2 Chile: Tapia; Villarroel, Reyes,
Fuentes, Margas, Rojas; Acuña, Parraguez, Estay; Salas, Zamorano. DT: Nelson Acosta.
2 Italia: Pagliuca; Cannavaro, Costacurta, Nesta; Di Livio, Albertini,
Dino Baggio, Di Matteo, Maldini; Roberto Baggio, Vieri. DT: Césare Maldini.
Estadio: Parc Lescures, Burdeos.
Arbitro: Bouchardeu (Nigeria)
Goles: 10m. Vieri (I); 45m. y 49m. Salas (Ch); 85m. R. Baggio (I), de
penal.
Cambios: 57m. Di Biagio por Di Matteo (I); 62m. Chiesa por Di Livio (I);
64m. Ramírez por
Margas (Ch); 73m. Inzaghi por Vieri (I); 81m. Sierra por Estay (Ch); 82m. Cornejo por
Acuña.
La selección
chilena estuvo cerca de lograr su primer milagro dentro de este Mundial. No pudo debido a
que el árbitro cobró un penal que, en realidad fue una mano sin intención de
interrumpir el traslado de la pelota adentro del área. Pero el juez nigeriano pitó y
Roberto Baggio puso la igualdad. Con una muestra más de su oportunismo y su capacidad
goleadora, Marcelo Salas dejó en claro que llegó hasta Francia para hacer historia y que
su arribo a la Lazio de Italia está en el camino correcto. Pero más allá de la
actuación individual del ex jugador de River, Italia y Chile no dejaron una buena
impresión a nivel de juego, aunque la sorpresa estuvo a cargo de los italianos, por la
opaca presentación en el torneo. Fue 2 a 2, pero Chile estuvo más cerca.
El comienzo del encuentro mostró a Chile presionando y tratando de
sacarles la pelota a los volantes de Italia, sobre todo a Roberto Baggio, conductor
indiscutido del equipo de Césare Maldini. Pero Italia está acostumbrada a jugar de
contragolpe y ayer no fue la excepción. Sólo habían pasado 10 minutos cuando Vieri
anotó el primer gol del cotejo. Desde el área de Pagliuca, hasta el arco de Tapia,
fueron tres toques. Maldini habilitó a Baggio; éste al delantero del Atlético de Madrid
y a cobrar. La insistencia de Chile comenzó a ser mayor. Por momentos con buen toque,
aunque sin profundidad, el conjunto de Nelson Acosta intentó buscar el empate. Finalizaba
el primer tiempo cuando llegó la igualdad del pie izquierdo de Salas. Así, 1 a 1, se
fueron al descanso.
El segundo período se inició igual que el primero y ahora el premio
lo tuvo rápidamente Chile. A los 5 del complemento, Salas, otra vez pero ahora de cabeza,
ponía a su selección en ventaja. Chile era una fiesta y además dominaba el trámite del
encuentro. Italia estaba desesperada, sin brújula, sin un patrón de juego. Sólo el
talento de Baggio y la capacidad ofensiva de Inzaghi se convirtieron en los argumentos
para lograr el empate. Pero no llegaba. Chile, en tanto, ahora apostaba a contragolpear
para liquidar el compromiso de su debut. La falta de precisión y el pelotazo frontal
jugaron en contra de los chilenos, que abusaron de ese recurso con la finalidad de sacar
más ventaja.
Inesperadamente apareció un penal. Baggio intentó mandar un centro y la pelota tocó
en la mano de Reyes. Todo pareció sin intención y sólo es penal cuando hay intención
de interrumpir la ruta de la pelota. El juez Bouchardeau, de Nigeria, interpretó que hubo
intencionalidad. Baggio no perdonó y puso la igualdad cuando faltaban jugarse cinco
minutos. Chile estuvo muy cerca y sobre todo debió irse con un resultado favorable por lo
que hizo a lo largo de los 90 minutos. Fue una tarde para Salas, quien mostró una vez
más su forma de interpretar el juego. No pudo ser. En este grupo (ver aparte), todos
suman un punto y las posibilidades para la clasificación de Chile es posible.
PROMESAS DE UN
"GUATÓN"
Por Carlos Stroker
José Marcelo Salas nació el 24 de diciembre de 1974 en Temuco, una
ciudad a 650 kilómetros de Santiago de Chile. Este joven no se destacó en sus inicios
como un delantero. Tampoco se inició en el fútbol, sino su primer amor deportivo estuvo
en los pies, pero sólo corriendo, ya que le fascinaba el maratón. También jugó al
básquet, pero un día, su padre lo llevó a probarse al Santos de Temuco y lo pusieron de
10. Don Rosenmberg estaba cansado de que su hijo se escapara al potrero del barrio Padre
Las Casas, donde los chicos más humildes jugaban con una pelota de goma. El día que
llegó al Santos, la rompió, pero el tiempo lo fue colocando cada vez más adelante en un
campo de juego. Hasta que en el club Temuco debutó como número 9. Lo mismo hizo en la
Universidad de Chile, donde lo dirigió Miguel Angel Russo.
Descendiente de mapuches, aprendió de muy chico a colaborar en la
economía de los padres. Su madre, doña Alicia, trabajaba en un supermercado y Marcelo,
un día, cuando ella llegó cansada "de tanto trabajar", tímido, la miró:
"Un día vamos a estar mejor, mamá, quedate tranquila". El tiempo y los goles
lo fueron ayudando. Ese día el padre de Marcelo no estaba. Se encontraba manejando un
taxi, su único ingreso. Cuando River lo compró, pagó 3,5 millones de dólares, más del
doble de lo que había pagado la U. de Chile al Temuco. Cuando llegó a River y
trascendió que Boca no lo quiso, varios creyeron que ése había sido su primer dolor
como jugador. En realidad tuvo otro. Antes de aterrizar en la U., un dirigente del Temuco
intentó ubicarlo en Colo Colo. Lo rechazaron por petiso. Casi el mismo argumento que
utilizó Carlos Bilardo cuando le dijo a Mauricio Macri que no estaba muy conforme con su
incorporación. "Ningún chileno triunfó en Argentina", comentó Bilardo.
En realidad Salas no quería estar en la Argentina. Tenía miedo de
alguna represalia por el tema del Beagle, recuerda siempre su mamá. Pero Salas se animó.
River lo contrató y Ramón Díaz, una vez, le dijo: "Si hacés lo que te digo, te
vas a jugar a Italia en dos años". Así fue. "Guatón", (gordito en
chileno) ya fue vendido a la Lazio de Italia, donde firmó un contrato por siete años a
cambio de 20 millones de dólares. No sólo jugará al fútbol, también hará publicidad
para la empresa alimenticia Cirio, cuyo dueño es Sergio Cragnotti, también dueño del
club. |
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