LA INDONESIA
POST-SUHARTO
Luego de la caída de Suharto, que lideró una
dictadura de 32 años, la situación en Indonesia es cada vez más grave: las medidas
económicas para obedecer a las exigencias del FMI no alcanzan para frenar la caída de la
rupia indonesia, y las reformas políticas prometidas por el nuevo presidente Habibie son
consideradas insuficientes por la oposición.
The Economist
Las reformas dependen menos del compromiso personal del presidente
Habibie que de la decisión del Ejército. Suharto manejó a sus soldados de la misma
manera como gobernó al país: asegurándose de que estén divididos para reinar sobre
ellos. Habibie, por el contrario, es el socio junior en una alianza táctica con los
hombres de verde. Apenas asumió el nuevo presidente, el jefe del Ejército --el general
Wiranto-- movió a los principales comandantes considerándolos más como amenazas que
como camaradas (...) Esto parece llevar al general Wiranto a un control indiscutido de las
Fuerzas Armadas mientras insinúa que está preocupado por su cohesión.
Newsweek
Algunos indonesios están preocupados por la posibilidad de que el
musulmán Habibie y sus partidarios estén usando al Islam para construir sus bases de
poder. Esto podría ser un juego peligroso: podría dividir seriamente a un país de
13.000 islas que forman un mosaico de religiones, lenguas y culturas. Los
chino-indonesios, que controlan cerca del 70 por ciento de la economía privada del país
y que son cristianos, se sienten especialmente vulnerables. Desde que asumió, Habibie se
reunió regularmente con los líderes islámicos, algunos de los cuales tienen la
reputación de ser antichinos.
International Herald Tribune
Entre los nuevos problemas que se le crearon al nuevo gobierno de
transición se cuenta la necesidad de resolver uno de los más contenciosos de su
política exterior: Timor Oriental, la colonia portuguesa invadida por Suharto en 1975 y
anexada el año siguiente. Estados Unidos, Portugal y Australia favorecieron la
liberación de los líderes timoreños en prisión como una medida previa y necesaria para
llegar a un acuerdo definitivo. El actual presidente Habibie tiene ahora un camino abierto
para solucionar una cuestión que dañó la imagen exterior de Indonesia. En el pasado, el
gobierno rechazó todos los pedidos internacionales por la liberación de Xanana Gusmao,
el cabecilla convicto por "separatismo", un crimen imperdonable bajo el
nacionalismo de Suharto.
India vs. Pakistán: 5-6
Luego de los cinco ensayos nucleares indios y de los seis que en
respuesta realizó Pakistán, ambos gobiernos fundamentalistas hicieron caso omiso a la
declaración de los cinco países miembros del club nuclear, que les negó el estatuto de
potencias nucleares y los llamó a solucionar el conflicto en la región de Kashmir.
Pakistán pide la mediación internacional, pero India se niega a aceptarla.
The Economist
Conviene que quede claro que los tests atómicos freelance por
potencias que aspiran al rango de nucleares no pagan. No van a ganar con ello la admisión
a las mesas donde se deciden las más altas decisiones, ni van a convertirse en el objeto
de un respeto mayor. Sólo cuando una serie casi infinita de países advierta que el
aventurismo atómico tiene más costos que beneficios, renunciará a fabricar o adquirir
los armamentos con que hacer volar a sus vecinos, y quizás al mundo entero. Es cierto que
Pakistán no fue el primero en hacer sus ensayos, pero tampoco tenía por qué hacerlo
después. Los indios ya los habían derrotado en tres guerras, y los hubieran derrotado en
una cuarta, con o sin armas nucleares.
New York Times
Aunque es cierto que la paridad atómica entre la Unión Soviética y
Estados Unidos puede haber evitado que la Guerra Fría desembocara en algo peor, la
ecuación que plantean India y Pakistán es mucho más inestable. Las medidas que en su
momento adoptaron las superpotencias para reducir la desconfianza recíproca podrían ser
útiles, pero incluso su adopción pondría a Asia del Sudeste en peligro de conflicto
nuclear. Estados Unidos y la Unión Soviética eran adversarios políticos que tenían su
cronograma de reuniones cumbre y su teléfono rojo. Las tensiones religiosas entre India y
Pakistán --dos naciones que se han enfrentado en tres guerras en los últimos 50 años--
son más personales y viscerales.
