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A NUEVE AÑOS DE LA MASACRE DE TIENANMEN
RECUERDOS DE UNA CANALLADA

En Hong Kong, que fue devuelta recientemente a China, se protestó a los nueve años de la sangrienta represión de Tienanmen. En China no se movió casi nada y Bill Clinton estará en la plaza el 27.

Soldados en ejercicios en la plaza Tienanmen durante el día de ayer.
La seguridad fue reforzada, y la vigilancia a Zhao Ziyang, intensificada.

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t.gif (67 bytes)  Por primera vez la matanza de estudiantes ocurrida la noche del 3 al 4 de junio de 1989 ha sido rememorada en territorio chino. Ayer, pese a una lluvia torrencial, cerca de 40.000 personas, según los organizadores, se reunieron como cada año en el parque Victoria de la isla de Hong Kong para evocar el noveno aniversario de la triste efemérides. La conmemoración contrastó en forma notable con lo que ocurría al mismo tiempo en territorio chino pero continental, donde la seguridad fue reforzada al máximo y la policía arrestó brutalmente a dos hombres --entre ellos un inválido en silla de ruedas-- que intentaban protestar en el mismo escenario de los hechos, Por otra parte, y como lo hace desde las manifestaciones del '89, la policía reforzó la vigilancia y el estado de aislamiento domiciliario de Zhao Ziyang, el ex secretario del Partido Comunista cuya defenestración provocó aquella efímera primavera de Pekín. Los fantasmas, se ve, siguen presentes y la pregunta es si no volverán con más fuerza cuanto más se los reprime.

La cifra en Hong Kong fue sensiblemente menor que los 55.000 que se manifestaron en 1997. Pero en aquella ocasión tenía lugar a escasas semanas de la devolución de Hong Kong a China, con un sentimiento de "ahora o nunca" y la voluntad de retar al futuro jefe del Ejecutivo hongkonés, que torpemente había pedido a la población "pasar la página". Es decir, olvidarse de los sucesos por el delicado momento que estaba por vivirse. Que la manifestación de anoche haya podido celebrarse sin obstáculos por parte de las autoridades de la región administrativa especial de Hong Kong es en sí símbolo del respeto a la idea de "un país, dos sistemas" institucionalizado por Deng Xiaoping que conviene notar. Desde la devolución de Hong Kong a China, el 1º de julio de 1997, el territorio ha sido escenario de unas 1.200 manifestaciones, en general organizados por grupos de activistas anti-Pekín, que se han desarrollado sin problemas y sin que ninguna de las peticiones para manifestarse fuera rechazada por el gobierno local.

Este año, la conmemoración de la tragedia del 4 de junio tenía mayor relevancia por ser la primera manifestación después de la devolución de la ex colonia británica a la República Popular. Protegidos bajo paraguas multicolores se reunieron anoche en el parque de Victoria mujeres, hombres y niños, la mayoría emigrantes recientes del otro lado de la frontera y que conservan un fuerte arraigo con la madre patria china. Pero también estuvieron muchos intelectuales, que mantienen vivo tanto el recuerdo de la tragedia como las reivindicaciones en favor de la democracia.

La vigilia de homenaje a los estudiantes caídos la noche de Tienanmen --la cifra oficial de muertos nunca ha sido conocida-- se desarrolló con cánticos de homenaje a los mártires y gritos en favor de las reformas democráticas en China. En esta ocasión la emoción fue mayor al haber sido liberados y expulsados a Estados Unidos los disidentes Wang Dan y Wei Jingsheng, líderes del movimiento del 4 de junio tras nueve años de cárcel. Ambos aportaron con un testimonio su apoyo a la ceremonia: uno con una llamada telefónica y el otro con una grabación filmada desde su exilio norteamericano. "Si la población de Hong Kong consigue mantener con firmeza este pequeño enclave democrático, será esencial para la democratización de China", dijo Wei a través de una breve filmación. Por su parte, Wang Dan, con voz emocionada, dijo por teléfono: "Espero que la población de Hong Kong continúe apoyando en pro de la democracia en China".

Esa no fue la posición de Estados Unidos. Mike McCurry, vocero presidencial norteamericano, dijo ayer que su jefe Bill Clinton no alterará el protocolo diplomático y asistirá el 27 de junio a la ceremonia oficial en el Gran Salón del Pueblo, al lado de la plaza Tienanmen, en el contexto de su viaje a China. "Como ha hecho cada líder importante que ha estado recientemente en China, habrá una ceremonia de llegada en el Gran Salón del Pueblo, que es adyacente a la plaza de Tienanmen, y el presidente tiene previsto participar. Ese es el protocolo chino. Es donde hacen su ceremonia de llegada".

