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EL ACTO POR LOS CUATRO AÑOS DEL ATENTADO A LA AMIA

ANIVERSARIO TEÑIDO DE DISCORDIA

La comunidad judía está dividida. Un grupo  rescata lo actuado por Galeano; otro lo critica. Dudas por la realización del acto.


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El año pasado, durante el acto del tercer aniversario, los ministros fueron duramente abucheados.

Por Raúl Kollmann

t.gif (67 bytes)  El acto por el cuarto aniversario del atentado contra la AMIA es motivo de una durísima polémica dentro de la comunidad judía. El centro del debate son los familiares de las víctimas que se han dividido en dos bloques. Por un lado, el sector liderado por Luis Chichewsky es más moderado y con mejores relaciones con los dirigentes de la AMIA y la DAIA. Por el otro lado, el grupo que lideran Laura Ginsberg y Diana Malamud es más crítico con la investigación de los atentados y con el papel que han jugado el juez Juan José Galeano y los líderes de la comunidad judía. Desde el escándalo del acto realizado el año pasado, cuando fueron abucheados los ministros del Poder Ejecutivo y los dirigentes, el sector más moderado trata de evitar un episodio similar en la concentración del 18 de julio. En ese punto parece no haber acuerdo: los familiares que encabeza Chichewsky no quieren críticas al juez Galeano y los que se encolumnan con Ginsberg y Malamud sostienen que debe denunciarse el papel del magistrado en la falta de resultados en la investigación.

Los dirigentes de la AMIA y la DAIA están a la expectativa de lo que sucede entre los familiares. En principio barajaban no hacer ningún acto o hacerlo en el cementerio de La Tablada para evitar las protestas del año pasado. "No podemos sufrir más desgastes", le dijo un alto dirigente de la DAIA a Página/12. Por el lado de la AMIA, está en marcha la organización de servicios religiosos en las sinagogas y coinciden con la DAIA en la preparación del acto en el cementerio.

A la disconformidad respecto de la investigación de los atentados, los dirigentes de la comunidad judía suman este año una situación tirante por la crisis del Banco Patricios. Aunque los problemas de la entidad financiera --ligada a dirigentes de la comunidad judía-- parecen en vías de solución, en un acto público pueden expresarse las protestas de algunos de los ahorristas perjudicados.

Por otra parte, los dirigentes de la comunidad judía no quieren exponerse a lo que ellos llaman "los activistas". El argumento es que a las concentraciones concurre "una franja que está más radicalizada que el judío promedio. Por eso hay exabruptos armados por esos activistas".

En ese marco se dan los debates entre los familiares. Desde hace unos meses, se viene formando un grupo que podría denominarse de moderados. La postura de este sector es que "Galeano no tiene mala intención, puede haber cometido errores, pero es honesto; y respecto de los dirigentes de la AMIA y la DAIA, nosotros no tenemos tantas críticas", le explicó Luis Chichewsky a este diario.

La franja que lideran Ginsberg y Malamud sostiene que "objetivamente han pasado casi cuatro años y, en todo este tiempo, las fuerzas de seguridad no prestaron la más mínima colaboración con la investigación. El juez Galeano debiera haber hecho una denuncia pública de todo esto y no lo hizo tal vez por su proximidad con el gobierno nacional. Hay que acordarse de que es un juez de dedicación exclusiva, que sólo tiene esta causa para investigar, y que recientemente favoreció al hombre clave del atentado, Carlos Telleldín, desvinculándolo totalmente de la causa. Si no hubiera sido por nuestra apelación y un fallo justo de la Cámara, el primer eslabón de la conexión local quedaba libre de culpa y cargo. En cuanto a los dirigentes, nosotros observamos su vecindad con la Casa Rosada y la falta de firmeza en la exigencia de que se investigue seria y responsablemente", señaló Ginsberg.

Desde el punto de vista legal, los moderados ya se separaron de los críticos. Los primeros son representados por Luis Dobnievsky, el abogado oficial de la AMIA en la causa de los atentados. El letrado del sector más crítico es Alberto Zuppi, quien prepara una presentación ante la Corte Interamericana para denunciar a la Justicia argentina por no investigar como corresponde.

El miércoles pasado hubo una primera reunión entre familiares moderados y críticos para tratar la organización del acto del cuarto aniversario. En principio, los dos sectores quieren que haya un acto conjunto. Como el 18 de julio cae en sábado –-el día de descanso para la religión judía--, los moderados proponen que la concentración se haga en la mañana del viernes 17, frente al predio de la calle Pasteur donde se perpetró el atentado. El sector más crítico preferiría el lunes 20 por la tarde, también frente a Pasteur, pero éste no es el punto de disputa. Los moderados consideran que debe haber un solo discurso de los familiares y no admiten que en ese discurso se cuestione al juez Galeano. Los críticos, por el contrario, piden que, si no hay acuerdo para hacer un solo discurso, se permita la expresión a las dos posiciones.

En cuanto a la dirigencia, por ahora se mantiene en un cerrado mutismo. Obviamente prefieren que el acto sea controlado por el sector más moderado porque es un hecho que les resulta más difícil convivir con el grupo más crítico. El año pasado, después de los abucheos, el presidente de la DAIA, Rubén Beraja, y el de la AMIA, Oscar Hansman, concurrieron a la Casa Rosada en la tarde misma del acto para manifestar que estaban en desacuerdo con los silbidos a los miembros del Poder Ejecutivo. Hasta ahora, tampoco queda claro si alguno de los dirigentes hablará en la concentración.

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