International Herald Tribune
La oposición en la India trata de no ser volada por los tests
nucleares. Los líderes opositores, en entrevistas televisivas, acusaron al gobierno
nacionalista de Vajpayee de aislar a la India en la comunidad internacional, y de cortejar
el desastre económico por las sanciones de Estados Unidos y de otros países a la ayuda,
los préstamos y el comercio. E incluso hubo acusaciones de que el riesgo de una guerra
con Pakistán estaba más cerca y no más lejos, a causa del triunfalismo provocativo de
las declaraciones a nivel ministerial. Los que fueron más lejos, como los comunistas,
dijeron que el gobierno había traicionado a los pobres por los costos que implica la
carrera.
La situación en Kosovo
Durante la semana pasada hubo una ofensiva serbia sobre la población
albanesa de Kosovo. Los kosovares iniciaron un nuevo éxodo hacia Albania mientras el
líder de los albaneses étnicos, Ibrahim Rugova, pedía en Estados Unidos una
intervención militar inmediata para frenar lo que él considera un plan de limpieza
étnica.
International Herald Tribune
Los gobiernos occidentales se oponen a la finalidad de la independencia
buscada por los radicales en el Kosovo, pero también parecen ansiosos por impedir que
Serbia lleve a cabo una limpieza étnica y haga estallar tensiones en los Balcanes que
podrían llevar a un enfrentamiento entre Grecia y Turquía. No todos los próximos pasos
que va a tomar la Alianza Atlántica han sido revelados, pero es evidente que los cambios
más inmediatos van a ocurrir en Macedonia, donde las fuerzas actuales norteamericanas van
a ser expandidas aún más y se les va a ordenar patrullar más activamente la frontera
con Kosovo. En Macedonia hay demasiados partidarios del gobierno serbio de Belgrado y de
los independentistas de Kosovo.
Washington Post
Estados Unidos está tratando, con los europeos, de fortalecer el
incentivo serbio para las negociaciones. Para eso, levantó un embargo previo a ciertos
inversores. En este momento se combate en los escarpados montes de Kosovo. Pero también
podría ser el momento para las conversaciones de paz. La responsabilidad más grande le
cae a Serbia, el operador regional con la mayor capacidad entre sus manos para la paz o
para la guerra. Esto significa: en las manos del presidente Slobodan Milosevic. Milosevic
puede elegir: seguir jugando la carta nacionalista que le trajo desgracias y desencantos a
su pueblo, o bien usar a Kosovo como camino para una reconciliación nacional.
(Editorial)
New York Times
El presidente yugoslavo Slobodan Milosevic concibió y ejecutó una
medida más, y de las más efectivas, para dar una vuelta de tuerca a su dominio personal
y el de su partido en Yugoslavia. No les renovó las licencias a las empresas de
radiotelevisión. O más bien: puso tan alto el precio de la licencia que nadie podía
pagarlo. De decenas de medios quedaron sólo tres, de los que uno es partidario y otro,
propiedad de la esposa de Milosevic, ideóloga del nacionalismo socialista serbio. De esta
manera, la suerte parece echada para la oposición, a menos que el presidente decida
cambiar pronto su postura, y optar, como puede hacerlo, por la democracia.
Un yen débil
The Economist
Durante años, la moneda japonesa, el yen, fue una de las más fuertes
del mundo. Ya no es así. Pero un yen barato va a traer tres ventajas para Japón. En
primer lugar, va a favorecer radicalmente las exportaciones, y de esa manera va a
compensar por una demanda interna debilitada. Después, al empujar para arriba los precios
de los productos importados, un yen más débil va a hacer menos probable la deflación.
Japón está en peligro de entrar en una espiral deflacionaria donde la caída de los
precios no hace más que aumentar el peso de la deuda real para las empresas. Y por
último, un yen barato va a atraer inversores al Japón. No es que con la devaluación se
van a ir los problemas. Lejos de eso. Pero puede proporcionar un entorno saludable para
llevar a cabo dolorosas medidas estructurales.
Un rublo más débil
The Economist
Hasta hace poco, a Rusia se la veía como a una víctima de las
turbulencias mundiales provocadas por los mercados emergentes. En las últimas semanas
pasó al protagonismo, y empezó a vérsela como una causa. Ante una corrida bursátil,
triplicó las tasas hasta un 15 por ciento para salvar al rublo. En vano. Incluso una
pequeña devaluación oficial hubiera llevado a los rusos al pánico. Quizás el problema
más grande de Rusia es un gobierno que es incapaz de resolver los problemas aun cuando
los visualiza. El presidente Yeltsin es cada vez más errático, y cada vez menos
creíble. Y nuevamente se le ocurrió que la manera de controlar la situación era
eliminar a los nuevos ministros del nuevo gabinete que tanto le costó que aprobara el
Parlamento. |