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NADA NI NADIE PARECE DETENER LOS
PLANES BOMBA DE INDIA Y PAKISTÁN

Las cancillerías de ambos países calificaron de "grotesca" e "irreal" la condena del Consejo de Seguridad de la ONU a los ensayos nucleares realizados. Crecen las tensiones internas.

Situación: India y Pakistán son dos de los países con más pobres, más población y mayores enfrentamientos internos del mundo.

La policía reprime una protesta en Nueva Delhi (arriba).
Soldados paquistaníes vigilando la frontera (abajo).

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t.gif (67 bytes)  India y Pakistán endurecen sus posiciones. El sábado pasado el Consejo de Seguridad de la ONU volvió a negarles a ambos países, como lo habían hecho tres días antes los cinco países miembros del club nuclear, el status de potencias nucleares, mientras condenaban los ensayos atómicos realizados. "Rechazamos categóricamente la idea de que éstos (tests) afectaron la seguridad regional o mundial", dijo ayer ante el Senado el premier indio Atal Behari Vajpayee. Su colega paquistaní, Nawaz Sharif, intentó ir más allá con una hipótesis, por lo menos, original. "Pakistán es un país islámico, pero no hay ninguna relación entre la bomba nuclear y la religión", dijo Sharif, cuyo país está sufriendo un rebrote de violencia de la cual acusa a India: en la madrugada del domingo estalló una bomba en un tren de pasajeros que iba de Karachi a Peshawar, ocasionando 24 muertos y 60 heridos, otra explotó en Lahore y una tercera en Hyderabad.

El miércoles pasado los cinco países miembros del club nuclear (Estados Unidos, Rusia, China, Francia y Gran Bretaña) rechazaron considerar a ambos países como potencias nucleares. Herido en su orgullo, el gobierno fundamentalista hindú de Vajpayee salió a decir que sí era una potencia nuclear, mientras sus vecinos paquistaníes afirmaban que no iban a renunciar a la escalada si ello implicaba que el país quedara en una posición de vulnerabilidad. Pero cuando el Consejo de Seguridad de la ONU resolvió, el sábado pasado, llamar a los dos a firmar el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) y el Tratado de Prohibición Total de las Pruebas Nucleares (CTBT), la reacción fue aún más grave: la Cancillería india calificó el documento de "grotesco" y la paquistaní de "discriminatoria, injusta e irreal".

Para Vajpayee, los cinco ensayos nucleares indios, ocurridos entre el 11 y el 13 de mayo, son el resultado de "un régimen imperfecto de no proliferación" dentro del cual ninguna nación extranjera puede decidir sobre la defensa de un país. Este tipo de decisiones "serán tomadas por el gobierno (indio) en base a sus propias valoraciones y necesidades de seguridad nacional, de una manera razonable y responsable". Un argumento similar sostuvo ayer Sharif desde los Emiratos Arabes Unidos, en el marco de una gira para exponer la posición paquistaní entre los países islámicos. "Pakistán mantendrá sus capacidades nucleares como un medio de disuasión contra cualquier intento para amenazar su seguridad nacional", dijo el premier desde Dubai.

Sin embargo, hay varios signos de que el conflicto que opera por detrás de esta escalada nuclear trasciende el mero asunto de la seguridad. El detonante principal fue el triunfo del partido nacionalista hindú BJP en febrero pasado: sus antecedentes de enfrentamientos con los musulmanes y su programa de gobierno anticipaban una revitalización del programa nuclear indio que en su momento escapó a los cálculos de la CIA, para quien los ensayos nucleares indios parecieron una sorpresa. Pakistán, entretanto, es un país musulmán con constantes divisiones internas que, según la ex premier Benazir Bhutto, están siendo aprovechadas por el actual gobierno "para crear una dictadura fundamentalista".

Ambos países ya se enfrentaron en dos guerras por la región de Kashmir, de mayoría musulmana pero cuyos dos tercios pertenecen a India. Desde su independencia, los indios jamás habían tenido un gobierno de sesgo religioso salvo durante dos semanas en 1996, cuando el mismo Vajpayee no pudo formar gobierno; pero con su reciente triunfo, el efecto fue justamente potenciar los enfrentamientos territoriales a través de los asuntos religiosos y viceversa, con lo cual el resultado del proceso es peligroso e incierto. Para esto también contribuyen sus respectivas situaciones internas: son dos de los países con más pobres, más población y mayores enfrentamientos internos en el mundo.

Este fin de semana el que sufrió la violencia fue Pakistán. "La explosión de la bomba en el tren Khyber Mail es un abominable acto terrorista dirigido por el RAW (servicio secreto indio)", dijo la Cancillería paquistaní. Sea como fuere, con los recientes ensayos nucleares, todos los conflictos de la región se redimensionaron.

 

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