es de 50 a 70 veces más contaminante que el GNC". El precio de la nafta es de alrededor de 95 centavos por litro, mientras el gasoil cuesta tan solo 43 centavos el litro. La diferencia se explica, en buena medida, debido a la distinta carga fiscal. En Economía creen que la mejor solución sería cerrar la brecha aumentando el impuesto al gasoil, algo que también sugirió el FMI, pero la iniciativa encuentra el fuerte rechazo de las entidades del campo, ya que ese combustible es un insumo clave de la producción rural.

 


 

LAS CUENTAS NO CIERRAN

El déficit del Tesoro Nacional en mayo alcanzó a los 304 millones de pesos, con lo cual el rojo acumulado durante los primeros cinco meses del año ya supera la meta de 1800 millones acordada con el Fondo Monetario para el primer semestre. Ahora en junio tendrá que haber un superávit de 164 millones de pesos en las cuentas públicas para honrar el compromiso. Según los integrantes del equipo económico, la metas con el FMI no peligran porque junio es un mes en el que bajan los pagos de intereses de la deuda y además las sociedades deberán abonar los anticipos en concepto de Ganancias por el ejercicio 1998.

Pero lo cierto es que habrá también otras acciones para cuadrar dentro de lo convenido con el Fondo y sostener así el acuerdo de facilidades extendidas firmado en febrero. Así, se postergará para julio el pago del medio aguinaldo a empleados públicos y jubilados, se recortarán partidas del gasto por un monto del orden de los 600 millones de pesos y se atrasarán las devoluciones de IVA a los exportadores. Roque Fernández dijo ayer que se cumplirán con las metas del primer semestre, y apostó a una mejora de la recaudación por el lado de Ganancias y Bienes Personales y a que los diferimientos contables mencionados surtan efecto.

 


 

LA COLA ES MÁS LARGA

t.gif (67 bytes) El nivel de empleo en las empresas de Capital Federal y Gran Buenos Aires se mantuvo prácticamente invariable entre enero y abril de este año, de acuerdo con la encuesta de indicadores laborales del Ministerio de Trabajo. En abril, la demanda laboral había aumentado en un 3,3 por ciento respecto de igual mes del año pasado, con tendencia a estabilizarse en un nivel superior en apenas 0,5 por ciento al registrado en diciembre de 1997. Después de varios meses, el dato preocupante es que se frenó la tendencia positiva de creación de empleo.

La evolución del empleo por sector de actividad muestra una marcada dicotomía, entre el crecimiento en Servicios y la caída en Industria Manufacturera y Construcción. El rubro Servicios financieros, seguros y bienes inmuebles fue el que más aumentó la demanda de trabajadores en el último año, en un 16,8 por ciento. La industria manufacturera redujo el nivel de empleo en un 2,6 por ciento, mientras que el rubro Electricidad, gas y agua, y el de la construcción, registraron descensos del 7,2 y 8 por ciento, respectivamente.

El aspecto más positivo que muestra la estadística oficial es la recuperación de la incidencia del empleo estable en las altas del mercado laboral. En abril, el 38,7 por ciento de los nuevos empleos correspondieron a contratos fijos (de duración indeterminada), una proporción que más que duplica el promedio del año pasado. Los que cedieron posiciones son los contratos a prueba y por duración determinada (a plazo), que ahora representan en conjunto el 59,5 por ciento de los nuevos empleos, contra aproximadamente el 80 por ciento de buena parte del año pasado.

En cambio, entre las bajas los empleos estables siguen representando la proporción mayor (más del 50 por ciento), incluso por arriba del promedio del año pasado. Con un nivel de empleo estabilizado, de acuerdo con los indicadores de los últimos meses, estos resultados señalarían que las empresas, cuando reemplazan trabajadores con empleo fijo, lo hacen en la mayoría de los casos por otros en igual condiciones de contratación, pero otra parte de los ex empleados deja su lugar a trabajadores flexibilizados.


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