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LA ONU PRIORIZA EL COMBATE
CONTRA EL EXTASIS
La "declaración política" que adoptarán hoy los líderes al cierre de la cumbre planteará la lucha contra las anfetaminas como una de las seis prioridades del plan de acción global contra la droga. "Pedimos que antes del 2003 se promulgue legislación y se establezcan programas nacionales o se fortalezcan, para poner en vigor el plan de acción para combatir la fabricación ilícita, la comercialización y el tráfico ilícitos de sustancias psicotrópicas, comprendidas las drogas sintéticas", indica una versión preliminar del texto. Señala además al año 2008 como meta para "eliminar o reducir considerablemente" la fabricación y la comercialización de ese tipo de drogas. Se estima que unas 30 millones de personas, el 0,5 por ciento de la población mundial, consumen actualmente algún tipo de anfetamínicos. En los países orientales, su consumo es más popular que el de la cocaína y la heroína. "La demanda por los estimulantes de tipo anfetamínico creció más que la de cualquier otro tipo de droga ilícita durante la década del 90", advirtieron los expertos del Programa de Naciones Unidas para la Fiscalización Internacional de la Droga (PNUFI). Contrariamente a la droga fabricada a partir de vegetales como la cocaína, heroína o la marihuana, los anfetamínicos son sintéticos, y muy fáciles de producir. Por esa razón, la lucha contra la producción, el tráfico y la distribución del producto se vuelve más compleja que el combate contra las drogas tradicionales. "Ahora tenemos que ingresar en el shopping list de las drogas a las drogas sintéticas, que cada día están creciendo más en sus niveles de consumo", advirtió ayer el presidente de Colombia, Ernesto Samper.
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Es
la droga de los 90, la de las fiestas raves, con interminables horas de baile
eufórico y música tecno. Es sintética y fácil de hacer por cualquier laboratorio
clandestino: la materia prima no proviene de complicadas plantaciones sino de elementos
también sintéticos fáciles de obtener. El "éxtasis", la llamada "droga
del amor" es el narcótico que más creció en la década. Ahora se convertirá junto
a otros alucinógenos de tipo anfetamínico en uno de los blancos prioritarios de la
guerra antinarcóticos declarada en la ONU por los líderes del mundo en la Cumbre de la
Droga.