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![]() La cifra en Hong Kong fue sensiblemente menor que los 55.000 que se manifestaron en 1997. Pero en aquella ocasión tenía lugar a escasas semanas de la devolución de Hong Kong a China, con un sentimiento de "ahora o nunca" y la voluntad de retar al futuro jefe del Ejecutivo hongkonés, que torpemente había pedido a la población "pasar la página". Es decir, olvidarse de los sucesos por el delicado momento que estaba por vivirse. Que la manifestación de anoche haya podido celebrarse sin obstáculos por parte de las autoridades de la región administrativa especial de Hong Kong es en sí símbolo del respeto a la idea de "un país, dos sistemas" institucionalizado por Deng Xiaoping que conviene notar. Desde la devolución de Hong Kong a China, el 1º de julio de 1997, el territorio ha sido escenario de unas 1.200 manifestaciones, en general organizados por grupos de activistas anti-Pekín, que se han desarrollado sin problemas y sin que ninguna de las peticiones para manifestarse fuera rechazada por el gobierno local. Este año, la conmemoración de la tragedia del 4 de junio tenía mayor relevancia por ser la primera manifestación después de la devolución de la ex colonia británica a la República Popular. Protegidos bajo paraguas multicolores se reunieron anoche en el parque de Victoria mujeres, hombres y niños, la mayoría emigrantes recientes del otro lado de la frontera y que conservan un fuerte arraigo con la madre patria china. Pero también estuvieron muchos intelectuales, que mantienen vivo tanto el recuerdo de la tragedia como las reivindicaciones en favor de la democracia. La vigilia de homenaje a los estudiantes caídos la noche de Tienanmen --la cifra oficial de muertos nunca ha sido conocida-- se desarrolló con cánticos de homenaje a los mártires y gritos en favor de las reformas democráticas en China. En esta ocasión la emoción fue mayor al haber sido liberados y expulsados a Estados Unidos los disidentes Wang Dan y Wei Jingsheng, líderes del movimiento del 4 de junio tras nueve años de cárcel. Ambos aportaron con un testimonio su apoyo a la ceremonia: uno con una llamada telefónica y el otro con una grabación filmada desde su exilio norteamericano. "Si la población de Hong Kong consigue mantener con firmeza este pequeño enclave democrático, será esencial para la democratización de China", dijo Wei a través de una breve filmación. Por su parte, Wang Dan, con voz emocionada, dijo por teléfono: "Espero que la población de Hong Kong continúe apoyando en pro de la democracia en China". Esa no fue la posición de Estados Unidos. Mike McCurry, vocero presidencial norteamericano, dijo ayer que su jefe Bill Clinton no alterará el protocolo diplomático y asistirá el 27 de junio a la ceremonia oficial en el Gran Salón del Pueblo, al lado de la plaza Tienanmen, en el contexto de su viaje a China. "Como ha hecho cada líder importante que ha estado recientemente en China, habrá una ceremonia de llegada en el Gran Salón del Pueblo, que es adyacente a la plaza de Tienanmen, y el presidente tiene previsto participar. Ese es el protocolo chino. Es donde hacen su ceremonia de llegada". Pero los taparrabos sugeridos por las expresiones "recientemente", "adyacente" y "protocolo chino" no fueron evidentemente suficientes para los congresistas opuestos a la presencia de Clinton en el sitio de la masacre, y que entienden que el palabrerío de McCurry es puro cuento chino. Flanqueados por Harry Wu y Wei Jingshen, republicanos y demócratas de ambas Cámaras exhortaron ayer a Clinton a no visitar Tienanmen como parte de las ceremonias. "Nada les gustaría más a los dirigentes chinos que el mundo se olvide de lo que ocurrió en la plaza", dijo el senador demócrata por Minnesotta, Paul Wellstone. Pero el show debe seguir.
INGLATERRA MUY INTERESADA
El anuncio del banco, que se produjo al final de la reunión mensual de su comité de política monetaria, dejó a los analistas asombrados: una reciente encuesta elaborada por Reuters encontró que 25 de 27 economistas no esperaban cambios en este encuentro. El Banco Central culpó del aumento de tasas a las crecientes presiones sobre la inflación por los aumentos salariales en el sector privado y a la incertidumbre sobre si los gastos de los consumidores han disminuido lo suficiente. También señaló hacia el deslizamiento más reciente de la libra, ya que la actual fortaleza de la moneda ha sido un factor crucial para mantener contenidos los precios hasta el momento. |