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Por Juan Jesús Aznárez desde México Con la clase política mexicana dividida sobre las consecuencias del polémico abandono del obispo de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz, hasta el domingo mediador en Chiapas entre el gobierno y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el secretario (ministro) de Gobernación, Francisco Labastida, ha hecho saber que el Ejecutivo federal tiene ya una estrategia para establecer un "contacto directo" con los rebeldes, pero no publicará su alcance a la espera de resultados. De momento, no parece haber ninguno a la vista y el panorama se complica. La autodisolución de la Comisión Nacional de Intermediación (CONAI), creada en 1994 y presidida por Ruiz, genera asimismo incertidumbre sobre la evolución del conflicto armado, actualmente empantanado, y surjen entre políticos, analistas y fuerzas sociales discrepancias sobre la oportunidad o características de las instancias susceptibles de llenar ese vacío. Quien fuera secretario técnico de la CONAI, Gonzalo Ituarte, considera "improbable" que el gabinete de Ernesto Zedillo pueda desarrollar un diálogo directo con los zapatistas y se manifiesta favorable a constituir una plataforma de mediación nacional o internacional, o mixta. Para Emilio Rabasa, coordinador del gobierno para el diálogo en Chiapas, el esquema de negociación de la CONAI estaba "bastante agotado" y la retirada del obispo no supone un vuelco. "No motiva la descomposición del panorama en Chiapas", afirmó. Tampoco se asusta el constitucionalista Ignacio Burgoa: "La CONAI y la carabina (de Ambrosio) es lo mismo", declaró en referencia a sus escasos beneficios. La culpa de que no los haya tenido es otro flanco del debate. En cualquier caso, con el paso a mejor vida de la CONAI se rompió toda posibilidad de comunicación con la guerrilla zapatista, y el proceso de paz en Chiapas sufrió un grave revés, según dijo un portavoz de la Comisión de Concordia y Pacificación (COCOPA), el otro órgano mediador en el conflicto, compuesto por legisladores de todos los partidos. El diputado Carlos Morales Vázquez, del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) y miembro de la COCOPA, afirmó que "la CONAI jugaba un papel determinante en la comunicación con el EZLN". Sobre el terreno, las cosas no mejoran. Un campesino del PRI murió y otros cinco fueron heridos al ser emboscados ayer por simpatizantes de la guerrilla zapatista en la comunidad chiapaneca de Los Plátanos. Es la tercera vez en dos meses que hay choques entre campesinos en Los Plátanos. Los agredidos iban a un pueblo vecino a negociar la venta del café que cosechan. Mientras tanto, la Secretaría (Ministerio) de Defensa Nacional mexicana negó ayer martes que el destacamento castrense que en la madrugada del pasado domingo sostuvo un enfrentamiento con guerrilleros del Ejército Popular Revolucionario (EPR) en el estado de Guerrero utilizase helicópteros, morteros o fuego de ametralladora en la rendición de la escuela rural donde se atrincheraban los "eperristas". .."(Los soldados) portaban únicamente armamento individual y se transportaban en vehículos orgánicos", precisa una nota de la Secretaría remitida a la prensa. El Ministerio de Defensa desmiente también que cientos de soldados estén persiguiendo a los elementos del EPR en la sierra de Guerrero, y que el choque hubiera sido un episodio confuso. "La comandancia de la IX Región Militar a cuatro horas del suceso dio cuenta detallada del fundamento legal de su presencia en el área y de cómo se realizaron los acontecimientos". Contrariamente a versiones periodísticas en el sentido de que fue acordonado el lugar para impedir la entrada de persona alguna, la Secretaría de Defensa matiza que "no es así, como lo demuestra la presencia de representantes de los medios y de autoridades del fuero común, que ordenaron que se preservara resultados nos atendremos".
LA SITUACION ES ALARMANTE Por Maite Rico desde México Los enfrentamientos políticos siguen minando la convivencia en las comunidades indígenas del estado mexicano de Chiapas. Cientos de policías y soldados tomaron en la madrugada de anteayer la comunidad prozapatista de Nicolás Ruiz, después de que sus autoridades expulsaran a 33 familias simpatizantes del gubernamental Partido Revolucionario Institucional (PRI). La operación concluyó con decenas de detenciones y la requisa de algunas viviendas. El municipio Nicolás Ruiz, situado a unos 40 kilómetros de San Cristóbal de las Casas, está gobernado desde 1995 por el opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD) y apoya mayoritariamente la guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). El problema se originó el pasado 9 de mayo, cuando unos 600 jefes de familia decidieron expulsar, siguiendo los "usos y costumbres" indígenas, a otro grupo que pretendía "formar un comité del PRI", al que despojaron de sus tierras. Hace tres días, el gobierno de Chiapas advirtió que las autoridades locales habían colocado al municipio en un "virtual estado de sitio" por medio de zanjas y retenes armados. Es que el gobierno, para reconquistar el territorio, ha dirigido hasta
ahora una estrategia basada tanto en mentiras como en operaciones de amedrentamiento a
cargo de los grupos paramilitares encargados de consumarlos. No puede actuar directamente
porque ello supondría una ruptura demasiado abrupta de los acuerdos de San Andrés de
Larraínzar, que entregan una dosis de autonomía a las zonas bajo control zapatistas,
pero al mismo tiempo debe reconquistar el territorio, no sólo porque es suyo y se supone
que contiene petróleo sino por el temor de que se forme un tercer estado entre México y
Guatemala, dada la elevada cantidad de indígenas a ambos lados de la frontera. Pero por
el momento, prefiere no entrar militarmente a sangre y fuego. |