Pero los taparrabos sugeridos por las expresiones "recientemente", "adyacente" y "protocolo chino" no fueron evidentemente suficientes para los congresistas opuestos a la presencia de Clinton en el sitio de la masacre, y que entienden que el palabrerío de McCurry es puro cuento chino. Flanqueados por Harry Wu y Wei Jingshen, republicanos y demócratas de ambas Cámaras exhortaron ayer a Clinton a no visitar Tienanmen como parte de las ceremonias. "Nada les gustaría más a los dirigentes chinos que el mundo se olvide de lo que ocurrió en la plaza", dijo el senador demócrata por Minnesotta, Paul Wellstone. Pero el show debe seguir.

 


 

POR QUÉ VA BILL CLINTON

Por Claudio Uriarte

Pregunta: ¿por qué un hombre básicamente decente, razonablemente progresista, sin duda alguna profundamente democrático, como Bill Clinton, está ignorando las demandas de conciencia de varios legisladores de ambos partidos y de ambas cámaras y accede al protocolo chino que demanda su aparición en la Plaza Tienanmen, donde hace nueve años el ejército chino masacró a estudiantes que pedían democracia y donde ayer la policía reprimió salvajemente a un manifestante en silla de ruedas? ¿Por qué el presidente de una de las mayores democracias del mundo acepta una aparición que legitima las acciones de un régimen nauseabundo y bárbaro?

Por un lado, está la economía. China será el gigante económico del nuevo siglo y es ya un mercado gigantesco de 1300 millones de habitantes, que está abriéndose. Pero India, por ejemplo, también es un mercado de 1000 millones de habitantes, y no por eso Bill Clinton sale a festejar las pruebas nucleares indias, sino todo lo contrario. Esto ya establece un primer engarce coyuntural que empieza a explicar las razones de Bill Clinton: dentro del idilio sino-americano está la decisión de parar la carrera armamentista nuclear en Asia, tarea que ya se está probando bastante difícil (ver la página opuesta). Pero hay una razón más de fondo, que es el temor a una explosión china que derive en una desintegración en mandarinatos en uno de los países más poblados de la Tierra que es además uno de los miembros "legítimos" del selecto club nuclear. En realidad, en otro de esos países --pilares que sostienen al mundo--. Porque eso ya empezó a ocurrir en Rusia y no se sabe dónde puede parar.

En el fondo, eso fue también lo que movió a los dirigentes chinos a aplastar en 1989, sobre todo porque estaban viendo aterrados cómo se estaba desintegrando la Unión Soviética, lo que les pareció un espejo anticipatorio. Claro: lo hicieron a su manera, brutal y asiática, del mismo modo que aplastaron brutal y asiáticamente --es decir, de la peor manera-- a los pacíficos tibetanos. El problema de fondo es que esto se inscribe en las tensiones estructurales que están naciendo entre la economía de mercado y la política de partido único --de lo cual es ejemplo extremo el contraste de ayer entre los hechos en Hong Kong y en Pekín-- y para gobernar la transición parecería necesario un timón de hierro reforzado. Por eso Clinton, esencialmente un buen hombre, se cuadra, se traga el sapo y va este 27 a la plaza de los asesinos.

 


 

INGLATERRA MUY INTERESADA

t.gif (67 bytes) El Banco de Inglaterra sorprendió ayer a los mercados financieros al elevar la tasa de interés clave a corto plazo de Gran Bretaña en un cuarto punto de 7,50 por ciento. Fue el sexto incremento en las tasas desde que los laboristas llegaron al poder en mayo de 1997 e inmediatamente generó la ira de dirigentes de la industria y de los sindicatos, quienes dijeron que el sector manufacturero británico es demasiado débil para enfrentar el golpe.

El anuncio del banco, que se produjo al final de la reunión mensual de su comité de política monetaria, dejó a los analistas asombrados: una reciente encuesta elaborada por Reuters encontró que 25 de 27 economistas no esperaban cambios en este encuentro. El Banco Central culpó del aumento de tasas a las crecientes presiones sobre la inflación por los aumentos salariales en el sector privado y a la incertidumbre sobre si los gastos de los consumidores han disminuido lo suficiente. También señaló hacia el deslizamiento más reciente de la libra, ya que la actual fortaleza de la moneda ha sido un factor crucial para mantener contenidos los precios hasta el momento.


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